¡Dios no tuvo nada que ver con estas trapacerías! Con todo respeto.
Siempre que se lleva a la pantalla un asunto polémico y trascendente de la vida real, y más cuando el espectador logra conocer todos los detalles de lo que ocurrió al respecto, el cine, aunque sea en pantalla chica, es impresionante.
Hace varios días la plataforma HBO Max estrenó la miniserie documental "El Lobo de Dios", la cual se divide en cuatro capítulos y es meramente una reconstrucción de la red de complicidades que construyó el sacerdote michoacano Marcial Maciel Degollado (1920-2008) durante más de medio siglo, misma que desgraciadamente le permitió aprovecharse de al menos 60 menores. En total se documentaron 175 casos de abuso sexual en la congregación conocida como "Los Legionarios de Cristo".
Te podría interesar
La miniserie revisa a fondo la historia de su fundador y las respectivas denuncias de las víctimas. Vemos a los primeros denunciantes que rompieron el silencio, entre ellos Juan José Vaca, José "Pepe" Barba, Alejandro Espinosa y Elena Sada, exmiembro del movimiento eclesial Regnum Christi, entre otros.
Se recogen también los testimonios de varios especialistas entre ellos Fernando González, autor de "Los Legionarios de Cristo: testimonios y documentos inéditos"; Editorial Tusquets, 2007; el periodista y escritor Emiliano Ruiz Parra, Carmen Aristegui, Raúl Olmos, Jason Berry, Marco Politi, Iacopo Scaramuzzi e Idoia Sota, periodista que investigó el caso de Maciel en España para el periódico “El Mundo”.
La obra fue producida por Sebastián Gamba, una idea original de Warner Brothers en colaboración con Discovery, producida por la empresa argentina Anima Films y, según Álvaro Cueva, "es una de las mejores miniseries documentales de toda la historia del cine y la televisión". Y coincido.
Apenas me doy cuenta de que los productores no incluyeron el testimonio del exsacerdote diocesano Alberto Athié Gallo (1954-), quien fue un hombre clave para dar a conocer las violaciones de Maciel.
Gallo fue quien reabrió con éxito el tema en 1994 cuando el padre legionario Juan Manuel Fernández Amenábar le contó que Maciel había abusado de él: “Te pido que en mi funeral les digas que yo he perdonado, pero que pido justicia”, le dijo el padre Fernández a Athié.
Una persona clave en todo esto fue el doctor y sacerdote diocesano Antonio Roqueñí Ornelas (1934-2006), entonces presidente del tribunal interdiocesano del Arzobispado Primado de México, quien decidió jugársela contracorriente, y recibió fuerte apoyo del segundo nuncio apostólico en México, Justo Mullor García (1932-2016).
Tuve el privilegio de conocer los detalles del tema antes de que se hiciera público. Mi informante me lo comentó como si fuera un secreto de confesión, tal vez sin haber dimensionado en su totalidad sobre el tema en que se metía. Me pidió total discreción. Días después, el 23 de febrero de 1997, el periódico The Hartford Courant de Connecticut, en EU, dio a conocer las denuncias de las ocho víctimas de Maciel Degollado hasta ese entonces. Hubo una novena personas que decidió no dar la cara.
Días después, dos medios en México —La Jornada primero y Ciro Gómez Leyva en CNI Canal 40 después—, dieron espacio a las denuncias de las víctimas que fueron abusadas cuando tenían entre 12 y 17 años de edad.
Seguí el tema de cerca. Cuando conocí el caso le creí a las víctimas. Mucha gente lo vio como un ataque a la Iglesia Católica, se equivocaron.
Por conocer de ese asunto y atender a las víctimas, Roqueñí fue destituido por Norberto Rivera como presidente del tribunal eclesiástico, pero de igual forma acompañó a las víctimas teniendo el apoyo de don Justo Mullor.
Las investigaciones de la Curia Vaticana hacia el padre Maciel se inician en octubre de 1998, cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió formalmente las acusaciones, y no fue sino hasta el 20 de febrero de 1999 cuando la abogada canonista Martha Wegan les dijo a sus clientes -las víctimas-, que la congregación había aceptado el caso, el cual recibió el título oficial de "Absolutionis complicis (A. Jurado et alii -Rev. Marcial Maciel Degollado)".
En junio de ese año, Athié envió una carta a Ratzinger a través del obispo Carlos Talavera, y en ella se narraban algunos testimonios muy delicados en contra de Maciel. Joseph Ratzinger supuestamente al leer la misiva le habría dicho a Talavera: "Lamentablemente, este es un asunto muy delicado. El Santo Padre estima mucho al padre Maciel quien ha hecho mucho bien a la Iglesia; no es prudente abrir el caso". Esta versión ha sido cuestionada por el sacerdote Mario Ángeles Flores quien hoy se desempeña como el nuevo rector de la Universidad Lumen Gentium del Arzobispado Primado de México, ya que "fue precisamente el cardenal Ratzinger" quien ordenó investigar a fondo a Maciel.
Sin embargo, dos años después, el 30 de abril de 2001, Juan Pablo II promulgó el "motu proprio" «Sacramentorum sanctitatis tutela», por lo que el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger, autorizó una investigación sobre dichas acusaciones.
Un año después, el 15 de abril de 2002, el tema resurgió en los medios, esta vez con mayor fuerza en el programa Círculo rojo a cargo de Carmen Aristegui y Javier Solórzano, en el canal 2 de Televisa. Ello obligó, una semana después, a que Maciel emitiera una declaración para negar las acusaciones y así expresar su disgusto por las ofensas en su contra por parte de algunos antiguos Legionarios de Cristo. Les dijo: “delante de Dios y con total tranquilidad de conciencia declaro categóricamente que estas acusaciones que se hacen contra mí son falsas. Yo nunca he tenido el tipo de comportamiento abominable del cual me acusan estas personas, y no hay nada que pueda ser más ajeno a mi manera de tratar a las personas, como consta a cualquiera de los miles de legionarios que me conocen”.
El caso quedó en el limbo hasta que en diciembre de 2004 las denuncias fueron reabiertas por instrucciones de Joseph Ratzinger, justo pocos días después de que Juan Pablo II le hiciera un homenaje a Maciel por sus sesenta años de ordenación sacerdotal. ¡Error del papa polaco, hay que decirlo!
Aquel martes 30 de noviembre, ante más de siete mil personas presentes, el hoy santo Juan Pablo II animó y bendijo al padre Maciel. En el discurso pronunciado en italiano dijo: “imparto de corazón al querido padre Maciel, y a todos vosotros que estáis aquí presentes una especial bendición apostólica”.
Estuvieron presentes atestiguando esa bendición papal obispos, cardenales y embajadores de todo el mundo.
Pero para cualquier analista que observase bien el ambiente ocurrido en 2004, debía concluir que estas celebraciones en vida al padre fundador confirmaban que la congregación Legionarios de Cristo era una de las más cercanas a Juan Pablo II, empero muchos vimos que en ninguno de los festejos estuvo presente el cardenal Joseph Ratzinger.
El 2 de abril de 2005 a las 21:37 horas murió el polaco Karol Joseph Wojtyla, y pocos días después, el 19 de abril, Ratzinger fue nombrado papa, decidió adoptar el nombre de Benedicto XVI. Pocos días después invitó a William Joseph Levada a que dirija el dicasterio de la Doctrina de la Fe, y exactamente un año después Maciel es "invitado" al retiro sacerdotal, al ser suspendido Ad divinis para ejercer públicamente su cargo ministerial.
El retiro de Maciel de su actividad sacerdotal para así llevar una vida retirada de rezos y penitencias cayó como un balde de agua fría, aunque muchos legionarios lo vieron más bien como una cruz. ¡Fue un severo golpe! Un castigo que no había recibido ningún fundador de congregación alguna, sin embargo, la lectura que dejó en ese entonces Benedicto XVI es que no cumplió en su totalidad lo que muchos le habrían pedido: simplemente hacer justicia.
Todo parecía que la historia concluiría con el retiro de Marcial en 2005 por motivos de edad avanzada, y después en 2006 con la renuncia a una vida de rezos y penitencias, y por qué no, asimismo tiempo después, ya con su deceso ocurrido el 29 de enero de 2008, se iniciaría incluso un proceso canónico fast track para elevarlo a los altares.
Confieso que siempre dudé de que Maciel sería llevado a los altares, aunque existían muchos rumores e indicios a su alrededor. Y es que años atrás, en 2006 y poco antes de morir, el padre Roqueñí me dijo convencido que Benedicto XVI haría justicia, y que por lo pronto lo "bajaría de los altares" (Véase Los pecados del padre Marcial Maciel Degollado / Fred Álvarez en Código Topo de Excélsior, 1 de junio de 2009).
¡Toño Roqueñí no se equivocó! y aunque no lo pudo ver, ya que lamentablemente murió a finales de 2006; en más de una ocasión me comentó que las víctimas deberían perdonar, y que Maciel sería juzgado por la historia. Había llegado demasiado lejos y habría cometido varios pecados.
Fue el miércoles 3 de febrero de 2009 cuando The New York Times publicaba la noticia. La influyente orden había sido cimbrada por nuevas revelaciones de que su fundador, Marcial Maciel, habría tenido un amorío con una mujer procreando a una hija. El rotativo mencionó que antes de la difusión, Álvaro Corcuera, presidente entonces de los Legionarios de Cristo, visitó discretamente sus comunidades y seminarios religiosos en EU.
El asunto se veía venir, la orden era de Benedicto XVI
La “filtración periodística” al Times precipitó los hechos, pero un día antes, el lunes 2 de febrero, Scott Reilly, director territorial en Atlanta, Georgia de los Legionarios de Cristo, dijo a quienes trabajan con él que tenía información de que el padre Maciel había tenido “una amante, al menos un hijo y llevó siempre una doble vida. La Legión de Cristo lo ha dejado de considerar su guía espiritual”, concluía el padre Reilly, y un día después, la agencia Catholic News confirmaba la noticia. Un vocero de los Legionarios, Jim Fair, dijo: “Hemos aprendido algunas cosas de la vida de nuestro fundador”. Son sorprendentes y difíciles de entender. Lo que podemos confirmar es que hubo aspectos inapropiados para un sacerdote católico”.
Fair concluyó: “Maciel murió hace un año; lo que haya hecho en la tierra queda ahora entre él y Dios. Serán el juicio y la misericordia de Dios las que se hagan cargo de él”.
El golpe de la doble vida de Maciel fue duro, muchos no lo creyeron. La orden hasta ese momento había reconocido el “mal menor”, los affaires amorosos, y la existencia de descendencia directa de Maciel, pero faltaba el tema más espinoso y duro de aceptar, reconocer las acusaciones de pederastia en su contra.
Hay claros indicios de que varios legionarios conocían desde antes de la muerte del padre Maciel su pasado pecaminoso.
El 30 de marzo de 2009, el padre Álvaro Corcuera Martínez del Río (1957-2014) director entonces de la Congregación, dio a conocer una carta de la Curia Vaticana donde el papa Benedicto XVI ordena una inspección —léase una visita apostólica— a los Legionarios involucrados por abusos sexuales a seminaristas, y del que recientemente se supo que tuvo una hija con una de sus amantes.
Un mes después, la agencia Notimex informó que la Comisión que auditó a la congregación por órdenes del papa Benedicto XVI estaría compuesta por tres obispos y un sacerdote. A saber, Ricardo Watty Urquidi, obispo de la diócesis de Tepic; Charles Joseph Chaput, arzobispo de Denver, Giuseppe Versaldi, obispo de Alejandría (Italia), y el sacerdote jesuita Gianfranco Ghirlanda, rector de la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma.
La inspección -"visita apostólica" en el argot de la Iglesia católica- fue notificada a la Congregación a través de una carta del secretario de Estado de la Santa Sede, Tarcisio Bertone, con fecha el 10 de marzo y dirigida al padre Álvaro Corcuera de los Legionarios de Cristo.
La inspección se anunció dos meses después de que los Legionarios de Cristo confirmaran que Maciel —fallecido en 2008— tuvo una amante con la que concibió una hija.
Para muchos el tema Maciel fue un pecado del papa polaco Juan Pablo II, quien fue elevado a los altares en un proceso bastante rápido. Primero en 2011 fue beatificado por Benedicto XVI, y posteriormente declarado santo el 27 de abril de 2014 por el papa Francisco.
Años después, el periodista Joaquín Navarro-Valls años hizo algunas precisiones.
Aquella mañana del viernes 25 de abril de 2014, a dos días de que el beato Juan Pablo II fuera elevado precisamente a los altares, el exvocero vaticano Joaquín Navarro-Valls provocó un encuentro con periodistas al visitar la sala de prensa y recordar a su exjefe Juan Pablo II. Cuando apareció el tema Maciel, Navarro aprovechó para precisar que “hacia finales de su pontificado” el papa polaco supo que se habían iniciado investigaciones contra el cura michoacano, pero que a su fallecimiento, ocurrido en abril de 2005, el proceso todavía no había sido concluido. Dijo textual:
“El primer paso fue mandar a Scicluna a hablar con todas las personas. Esto ocurrió durante el pontificado de Juan Pablo II y el papa fue informado de este proceso. Comprobar un caso de estas dimensiones tomó tiempo, aunque estaba referido a una sola persona, tenía muchos involucrados. Cuando todo el material recopilado por Scicluna fue traído aquí y se llegaron a las conclusiones, ya el papa había fallecido”, subrayó.
Aseguró Navarro Valls que, al inicio del pontificado de Benedicto XVI —31 días después—, él personalmente habló con el papa alemán y le señaló que, pese a tratarse de un caso triste, debía ser comunicado a la opinión pública. Entonces el Pontífice no reflexionó mucho, le hizo un par de preguntas y decidió: “informe mañana”. Entonces Navarro precisó: “Al otro día yo lo hice”.
En efecto, en aquel tiempo por motivos de edad avanzada el reverendo Maciel se retiró del cargo de superior de la Congregación de los Legionarios de Cristo.
Exactamente 31 días después de que Ratzinger se convirtiera en Benedicto XVI, el vocero de los Legionarios de Cristo en Roma, Rafael Jácome de los Legionarios de Cristo, enviaba a los medios un comunicado en el que aseguraba que la Santa Sede había comunicado a los Legionarios que "no hay, ni habrá ningún proceso canónico contra Maciel”. Es decir, según Rafael Jácome, el proceso habría sido desechado. El vocero difundía una charla con Ciro Benedettini, quien se desempeñaba como vicecoordinador de la sala de prensa del Vaticano.
Aquel comunicado oficial del que habla Navarro Valls no fue muy claro, por lo que para la congregación Legionarios de Cristo fue manipulable.
Empero, un año después (mayo de 2006) quizá por la presión mediática y de acuerdo con las conclusiones del fiscal Scicluna tomada de testimonios de por lo menos 30 denunciantes, se decidió “invitar” al padre Maciel a retirarse a “una vida de oración y penitencia”, sin llevarlo a un proceso canónico debido a su avanzada edad, como había afirmado el padre Jácome.
La invitación incluía la prohibición de celebrar misas públicas o dar conferencias, presentaciones o entrevistas. Y aunque esta decisión dio cierta credibilidad a las acusaciones de pederastia en su contra, también cerró entonces a los demandantes cualquier posibilidad de llevarlo a juicio y probar sus dichos ante los tribunales del Vaticano.
Y un poco cuidando a Juan Pablo II, Navarro Valls dijo a reporteros: “Juan Pablo II no tuvo en la mano el resultado de esta investigación, pero sabía que había comenzado el proceso correspondiente para ir a fondo en ese caso”.
Juan Pablo II nunca supo la verdad, dijo Stanislaw Dziwisz
El arzobispo de Cracovia, Stanislaw Dziwisz, y quien fuera secretario personal de Juan Pablo II durante más de 40 años, aseguró que Juan Pablo II nunca supo la verdad sobre la vida inmoral que llevaba Maciel. "Lo sé yo también, pero razonando a posteriori, que el Santo Padre nunca debió haber recibido a ese individuo (se refiere a Maciel). Pero Juan Pablo II cuando lo encontró ¡no sabía nada, absolutamente nada!", dijo el cardenal, en declaraciones compiladas en el libro-entrevista "He vivido con un santo", escrito por el periodista Gian Franco Svidercoschi.
Stanislaw Dziwisz explicó que la lenta reacción ante las denuncias de abusos se debió a la burocracia en el Vaticano: "Son, por desgracia, las consecuencias de una estructura aún extremadamente burocrática", lamentó.
¿De qué burocracia habla cardenal Stanislaw Dziwisz? usted formaba parte de ella, recuerde aquella carta de 2002 traducida al polaco del padre Roqueñí donde le informa de los delitos cometidos por Maciel.
“Yo soy el padre Antonio Roqueñí Ornelas. (…) soy abogado y doctor en derecho civil y abogado y doctor en Derecho Canónico. He sido miembro del Tribunal Eclesiástico de la Arquidiócesis de México por más de 21 años. Fui ordenado sacerdote en 1963. Trabajé sobre todo con el Cardenal y Arzobispo emérito de la Ciudad de México Ernesto Corripio Ahumada”.
Juan Pablo II sabía del caso pero quizá no a fondo. El asunto se lo encomendó a Ratzinger, quien a su vez se la encargó a una gente de toda su confianza, al sacerdote maltés Charles J. Scicluna.
La serie en HBO Max es interesante, la recomiendo.
Hace seis años que Netflix produjo la película “Los dos papas”, fue un éxito.
En una escena imaginaria, Benedicto XVI y Francisco confiesan sus pecados y son absueltos el uno al otro. Bergoglio le dice sus errores cometidos en tiempos de la dictadura en Argentina en los años 70, y Ratzinger le revira que uno de sus pecados fue no atender oportunamente el caso del cura mexicano.
— “¿Recuerda al padre Maciel?” —pregunta Benedicto XVI. Bergoglio lo mira y se queda serio. — “Hace 12 años denunciaron que pasó décadas abusando de niños”— le dice el papa, y en la escena se ve cómo le habla sin voz sobre el caso.
¡La escena es impactante, y “El Lobo de Dios” es igualmente impactante! Solo un respetuoso reclamo, debieron ponerle “El Lobo del Papa” ¡Dios no tuvo nada que ver en estas trapacerías!, con todo respeto.
PD El acuerdo con Ismael Zambada ocurrió y fue histórico, rompe un mito, eso dicen, pero es "histórico" para la justicia de EU. Solo se debe responder una pregunta ¿quiénes son esos policías, militares y políticos a los que sobornó Zambada durante cuatro décadas?
Para la presidenta Sheinbaum esto fue lo que le llamó más la atención: "no sé si se dieron cuenta, lo que dijo el Director de la DEA”: hemos derribado a tres grandes narcotraficantes, primero, García Luna, el segundo, “El Chapo”, y el tercero, “El Mayo”.
El Director de la DEA pone al mismo nivel a dos conocidos capos de la droga y al que fue Secretario de Seguridad de Calderón, así lo dijo.
"¿Está interesante no?, ¿no les parece interesante eso?”, lo dijo dos veces, y señaló en la mañanera que no todo se debe quedar en dichos, tiene que haber una denuncia Y sí, debe hacerla el gobierno con los datos que les dé Marco Rubio en su próxima visita a México. Hay muchas cosas que el periodismo de investigación dará a conocer.
