Mientras los trabajadores dejan las alfombras relucientes y ajustan las luces del recinto legislativo, el Senado de la República vive días de agitación que van mucho más allá de los preparativos logísticos. La sede, ubicada en Paseo de la Reforma, se encuentra en un estado de caos controlado: pasillos cerrados, oficinas reubicadas temporalmente y un desfile constante de técnicos, decoradores y asesores que afinan cada detalle para la toma de protesta de las nuevas personas juzgadoras —las que llegan por la vía de los acordeones de la elección Judicial—, programada para el próximo lunes 1 de septiembre, que se junta con el primer Informe de gobierno de Claudia Sheinbaum y el arranque del período ordinario de sesiones.
El evento, previsto de alto perfil, ha implicado una inversión considerable. Aunque no se han hecho públicos los montos exactos, fuentes internas señalan que los gastos para remozar y acondicionar el recinto superan con creces lo habitual. Se han renovado mobiliarios, modernizado sistemas de audio y reforzado medidas de seguridad. Todo para garantizar que el acto protocolario se desarrolle con la solemnidad que exige el momento crucial en el que el Poder Judicial pasa a manos de Morena. Pero mientras se pule el mármol, se agrietan los consensos.
Una disputa que no se maquilla con pintura
A la par de los trabajos para dejar reluciente la sede del Senado, todo está listo para que este jueves 28, en el marco de su reunión plenaria, Morena tome la decisión de quién será quien presida la Mesa Directiva para el año 2025-2026. Entre las mencionadas figuran Laura Itzel Castillo y María Guadalupe Chavira de la Rosa, ambas de la Ciudad de México y con fuertes vínculos con la nueva élite en el poder. Laura Itzel más allegada a López Obrador y Chavira con Sheinbaum.
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En un contexto donde la paridad de género ha dejado de ser una aspiración para convertirse en mandato constitucional, el grupo de mujeres senadoras que integran la mayoría legislativa, argumentan que es momento de que el liderazgo institucional refleje la pluralidad y el avance de los derechos políticos de las mujeres. La disputa, aunque aún soterrada en los discursos públicos, se ha vuelto evidente en los pasillos y en las reuniones privadas.
El fiel de la balanza será el tabasqueño Adán Augusto López, quien ha estado en medio de un huracán por sus presuntos vínculos con el grupo criminal de “La Barredora” y que, sin embargo, mantiene el control del poder de encabezar al grupo mayoritario en el Senado. Apenas la semana pasada él y el coordinador de los diputados, Ricardo Monreal, se reunieron con la presidenta Sheinbaum, así que este jueves se sabrá cuál fue la línea que dio.
A esta tensión se suma un nuevo foco de conflicto: la figura de la senadora Lilly Téllez, quien ha endurecido sus señalamientos contra el líder de la mayoría, Adán Augusto López, acusándolo de proteger intereses ligados al crimen organizado. La polémica se agravó tras una entrevista que concedió a la cadena Fox News, en la que afirmó que “es absolutamente bienvenida la ayuda de los Estados Unidos para combatir a los cárteles en México”. Sus declaraciones desataron una tormenta política: desde Morena la acusaron de “traición a la patria” y de promover una intervención extranjera, mientras que Téllez se defendió señalando que pedir cooperación no es lo mismo que pedir invasión.
El episodio ha tensado aún más las relaciones dentro del Senado, donde algunos legisladores oficialistas han pedido su desafuero, aunque la presidenta Claudia Sheinbaum ha descartado esa posibilidad públicamente. En los pasillos, sin embargo, la confrontación es palpable. Téllez ha denunciado que sus iniciativas son sistemáticamente bloqueadas y que su presencia incomoda a quienes prefieren el silencio frente a los cárteles.
El PRI se desintegra: se queda sin una Vicepresidencia
Como si el tablero político no estuviera ya lo suficientemente agitado, este lunes se confirmó la renuncia del senador Néstor Camarillo a su militancia en el PRI. El legislador poblano, quien durante años fue uno de los últimos bastiones visibles del tricolor, anunció su salida en un mensaje difundido en redes sociales, en el que afirmó que emprenderá una nueva etapa bajo una “agenda ciudadana”.
La renuncia de Camarillo tiene consecuencias inmediatas: el PRI pierde una de las vicepresidencias en la Mesa Directiva del Senado, la cual pasa a manos del Partido Verde, que ahora supera al tricolor en número de escaños. Por primera vez en casi un siglo, el PRI queda fuera de la cúpula del poder legislativo, lo que confirma su debilitamiento institucional y su pérdida de influencia en la toma de decisiones clave.
Entre la ceremonia y la política
Así, el Senado se prepara para recibir a las nuevas personas juzgadoras en medio de una tensión que no se resuelve con arreglos estéticos. La ceremonia del 1 de septiembre es de la más alta prioridad para la presidenta Claudia Sheinbaum. Es un misterio aún saber si la oposición encabezada por Acción Nacional, MC y PRI van a acudir o harán el vacío. Mientras tanto, los trabajadores siguen instalando luces. Y los senadores, buscando cómo brillar en la víspera del arranque de un nuevo período ordinario de sesiones del histórico 1 de septiembre de 2025.
