PARTICIPACIÓN CIUDADANA

La participación ciudadana: el necesario debate en la reforma electoral

Ante la reforma electoral venidera, el análisis sobre la participación ciudadana en elecciones e incluso en ejercicios de participación ciudadana, debe ser una prioridad. | Fernando Díaz Naranjo

Escrito en OPINIÓN el

De acuerdo con el Estudio Muestral de la Participación Ciudadana, 2024 elaborado por la Dirección Ejecutiva de Organización Electoral del INE, más de 98.3 millones de mujeres y hombres tuvieron la posibilidad de votar en las elecciones de ese año por el que se renovaron 20,708 cargos de elección popular (629 federales y 20,079 locales).

Sin embargo, en la elección presidencial que es donde generalmente participa el mayor número de ciudadanas y ciudadanos, votó solamente el 59.8%; dicho de otro modo, el abstencionismo se ubicó en un 40.2% (casi 40 millones de personas).

De hecho, la votación registrada en 2024 es la segunda más baja desde 1994 en que el INE integra este tipo de estudios; en 2006 sólo asistieron a las urnas solo el 58.6% de la ciudadanía.

Ahora bien, ¿cuál fue la participación registrada por entidad federativa?  El propio estudio nos lo dice a través de cinco grandes categorías: Muy alto, mayor al 65.5%; Alto, 60.2% al 65.4%; Medio, 57.2% a 60.1%; Bajo, 54.2% a 57.1%, y Muy bajo, menos a 54.1%.

Así, con una participación en la categoría de “Muy alto” tenemos a Tlaxcala, Yucatán y la Ciudad de México; en estas dos últimas se renovó la gubernatura y la jefatura de gobierno de manera concurrente con las elecciones federales.

En el registro “Alto” tenemos a nueve entidades federativas, de donde Puebla, Chiapas y Morelos, además, renovaron su gubernatura. En el rubro de “Medio” se ubicaron cinco estados; Tabasco, Veracruz y Jalisco tuvieron elecciones locales para renovar a su ejecutivo local.  

En el rubro de “Bajo” se ubican 10 entidades y en dónde solo Guanajuato tuvo elección para la renovación de su gubernatura.  Finalmente, en la categoría de “Muy Bajo” se ubicaron 8 estados y sólo Baja California disputó de manera concurrente elecciones para la renovación de diputaciones locales y ayuntamientos.

Esto significa que, de las 32 entidades federativas, sólo 12 registraron participaciones muy altas y altas, de donde se encuentran estados como la Ciudad de México, Puebla, y Estado de México que concentran poblaciones electoras importantes.  No obstante, 20 estados se ubicaron en las categorías medio, bajo y muy bajo. Consecuentemente, en términos generales, la participación ciudadana se da en urbes importantes.

Además, en estados como Sonora y Baja California la participación ciudadana apenas registró porcentajes de 49.4% y 47%, respectivamente.

Esto representa, nos guste o no, una alerta sobre el desinterés que la población tiene para participar en uno de los ejercicios más importantes de nuestra democracia:  la renovación del poder público.

Por ello, ante la reforma electoral venidera, el análisis sobre la participación ciudadana en elecciones e incluso en ejercicios de participación ciudadana (como la elección judicial que no alcanzó ni el 13% de asistencia a las urnas), debe ser una prioridad. 

Que las y los ciudadanos asistan a ejercer su derecho al voto legitima a las personas electas, incrementa nuestra cultura cívica y fortalece nuestra democracia. De lo contrario, tenemos a representantes populares que llegan al ejercicio de su encargo por el voto mayoritario de una minoría de personas; le resta al Estado y a las propias instituciones electorales el reconocimiento de un pleno ejercicio cívico y, lo peor, nuestra democracia se erosiona de manera progresiva.

Los puntos nodales que deberán ser analizados para incrementar la participación ciudadana deben ser el fortalecimiento de la educación cívica desde varios frentes y no dejarle al INE solo esta labor; analizar la instrumentación de ejercicios que involucren a la ciudadanía, como asambleas ciudadanas, su participación en la definición de obras y servicios en su comunidad; incorporar el voto electrónico y el voto anticipado en elecciones, entre muchas más.

No obstante, y a pesar de que se conformó una Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, el Legislativo tendrá la última palabra.

 

Fernando Díaz Naranjo

@fdodiaznaranjo