Cuando se piensa en democracia, vienen a la mente ideas como elecciones, votos, boletas, candidaturas, campañas, casillas, resultados y un sinfín de conceptos con los que la ciudadanía está familiarizada.
El avance de las tecnologías de la información y comunicaciones ha tenido un importante impacto en el ejercicio de los derechos políticos-electorales, introduciendo nuevos conceptos a la dinámica democrática que deben entenderse y atenderse por parte de las autoridades electorales. Burbujas de filtro, noticias falsas, verdad ilusoria, clickbait, entre otros, son parte de la nueva realidad en la que tiene lugar la emisión del voto.
¿Por qué importan estos conceptos? Como autoridades electorales, el INE y los Organismos Públicos Locales, tienen el mandato constitucional y la responsabilidad intrínseca de organizar elecciones garantizando su certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, máxima publicidad y objetividad.
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El aumento de la disponibilidad de la información en medios digitales ha traído consigo beneficios como la inmediatez, la facilidad para compartir información e interactuar con otras personas, así como la creación de espacios de intercambio de ideas u opiniones sin limitaciones físicas lo que amplifica los mensajes y la audiencia.
Es innegable que el uso de las tecnologías de la información modificó la manera tradicional de hacer campañas en los procesos electorales pues diversificó los canales de difusión, particularmente para las generaciones nativas en las nuevas tecnologías; así como la interacción de los actores políticos con la ciudadanía al establecer nuevos espacios de discusión en plataformas, como X.
Sin embargo, esta irrupción tecnológica tiene otros efectos que se traducen en retos, ante el uso exponencial de las redes sociales. La masiva circulación de información es una herramienta para la creación de narrativas que propagan noticias falsas e infodemia, generando desconfianza entre la ciudadanía a través de la manipulación de la imagen de personas, e incluso, de la violencia digital.
El Instituto Nacional Electoral como autoridad, coadyuva en la construcción de ciudadanía informada y crítica, para ello, ha buscado alianzas estratégicas para garantizar certeza en información sobre los procesos electorales. En este contexto, surge CERTEZA-INE, como un proyecto interinstitucional y multidisciplinario enfocado en la comunicación digital, implementado por primera vez en el Proceso Electoral Federal 2017-2018, para desmentir noticias falsas en colaboración con firmas importantes de Big Tech.
En ese momento, las alianzas estratégicas fueron con Google, Facebook y Twitter (hora X). Colaboración que permitió desarrollar mecanismos para contar con información certera sobre ubicación de las casillas electorales, materiales electorales (en específico la relativa a la eficacia de los crayones para marcar las boletas electorales) e información falsa.
Certeza INE también se implementó en la elección federal de 2021 y las elecciones locales de 2019, 2020, 2022 y 2023, Consulta Popular y Revocación de Mandato, organizadas por el Instituto.
El esfuerzo detrás de Certeza-INE ha ido evolucionando y adaptándose a nuevas necesidades; muestra de ello es que para el Proceso Electoral Federal 2023-2024, y las elecciones locales concurrentes, se actualizó la estrategia de comunicación del proyecto institucional para combatir la desinformación, principalmente mediante dos acciones:
1) La ampliación de la cooperación mediática, mediante acuerdos de colaboración con medios especializados en verificación a fin de que fungieran como aliados en el combate a la desinformación, respecto de las consultas que se recibieron a través del Asistente Virtual del INE.
2) La creación del Asistente Virtual (chatbot) del INE en WhatsApp como canal directo con la ciudadanía para consultar sobre posible desinformación electoral, a fin de que recibieran información expedita, confiable y verificada. Esta última acción, le permitió a México ser el primer país de habla hispana que incorporó Inteligencia Artificial a través de su Asistente Virtual (chatbot en WhatsApp) en su lucha contra la desinformación.
El canal del INE en WhatsApp, llamado “Inés”, incorporó la tecnología de verificación de hechos de Meedan, haciendo uso de la plataforma Check. La API (Interfaz de Programación de Aplicaciones) de Check permitió a los usuarios enviar consultas al bot de Whatsapp del INE y recibir respuestas en tiempo real. De esta forma, la ciudadanía pudo consultar y recibir información confiable gracias a la colaboración y compromiso de Meta y medios de comunicación especializados en la verificación.
La velocidad en la que se da el avance tecnológico supone nuevos retos. Algunas áreas de oportunidad respecto de lo realizado hasta el momento por el Instituto. Por ejemplo, el alcance que tiene WhatsApp como herramienta de comunicación y de intercambio de información, a fin de considerar si el canal “Inés” puede funcionar permanentemente como un mecanismo de contacto constante con la ciudadanía y que provea de datos útiles respecto de las consultas de la ciudadanía, aun cuando no haya proceso electoral.
También deben explorarse nuevas redes sociales que tienen un alcance exponencial como Tik Tok, en las cuales, si bien no se ha detectado tanta desinformación, si pueden representar una plataforma de un amplio alcance para hacer llegar información confiable de manera dinámica y atractiva.
Otras acciones por explorar, es la generación de acuerdos con más medios de comunicación para tener mayor sinergia en el combate a la desinformación y colaborar de manera institucional en la verificación de hechos (fact-checking), así como repensar las estrategias de comunicación, para que éstas dejen su carácter reactivo y puedan responder de manera rápida y eficiente a las noticias falsas antes de que impacten en la sociedad.
Deben estudiarse nuevos mecanismos para involucrar a la ciudadanía de manera activa; a través de un ejercicio de pedagogía digital que permita identificar y discernir sus patrones de consumo de información, con el objetivo de verificar las fuentes de información que consumen y cómo pueden coadyuvar con la detección de infodemia o noticias falsas y, en su caso, dejar de compartirlas, sin tener la certeza de que sea información fidedigna.
Finalmente es importante pensar en formas de aprovechar la inteligencia artificial, de tal forma que sirva para recabar datos y generar información de confianza mediante nuevas formas de comunicación; más allá del Chat Bot “Inés”. En este sentido debe capacitarse a las personas que sean candidatas para que conozcan la forma en que pueden o no usar este tipo de tecnología y desarrollar las herramientas institucionales para poder atender estas demandas.
Hay mucho que explorar, estudiar o investigar todavía. Para ello resulta importante reconocer los avances y los retos, con el objetivo de entender qué se necesita para reforzar la confianza de la ciudadanía en el actuar del Instituto Nacional Electoral.
