ELECCIONES JUDICIALES

Elecciones de junio: cartas marcadas

Tras las elecciones de junio, se conjuntará un Poder Judicial que podría dañar gravemente a la justicia en México, y a la República; y podría estar orientada a defender causas que no son las de la Nación. | Joel Hernández Santiago

Escrito en OPINIÓN el

Todo comenzó el 5 de febrero de 2023 en el Teatro de la República de Querétaro. Se habría de celebrar el aniversario 106 de la Constitución mexicana. Al evento anual se presentaron representantes de los tres poderes de la Unión. 

Ese día, como otros años antes, se pidió a los invitados estar puntuales antes de la llegada del Ejecutivo, esta vez Andrés Manuel López Obrador. A su arribo el auditorio, que estaba a reventar de morenistas, lo recibieron con una cauda de aplausos, vivas y matracas… Todos de pie saludaron la llegada del presidente mexicano. Pero no todos… 

La ya presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Piña, permaneció sentada y sí, aplaudía respetuosa. Ella como representante de uno de los tres poderes de la Unión es par con el Ejecutivo y con el Legislativo. Pero la costumbre de rendir pleitesías al presidente en turno, el modo cortesano habría que cumplirse como siempre, pero esta vez uno de los poderes mostró su representatividad autónoma. 

Porque la ministra Norma Piña sí se levantó e hizo el saludo reverente –la mano en el corazón– para saludar a la bandera mexicana y entonar el himno nacional. 

“Qué lástima que no se respetara el protocolo” escribiría pocos minutos después Jesús Ramírez, el encargado de prensa del presidente López Obrador. Era una señal. El presidente se había molestado en extremo porque la ministra no se puso de pie para saludar su llegada. Los lopezobradoristas tronaron en furia… los morenistas igual. La 4T estaba indignada. 

Y comenzó lo que sería una de las guerras internas más cruentas y peligrosas en contra de la República en ese momento. 

En adelante, el presidente, desde su tribuna diaria, comenzó a azuzar a los mexicanos en contra de un Poder Judicial ‘que abusaba, que tenía sueldos insospechados’, “lo que nadie tiene derecho a ganar, porque ganan más que el presidente y que cualquier otro mexicano”… fue el comienzo… 

En adelante declaraciones casi diarias en contra del Poder Judicial: corrupción, incapacidad, malos manejos en la administración de justicia… y sobre todo la carga iba sobre la ministra Norma Piña. Era ella quien –según el criterio presidencial– había faltado al respeto al Ejecutivo y tenía que pagar las consecuencias políticas. 

Pero no era sólo eso, que al final fue la gota que derramó el vaso. Antes la Suprema Corte de Justicia de la Nación había rechazado iniciativas enviadas por el presidente al Poder Legislativo que, obediente, con su mayoría morenista y adlateres, no les habían tocado “ni una coma”. Era obligación de la SCJN hacerlo dado el proceso anterior en el Legislativo, con fallas de procedimiento. 

O sea que ya estaba digerida la jalea. El presidente tronaba, sus huestes tronaban, funcionarios públicos tronaban, morenistas desde su partido tronaban, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, rémoras de Morena tronaban en contra de la SCJN y en contra de Norma Piña. 

Surgió entonces la ocurrencia fatal, el presidente propone que para elegir a los nuevos jueces y magistrados… se lleve a cabo mediante elección popular. Y no de manera colegiada como ocurría a fin de elegir experiencia, probidad, calidad y criterio jurídico de quienes serían ministros, jueces o magistrados y más. No. Ya no. La orden era otra: elección popular.

Y se echó a andar la maquinaria del Estado para comenzar el proceso de la elección judicial. El INE se declaró en dificultades para llevar a cabo esta tarea de tal envergadura. Por todos lados había advertencias de que esto sería fatal para todos y sobre todo para la integración de ministros, jueces, magistrados y, para la SCJN

Al final, bajo presión presidencial todos obedecieron y callaron. Excepto en la SCJN en la que, ministros, advertían que no era conveniente este procedimiento que podría dañar a uno de los poderes, el Judicial, que junto con los otros dos, en autonomía, le dan sentido a la República. 

El Poder Legislativo –por su mayoría– está sometido al Ejecutivo, pero quedaba la posibilidad de la autonomía en el Judicial. No obstante la guerra siguió y se comenzó la auscultación y comenzó algo que llaman elección de candidatos pero que no es otra cosa que una serie de maniobras orientadas a crear un Poder Judicial obediente, callado y sometido al Ejecutivo. 

Al conocer las dificultades de elección al mismo presidente López Obrador se le ocurrió lo inaudito, la insaculación por tómbola. Si: tómbola. Mediante un jueguito de la suerte. 

Y los obedientes de cabeza gacha obedecieron. Y se hicieron las tómbolas. Y se cometieron errores en la elección de candidatos y se propició que en mayoría quedaran afines a Morena, provenientes de cualquier lado, pero afines a la 4T

Errores. Improvisación. Mala intención. Abusos. Mentiras. Desaseos. Engaños. Ambición. De todo esto está hecha la próxima elección del 1 de junio de 2025, para elegir a lo que será “el nuevo Poder Judicial”. Y para ello se alistan las preferidas de la casa: las tres ministras que quieren mantenerse en el poder judicial y jugar por la presidencia de la Institución. Las cartas están marcadas. 

Y comenzaron las campañas el domingo 30 de marzo, durarán dos meses. Hay restricciones del INE al manejo de medios y recursos. Se pide al gobierno que no haga campaña en favor de nada ni nadie. 

Pero todo está calculado. Y con raras excepciones, lo que sigue es la creación de un Poder Judicial que podría dañar gravemente a la justicia en México. Y a la República. Y podría estar orientada a defender causas que no son las de la Nación, ni las del país, ni las de la gente toda. 

Sí en favor de quienes decidieron este cambio. Pero… eso…: En el pecado estará la penitencia. Los resultados, en los años siguientes, dirán la verdad. Ese nuevo Poder Judicial será la Espada de Damocles de la 4T. Pero también de la justicia en México.

Joel Hernández Santiago

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