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SLP: El sismo y los intrusos

La protesta estudiantil en la UASLP, nacida de la indignación legítima ante una agresión inaceptable en la Facultad de Derecho, es más que un paro de actividades. | Adriana Ochoa

Escrito en OPINIÓN el

La protesta estudiantil en la UASLP, nacida de la indignación legítima ante una agresión inaceptable en la Facultad de Derecho, es más que un paro de actividades

Es el sismo que ha expuesto la urgencia de cambios institucionales en la UASLP, también el cinismo de una política provinciana de aspiraciones injerencistas. El origen del conflicto, que generó la renuncia del director de Derecho y el cese de funcionarios, dejó a la vista fallas, obsolescencias, y actitudes equivocadas que atender en dos puntos centrales: justicia para víctimas de violencia y seguridad. 

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Hay otras solicitudes más. Las representaciones del movimiento en las facultades levantaron una agenda a atender con temas próximos, los del día a día en su entidad, y los generales, de resolución central. Son las que ha recibido el Rector, en diálogo directo; cada una sin afanes de performance ni protagonismo.  

La sacudida desplazó de golpe a la FUP, rebasada y vaciada de contenido por el movimiento estudiantil. Los hechos motivo de la repulsa ocurrieron en un cubículo asignado a la Federación Universitaria Potosina. La presidenta no tenía en control ese espacio, un pequeño privilegio que administraban otros en quienes confió.

La federación de estudiantes paga el costo inmediato de ese descuido y otro de más larga data: el descrédito de una especie de gerontocracia de exlíderes y asesores cuyo tiempo ya fue, pero ya egresados se aferran a una visión patrimonialista de la representación estatutaria en la que alguna vez participaron. Venden afuera supuesto “control” de los jóvenes, “influencia”. Les compran esa carta algunos políticos, de variado color, como vía “para estar en la UASLP”. 

En cada elección estudiantil universitaria, estos personajes despliegan el “gancho” de sus experiencias de éxito hace diez, veinte y hasta cuarenta años. Épicas juveniles hoy chaparras, envejecidas y apolilladas. No cambiarán ni cuando lleven pañal para incontinencia. Ante los hechos lamentables en Derecho, una FUP con gafas anacrónicas no vio el golpe de la realidad y tardó en reaccionar. El inmovilismo pasa factura a todo nivel.

En el escenario de crisis, sujetos de muy diversa procedencia echaron a andar una embestida externa de frentes múltiples, centrada en el rector de la UASLP, Alejandro Zermeño Guerra. Desde grupos encapuchados y violentos que el movimiento estudiantil no reconoce siquiera como universitarios, al foráneo líder del Congreso, diputados de distinto color, el brazo fiscalizador del Estado y funcionarios estatales. Los violentos de capucha fueron los hostigadores de funcionarios y directivos, a quienes cercaron y agredieron en plena calle. 

Las representaciones del movimiento, en videos y redes sociales, desconocieron las acciones, conducta y demandas de esos bloques negros. Se dieron inmediatamente cuenta del juego. De lo burdo, la embestida se fue a la manipulación y la mentira, que suponen más finos. 

Hay un telón de fondo circunstancial: el 31 de octubre vence el plazo para que Gobierno del Estado pague lo que adeuda a la UASLP, más de 200 millones. El Gobierno afirmó que pagará el adeudo presupuestal, después de meses de negaciones, insultos, amenazas y quejas porque se critica en prensa el impago.

La presión financiera se apuntala con el intento del Instituto de Fiscalización Estatal (IFSE) de arrogarse autorización de la Suprema Corte de Justicia para fiscalizar a la UASLP. El IFSE miente con un boletín que distorsiona la verdad. El fallo de la Corte, cuyo proyecto fue elaborado por la ministra Yasmín Esquivel Mossa, se limitó a confirmar el descarte de la controversia constitucional de la UASLP

Basado en un Estatuto Orgánico de la UASLP y una Ley Orgánica que ya no están vigentes, el dictamen aduce que la Universidad no tiene legitimidad para interponer controversia constitucional porque es parte de la administración estatal, cosa que no es cierta. Un fallo a modo, armado con leyes no vigentes, sí, pero que nunca autorizó al Instituto a que auditara porque no entró al fondo.

Por otro lado, una maniobra evidente del Congreso local para cercar a la Rectoría. El intentó rebotó en la Junta de Coordinación Política. No pudo pasar por la negativa del PAN, MC y Morena. El legislativo local no tiene facultades para ello, le corresponde al federal.  Y no se trata de ningún interés de transparencia, sino de acorralar al rector en una pretendida exhibición mediática de poder. No, desde luego no sería la pasarela convenida, viscosa, lerda y floral que fueron las comparecencias sin réplica de funcionarios de Gobierno. 

Los diputados del Verde vociferaron su cantaleta de comparecer. Otro entrometido, Carlos Arreola, de Morena, incluso salió a pronunciarse por modificar los procesos democráticos internos de la UASLP y proponer voto universal para rector. El esquema tradicional de representación estudiantil que hoy enfrenta una crisis en la UASLP nace del voto directo y universal. Irónico. 

Flota ya otra intentona, lustrosa y tóxica como manzana envenenada: invitar al rector a un foro en el Legislativo para hablar de su solicitud de autonomía financiera. Si existe una verdadera disposición para el debate, que soliciten al Consejo Directivo Universitario hacer foros para escuchar a la comunidad universitaria, en espacios universitarios. Y que la ronda comience en la Facultad de Ciencias, donde los jóvenes tienen presente que en abril de 2024 se les prometieron obras de infraestructura que todavía esperan.

El movimiento de paro estudiantil no se parece a otros del pasado. Es otro el momento. A las autoridades les plantea el desafío de resolver fallas, omisiones y prácticas que se normalizaron. La chatarra y el óxido se acumuló en algunos espacios, estudiantiles, docentes y administrativos, también el material inflamable. En esos pasajes grises de comodidad y conformidad, la agresión a una estudiante hizo estallar el reclamo.   

Los jóvenes del movimiento original han mostrado una madurez política notable, respondiendo en sus redes que la renuncia del Rector no es su exigencia. Entienden perfectamente las intentonas de infiltrar su movimiento y usarlo para agendas que no son las suyas. 

Sacudida desde la corteza, sí. De sus efectos y origen se encargan los universitarios. Es su casa la que ven necesario atender conforme sus propias normas. Lo demás es ruido con fines de aturdimiento.

Adriana Ochoa

@ArterialPresion