Aunque políticamente no tienen relevancia ni están estipulados en ninguna legislación mundial que obligue a los gobiernos a rendir cuentas en ese plazo, este concepto ha sido adoptado por el público, los medios y los académicos como una medida del éxito y activismo presidencial desde entonces.
El concepto de "Los primeros 100 días de gobierno" tiene su origen en la presidencia de Franklin Delano Roosevelt, presidente de los Estados Unidos de América, quien asumió el cargo en 1933 en medio de la Gran Depresión y permaneció en el cargo hasta su fallecimiento en 1945. El término "primeros 100 días" fue acuñado por Roosevelt mismo en un discurso radial el 25 de julio de 1933 y, desde entonces, se ha convertido en un punto de referencia para evaluar el éxito presidencial. Al ser elegido, Roosevelt se enfrentó a uno de los mayores desafíos de la historia moderna de los Estados Unidos. Los primeros 100 días de su presidencia comenzaron el 4 de marzo de 1933, en un contexto de desempleo devastador, quiebras bancarias y una pérdida generalizada de confianza. Roosevelt comprendía que los estadounidenses anhelaban la certeza de que, bajo su liderazgo, podrían superar la crisis, razón principal por la que lo eligieron.
En su discurso inaugural del 4 de marzo, Roosevelt declaró: "Esta nación pide acción, y acción ahora. Nuestra tarea principal es poner a la gente a trabajar. Estoy preparado, bajo mi deber constitucional, para recomendar las medidas que una nación afligida en medio de un mundo afligido pueda requerir". Su objetivo era abordar rápidamente los problemas de la nación, centrándose en el empleo, la protección de los ahorros, la prosperidad, el alivio para los enfermos y ancianos, y la revitalización de la industria y la agricultura, lo que se conoció como el "New Deal".
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Roosevelt convocó al Congreso de los Estados Unidos de América a una sesión especial de casi 100 días, iniciando un período sin precedentes de experimentación durante el cual probó diferentes métodos para aliviar la Depresión. Si fallaban, intentaba otra cosa. Para el 9 de marzo, el Congreso aprobó la Ley de Emergencia Bancaria, permitiendo a Roosevelt establecer un seguro de depósitos federal. La confianza del público aumentó significativamente, lo que llevó a un notable regreso del dinero acumulado y a un récord de aumento en el mercado de valores en un solo día.
Durante este período, Roosevelt logró la aprobación de 15 proyectos de ley importantes y 77 leyes para combatir la Gran Depresión. Su éxito en obtener la aprobación del Congreso se convirtió en leyenda y estableció a Roosevelt como el presidente más efectivo en tratar con el Congreso durante los primeros 100 días. En la víspera del final del feriado bancario, Roosevelt se dirigió a más de 60 millones de personas a través de la radio, explicando las acciones tomadas y los pasos futuros, lo cual repetiría en 30 ocasiones.
Aunque los 100 días de gobierno no son una medida política ni práctica, dada la fama de Roosevelt, resultan útiles para los gobernantes, pues les permiten una tribuna mediática para hablar de la ruta de su gobierno o mostrar breves logros. Sin embargo, ninguno ha alcanzado la magnitud de los cambios que Roosevelt implementó en ese tiempo.
No hay nada mágico en el número, y muchos analistas reconocen que no es útil para evaluar los gobiernos, ya que no se enfrentan a la realidad que vivió Roosevelt, por lo que es una vara de medir artificial. En su momento, "los primeros cien días del New Deal" sirvieron como modelo de liderazgo audaz y armonía entre el ejecutivo y el legislativo. Para los analistas, es un tiempo en el que se puede evaluar el liderazgo de los políticos. Los presidentes tienden a ser más efectivos al inicio de su mandato, cuando su estilo de liderazgo es novedoso y el aura de la victoria aún es potente, y cuando su influencia en el Congreso está en su punto más alto.
Aunque todavía se debate si el “New Deal” de Roosevelt realmente puso fin a la Depresión o si acabó con la Segunda Guerra Mundial; está claro en retrospectiva que algunas de sus ideas fueron más exitosas que otras. Lo que sí es indiscutible es que Roosevelt expandió fundamentalmente el alcance y el poder del gobierno federal, lo cual la mayoría de los estadounidenses ahora aceptan, especialmente en tiempos de crisis, y revolucionó la vida económica, política y social de Estados Unidos de América.
Aunque hoy en día y en otros contextos se quieren trazar paralelismos, no se pueden equiparar los desafíos que enfrentó ni las acciones que emprendió Roosevelt. Sin embargo, dada la fama de "Los primeros 100 días", sigue siendo un momento que los gobernantes utilizan para atraer la atención hacia ellos y sus acciones.