En este momento debemos de ser muy receptivos a la geopolítica en la que México está inmerso, pues estamos en el polo norte de América, y nuestros vecinos y socios comerciales están en proceso de cambiar de mando del titular del poder ejecutivo. El próximo 20 de enero asumirá la presidencia número 47 Donald Trump, quien por segunda ocasión tendrá esta posición; con las ventajas de la experiencia anterior para revisar el T-MEC, aplicar sus políticas migratorias y ver las acciones y reacciones de la cooperación internacional respecto del combate a la delincuencia organizada y sobre todo a la producción, trasiego y comercialización de drogas como el fentanilo, que la administración con la que él tuvo relación en el ejercicio anterior de su mandato negó, y dio abrazos y no balazos.
Aunado a que ha manifestado dar un trato desigual a Canadá que también tendrá su relevo en el ejecutivo (primer ministro) con quienes nosotros tendremos una relación comercial; pero con distancia y sin frontera. Sin embargo, los tres países tenemos retos comunes como el establecer en términos claros y respetuosos la coordinación y no subordinación como lo ha dicho la presidenta.
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Por lo pronto, hablando de forma y fondo, analicemos y reflexionemos si somos o no una región con retos en los que todos estamos inmersos en beneficios básicos como el ir a un centro comercial y lo mismo comprar una hamburguesa de cadena americana que el exportar el aguacate que se consume el día del Super Bowl y ponerle miel de maple en los panqueques. Lo cual de fondo tiene un andamiaje de libre comercio, que no es solo neoliberal ni capitalista, genera empleos y oportunidades a muchos mexicanos.
Nota al pie de página: le deseo el mejor de los éxitos a Bertha María Alcalde Luján, Fiscal General de Justicia de la Ciudad de México.