Aquí lo he repetido en decenas de ocasiones; en realidad hasta el cansancio.
Sin embargo, debo insistir cuantas veces sea necesario ya que, como sociedad, no podemos repetir en mismo error tantas veces.
¿Y cuál es el error al que nos referimos?
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Que muchos mexicanos, incluso algunos brillantes políticos, como el ex presidente Ernesto Zedillo, se creyeron el cuento de López Obrador era un demócrata. Y peor aún, creen que la espuria Claudia será distinta.
Sí, durante años, muchos se negaron a ver las evidencias de que Obrador siempre fue un populista enfermo de poder, y que acabaría por llevarnos a una tiranía, al estilo de Venezuela.
Curiosamente hoy, cuando López Obrador le dio la estocada final a la democracia mexicana –cuando acabó con el Poder Judicial y con la división de poderes--, reaparece Ernesto Zedillo con una severa crítica al saliente mandatario mexicano, cuando queda poco o nada por hacer.
Así lo dijo Zedillo en la Internacional Bar Association, en septiembre del 2024: “Las reformas destruirán al sistema judicial y con ello enterrarán la democracia mexicana y lo que quede de su frágil Estado de derecho
“La propuesta del presidente no tiene nada que mejore la capacidad del Estado para procurar e impartir justicia; no sirve porque esta reforma no cumple con lo que debe existir en toda democracia: igualdad ante la ley, protección de derechos, imparcialidad, acceso a la justicia, transparencia, debido proceso y proporcionalidad”. (FIN DE LA CITA)
Si, una crítica demoledora que desató la burla de López Obrador.
Sin embargo, a los lectores de este espacio no les sorprende el amasiato político que existió entre Zedillo y López Obrador; relación documentada aquí por última ocasión en Itinerario Político del 23 de Marzo del 2022, titulado: “¡Zedillo construyó al populista AMLO!”,
Así lo dije: “Seguramente muchos han escuchado las duras críticas de Ernesto Zedillo al populismo depredador de López Obrador. Pero no hay duda que pocos recuerdan que el entonces presidente Zedillo es el verdadero creador del populista López Obrador. ¿Por qué?
“Porque en 1996 y en el año 2000 se pactaron sendos amasiatos políticos entre Zedillo y AMLO que hicieron presidente del PRD al tabasqueño y luego, de manera ilegal, lo convirtieron en candidato y jefe de gobierno del DF.
“En efecto, esa es la historia negra de un amasiato político que quisieran olvidad “los fanáticos lopistas” y que pretenden borrar de su pasado tanto el presidente López Obrador como el ex presidente Zedillo. Pero vamos por partes.
“Como recuerdan, en días pasados reapareció el ex presidente Zedillo, con una crítica severa a los populismos ineficaces de América Latina.
“Dijo que gobiernos que llegaron al poder por la vía democrática hoy se han convertido en enemigos de la democracia y de las reformas estructurales para apuntalar el desarrollo económico.
“Incluso responsabilizó a los populistas por el sufrimiento y muerte en sus pueblos, a causa de la ineficiente respuesta oficial frente a la pandemia.
“Pero no era la primera ocasión que el ex presidente advertía del peligro de los populismos. El 10 de diciembre del 2021, en el seminario “La Relación de Estados Unidos e Iberoamérica”, Ernesto Zedillo y Mario Vargas Llosa, alertaron del peligroso retroceso democrático en México y América Latina.
“Zedillo lo dijo así: “Si uno ve el mapa de América Latina, concluye que quizá 70% de nuestra población vive en países en donde la democracia que creíamos definitiva está seriamente amenazada por individuos que accedieron al poder por la vía democrática y que de inmediato se abocaron a destruir cualquier elemento democrático. (FIN DE LA CITA)
Vargas Llosa fue más directo: “México concitó grandes esperanzas en el Continente cuando el señor Zedillo transformó México y permitió elecciones libres… sin embargo, hoy nada de eso queda. ¿Por qué? Porque los mexicanos votaron mal”. (FIN DE LA CITA)
Lo que pocos recuerdan, sin embargo, es que, en 1996, López Obrador siguió los pasos del PAN y provocó un amasiato político con el gobierno de Zedillo, en abierta traición a Cuauhtémoc Cárdenas.
Los incrédulos de esa realidad pueden consultar la hemeroteca del diario La Jornada del lunes 3 de junio de 1996, que tituló así la nota principal: “Conspiran contra Zedillo: López O.”.
La nota se refería a una declaración que AMLO formuló en Misantla, Veracruz, el domingo 2 de junio, en donde dio a conocer la propuesta de un “acuerdo de unidad y apoyo político” al gobierno de Zedillo.
Así lo dijo Obrador: “No queremos alianzas con el presidente Zedillo, deseamos acuerdos donde él se comprometa con el pueblo y con la nación, y nosotros a construir una verdadera transición democrática… queremos acceder al poder, pero no sobre el cadáver de la República”. (Fin de la cita)
Y la respuesta del entonces presidente Zedillo fue una alianza que convirtió a Obrador en jefe del PRD, en medio de severas críticas por lo que muchos llamaron “la gran traición”.
Por ejemplo, en su artículo del semanario Proceso, número 1023, del 10 de junio de 1996, titulado “Lombardismo en el PRD”, Heberto Castillo denunció: “Los bandazos del candidato a la presidencia del PRD, Andrés Manuel López Obrador”, y enumera las incongruencias de un político que se decía de izquierda y pactaba con el PRI.
Al final, López Obrador se convirtió en jefe del PRD gracias al aval de Zedillo y en 1997 su partido ganó el gobierno del DF con Cuauhtémoc Cárdenas, pero también Tlaxcala, Baja California y Zacatecas.
Pero esa sólo había sido el primero de los amasiatos de López Obrador con el PRI y, en especial, con el entonces presidente Zedillo.
Y es que tiempo después, en el año 2000, Zedillo volvió a intervenir a favor de AMLO para que el entonces IFE del DF avalara la ilegal candidatura de Obrador al gobierno capitalino.
Y es que López Obrador no reunía los requisitos constitucionales para aspirar a la candidatura del entonces DF. En pocas palabras, Zedillo construyó a ese Frankenstein que hoy destruyó la democracia mexicana. Se los dije.
Al tiempo.