En política “no hay sorpresas, sino sorprendidos”, dice el viejo refranero popular,
Y hoy, en México, son muchos los sorprendidos por las noticias que llegan de allende las fronteras, sobre una realidad que todos debieran conocer: que el presidente mexicano entregó el país al crimen organizado.
En efecto, algunos de los más reputados medios del mundo parecen abrir los ojos y poner la mirada en nuestro país, para señalar al mexicano como un “narco-gobierno” y a su mandatario, como un “narco-presidente”.
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Así, por ejemplo, diarios norteamericanos como The New York Times y The Washinton Post, reportaron recientemente en sus primeras planas el peligroso empoderamiento del crimen organizado en México, estimulado por López Obrador y que, la inclusión criminal es tal que se apoderó de industrias básicas como la fabricación y venta de tortilla.
El New York Times revela que las bandas criminales han incursionado en el poder y la política, sobre todo en los poderes municipales, ya que son espacios de poder indefenso.
Así lo dice: “El municipio es el más vulnerable, el más débil, el que menos recursos tiene, el que menos fuerza institucional tiene”, dice el diario, citando al Laboratorio Electoral, un grupo de investigación mexicano enfocado a la democracia, que ha documentado 272 casos de violencia electoral en todo el país, incluyendo asesinatos, amenazas y secuestros.
A su vez, un reportaje del Washington Post confirma que los cárteles mexicanos se extienden más allá de la producción de drogas y que crearon redes de extorsión a todo tipo de empresas, como las productoras de tortilla.
Y concluye así: “el narcotráfico tiene un papel cada vez mayor en las economías del país, desde infiltrarse en puertos marítimos, hasta la extorsión a pequeñas empresas, lo que le permite ganar más poder político”.
Por su parte, una investigación del reputado Internacional Crisis Groupe da a conocer que el Ejército Mexicano pactó con grupos criminales para mejorar la percepción de seguridad del gobierno de López Obrador.
A partir de entrevistas con militares, criminales, sicarios y funcionarios públicos mexicanos, el grupo de investigadores dicen que el premio para las bandas criminales –en su alianza con el gobierno de AMLO--, son las facilidades para expandir sus actividades criminales a todo el país.
El informe también dice que la estrategia de “abrazos y no balazos” no es más que la firma del pacto del gobierno de Obrador con el crimen, para reducir la violencia visible. Es decir, el gobierndo otorga permiso para matar rivales criminales, con la condición de esconder los cadáveres para que no aparezcan en los números de la violencia criminal.
Sin duda revelaciones de escándalo. Sin embargo, no son novedad.
¿Por qué?
Porque se trata de revelaciones que aquí se han documentado en la última década. Por ejemplo, en el Itinerario Político del 23 de abril de 2019, titulado igual que hoy: ¡Obrador entregó el país al crimen!”, dije que estaban, a los ojos de todos, las pruebas de que, al llegar al poder, AMLO entregó el país entero al crimen.
Así lo dije: “No es casual que todas las formas de violencia criminal se hayan desatado en el primer trimestre de 2019, justo al arranque del gobierno de López Obrador.
“Y no es casual porque en política nada es casual y menos producto de una bendición divina o de una maldición terrenal. Lo cierto es que todo o casi todo tiene su origen en una decisión política, certera o equivocada, de quienes conducen los destinos de un pueblo.
“Así, por ejemplo, muchos ingenuos suponen que el estallido de violencia que hoy vivimos en todo el territorio nacional --al arranque del gobierno de Obrador--, es parte de una decisión unilateral de las bandas criminales que orquestaron una suerte “de bienvenida” al nuevo presidente.
“Es decir, que según “los maromeros” de Morena –que a toda torpeza presidencial encuentran una explicación ideal–, los criminales “están calando a Andrés” quien dotado de una bondad infinita no persigue al crimen para no provocar un baño de sangre.
“Lo cierto es que, les guste o no a los fanáticos de AMLO, el origen de las matanzas por todo el país, del trimestre más violento de la historia y, en general, la causa del estallido incontenible de la violencia, la conoce bien el presidente Obrador.
“Sin embargo, lo que no dice y menos reconoce López Obrador es que en su gestión no sólo se incrementó la ineficacia gubernamental. sino que, los criminales fueron perdonados aún antes de que llegara al poder.
“¿Y qué quiere decir lo anterior?
“Que, si hacemos memoria, recordaremos que, desde los tiempos de campaña, el entonces candidato Obrador anunció por todo el país que brindaría protección a los criminales mediante una amnistía unilateral del gobierno.
“Y también desde todos los frentes –políticos y sociales–, y en todos los tonos se le advirtió al candidato Obrador sobre los peligros de ofrecer amnistía a las bandas criminales; un perdón adelantado, unilateral y sin condiciones.
“Y, como saben, la respuesta de López Obrador fue la soberbia y la esperanza en la buena fe de los criminales a quienes, ya como presidente en funciones, prometió no perseguir.
“Dicho de otro modo, resulta que, en los hechos, el nuevo presidente mexicano “entregó la plaza” a las bandas de narcotraficantes, secuestradores, tratantes de personas, ladrones de combustible y, en general, al crimen.
“Y la respuesta está a la vista de todos. El eslogan de “abrazos, no balazos”, no es más que la firma de la alianza de AMLO con el crimen y por eso hoy vivimos el trimestre más violento en la historia y veremos el sexenio con más muerte de la historia.
“Por eso obliga preguntar: ¿Por qué, si tienen protección federal, los criminales habrían de abandonar los rentables negocios del crimen? ¿Cuál es el incentivo? ¿Servirán de algo los salmos bíblicos, los llamados de buena voluntad y las promesas de que los criminales serán intocables?
“No, la única manera de combatir al crimen es con la fuerza del Estado, les guste o no a los conservadores del gobierno de Obrador.
“Lo demás no es más que retórica “engañabobos” Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Sí, desde hace años, aquí documenté lo que hoy revela la prensa extranjera y que sorprende al mundo; que el de Obrador es un “narco-gobierno” y que el mandatario mexicano es un “narco-presidente”.
Al tiempo.