Primero la noticia.
Desde la tarde del lunes 29 de abril se difundió en redes que, por orden presidencial, todos los diputados federales del Grupo Parlamentario de Morena fueron citados a Palacio.
La instrucción exigía a cada diputado acudir con su acreditación de diputado federal, pero sin llevar consigo teléfono celular u otro dispositivo electrónico.
Te podría interesar
Además, se les exigía no llegar con vehículo y chofer a las puertas de Palacio y tampoco dejar los vehículos y al chofer esperando en las calles aledañas a la casa presidencial.
La convocatoria se hizo a pocas horas de concluido el segundo debate presidencial en donde fue clara la derrota de la candidata oficialista y la victoria de la opositora Xóchitl Gálvez.
Luego que se filtró la inusual invitación presidencial a los diputados de Morena, la mañana de ayer, 30 de abril del 2024, López Obrador dijo que sólo se trataría de una reunión de agradecimiento a los legisladores que lo habían acompañado en la segunda mitad de su gobierno.
Sin embargo, de nueva cuenta los hechos riñen con la realidad.
Y por eso, las preguntas obligadas.
¿Para qué convocar a Palacio y, literalmente en secreto, a todos los diputados federales de Morena?
¿Para qué exigir que asistieran sin celular y sin ningún dispositivo electrónico, al encuentro privado?
¿Para qué prohibir que los choferes y los vehículos se quedaran en las calles aledañas a Palacio?
¿De qué cosa tan importante se habló en ese encuentro, como para prohibir el ingreso con celulares?
¿Dónde quedó la división de poderes, si los diputados son tratados como vulgares lacayos del presidente?
Ahora la respuesta a cada una de las interrogantes.
1.- Los diputados federales de Morena fueron convocados de emergencia y al día siguiente del segundo debate presidencial, para que el presidente les leyera la cartilla y les exigiera que se conviertan en promotores del voto a favor de su candidata, en el mes que resta de campaña.
Y es que, como lo dije aquí en la entrega de ayer del Itinerario Político, luego de la derrota en el segundo debate, se prendieron los focos rojos en Palacio y empezó el control de daños.
2.- Se les exigió a los diputados no llevar teléfonos celulares y hasta debieron pasar por arcos detectores, porque lo que se dijo en esa reunión es lo más parecido a las instrucciones y detalles para hacer realidad “el asalto al poder”, mediante un fraude de Estado.
Por eso, en Palacio se aseguraron de no dejar una sola huella y menos un audio o video que pudiera confirmar que el principal delincuente electoral se llama López Obrador.
3.- La extraña exigencia de que tanto choferes como vehículos de los diputados tampoco se quedaran en las calles aledañas a Palacio, es para evitar que un dispositivo de rastreo remoto, instalado en alguno de esos vehículos, pudiera captar una señal de audio, que comprometa el objetivo del encuentro.
4.- Es decir, el tamaño de la secrecía y de la de seguridad exigidas en Palacio a los diputados –para evitar fugas de información–, es de la misma gravedad de lo que se dijo en tal encuentro, en donde –se debe insistir–, se informó una parte fundamental del fraude de Estado para el 2 de junio.
5.- Y, por último, se confirma que en México está muerta la división de poderes y que el Poder Ejecutivo tiene sometido por completo al Poder Legislativo, cuyos diputados son verdaderos lacayos que sólo hacen lo que les ordena su patrón de Palacio.
Por último y luego de los eventos políticos desesperados, se desprenden las siguientes conclusiones.
Primero, que asistimos a la radicalización y el endurecimiento de las respuestas oficiales, frente al debilitamiento de la candidata del presidente, Claudia Sheinbaum y del crecimiento de Xóchitl Gálvez.
Y es que si el partido oficial tuviera en la bolsa la victoria de la elección presidencial –como pregonan–, no tendrían sentido encuentros secretos con los diputados, con tales medidas de seguridad, al tiempo que se extiende el espionaje a la candidata opositora.
Segundo, se confirma que, por ningún motivo, el grupo en el poder aceptará una derrota y que ese cártel criminal llamado “Partido Morena”, hará todo lo necesario –incluso un golpista asalto al poder–, para impedir que los opositores se hagan de la victoria.
Y, tercero que, en los días restantes para el 2 de junio veremos un incremento de la violencia, el crimen y el terror, estimulado por el gobierno de López Obrador y por sus aliados del crimen organizado, para crear miedo entre los votantes. Si, el llamado “narco-terrorismo electoral” ¿Lo dudan?
Al tiempo.