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SLP: Más allá de sus narices

Desde hace más de tres lustros San Luis Potosí debió invertir en presas alrededor de la Ciudad. | Adriana Ochoa

Escrito en OPINIÓN el

Un periodista creativo lo simplificó en un meme que se movió en redes por su tino hilarante, un montaje cara a cara en video entre los gobernadores de Querétaro, Mauricio Kuri, y San Luis Potosí, Ricardo Gallardo. El primero anunciaba la inversión de Amazon en Querétaro, cinco mil millones de dólares en infraestructura tecnológica para ampliar desde ahí la oferta de servicios en la nube de su división Amazon Web Services, y el potosino, extasiado en su propia primicia, enlistando los conciertos gruperos, norteños, serranos, de tacuarines patilludos con acordeón, glorias del gorgorito con tejana y saco a tela de sofá y otros de la tendencia rascua-music más popular.

Militancias, simpatías o complejos aparte, el mensaje central de ese meme es que hay gobiernos con luces más largas que otros. Y los de San Luis bizquean horrible si se intenta que vean más allá de sus narices de un tiempo para acá. Gobiernos de glorias efímeras, lo que dura el propio autobombo de quien los encabeza.

Toda obra, programa o proyecto no puede ir más allá del tiempo en el que nuestros rabones gobernantes tengan el privilegio de inaugurar y divulgar como beneficio de su parte para la población, como si lo pagaran de su bolsa. Impensable en San Luis un proyecto que por su complejidad y tamaño se extienda más allá de un sexenio. Si la placa de entrega o inauguración no va a llevar su nombre, ni voltear a verlo, así sea algo vital para San Luis.

Prefieren embarcarse en obritas visibles, si acaso grandotas más que grandiosas. Si no son lo suficientemente aparatosas, les ponen foquitos a discreción y se presentan con denominaciones aspiracionistas, aunque inexactas, mentirosas o hasta ridículas, como los “puentes atirantados” sin ningún tirante de acero en su estructura.

Y si acaso heredan un proyecto que requiere más de un sexenio, reniegan de él, lo usan como arma política, lo hacen de la peor manera o lo adulteran para mal con “ideotas” sin más soporte que su propia ocurrencia.

Banobras le entregó al gobernador priista Fernando Toranzo un proyecto para construir 12 líneas de transporte en carril continuo o “Metrobús” para la capital del Estado y zona conurbada. Toranzo no hizo ni una línea. Su sucesor, Juan Manuel Carreras, heredó el proyectazo y se entercó en sostener a un secretario de Obras senil e incompetente. Intervino la Junta de Caminos y tampoco pegó para mucho.

El gobierno de Carreras terminó el sexenio dejando un carril confinado a medio hacer, un escarbadero sin ton ni son y una ruta de paradores metálicos para ascender y bajar a la nada. El secretario de Obras que insistió en mantener en el puesto hoy está bajo proceso con el beneficio, por su edad, de prisión domiciliaria.

La administración de Ricardo Gallardo recogió el adefesio de obra, la sumó gustoso a su narrativa de “la corrupción son los otros”, y ahora circulan a prueba unos camiones largos en la única ruta confinada de las doce proyectadas. No ha resultado el hit esperado porque la ruta a la Zona Industrial no interesa a los obreros, pues son más eficientes las camionetas de transporte de personal privadas que mueven hasta sus centros de trabajo a miles de empleados, incluso desde localidades de municipios vecinos y del estado de Guanajuato. 

En lo que San Luis hizo una línea muy básica de transporte confinado, Hidalgo construyó y puso en operación el Tuzobús, que enlaza 8 municipios de la Zona Metropolitana de Pachuca y mueve a 60 mil usuarios por día. Además, las estaciones son eso, estaciones, no paraderos. Y Querétaro organizó el transporte público en un solo sistema, con tarjeta prepagada y criterios de una sola entidad, la Agencia de Movilidad. La avenida 5 de febrero tendrá transporte articulado, como el Metrobús de la CDMX.

La muestra más triste de la obtusa mirada de nuestros gobernantes es la crisis del agua que arrastra San Luis desde el año pasado, con la presa El Realito cerrada, el acueducto en una reparación de la que nada se sabe y las presas secas.

Sin abasto del Realito, la ciudad ha tenido que adaptarse a un tandeo entre tesón, paciencia y milagro. Al organismo operador de agua, Interapas, no le quedó más de reperforar, readecuar y aumentar aforo de pozos, una regresión al uso de agua subterránea que la ciudad intentaba reducir.

A este esfuerzo de la alcaldía capitalina, el gobierno de Gallardo y sus diputados en el Congreso han respondido azuzando la molestia por la escasez y exigiendo la desaparición del Interapas. El gobernador llegó incluso a condicionar públicamente la ayuda en una colonia, siempre y cuando votaran por su partido, el Verde.

Y mientras el municipio capitalino, en carácter de emergente, lleva gastados más de 300 millones de pesos en extraer agua de donde se pueda, el gobernador invierte 500 millones en una arena charra que debió estar lista en septiembre pasado para el Campeonato Nacional Charro. La construcción se atrasó y el campeonato tuvo que celebrarse de emergencia en el estadio de béisbol 20 de noviembre, con caras adaptaciones en corrales y escenario.

Como el gobernador no ceja en su aspiración de glorias charras, consiguió que la Federación Mexicana de Charrería pasara por alto su propio estatuto, que no permite la celebración consecutiva de su máximo evento en una misma ciudad, y retomó la criticada construcción de su arena.

Desde hace más de tres lustros San Luis Potosí debió invertir en presas alrededor de la ciudad. La presa San José, con más de cien años, está seca e invadida de lirio; además, perdió más del 60% de su capacidad. Como no sea que conviertan la arena inútil de Gallardo en aljibe público, tampoco se avanzará en el tema de nuevos vasos de captación para la ciudad con esta administración. Cero, no hay proyecto. Y si lo hay, no se transparenta.

Ni siquiera porque el Segundo Tribunal Colegiado en Materias Civil y Administrativa del Noveno Circuito requirió al gobernador Gallardo, a la Comisión Estatal del Agua y al Interapas a retirar el lirio de la vieja presa San José, asumieron sus responsabilidades institucionales. Gobernador e instancias estatales dijeron que “no les toca”; Interapas y alcalde, que no pueden por la atención enfocada a la emergencia en la capital.

Es más, el secretario de Gobierno, José Guadalupe Torres Sánchez, declaró que hasta no perder en última instancia, la administración estatal no se moverá para desatascar de lirio la presa. No ven ni la oportunidad de limpiar el lirio con la presa vacía. Tampoco de poner le solución a la contaminación de la presa que abona el lirio.

¿Qué vio Amazon en Querétaro? Certeza en los planes de infraestructura más allá de uno o dos sexenios. Seriedad institucional e inversión pública en energía, educación, movilidad, agua y servicios. Los proyectos de infraestructura en Querétaro son a dos o tres décadas, por encima de quien gobierne y de qué partido sea. Lo mismo Aguascalientes.

Los gobiernos no son para mayor gloria de los gobernantes en turno, son para los ciudadanos. Los gobiernos no son herramientas de caprichos, ocurrencias ni antojos charros. En cualquier sociedad civilizada, comilfó.

 

Adriana Ochoa

@ArterialPresion