Datos del propio gobierno federal arrojan una baja real tanto en los salarios, como en el número de emplazamientos a huelga y de trabajadores involucrados en las revisiones contractuales, de 2019 a las postrimerías de 2024. Un despropósito no concebido en la reforma laboral y que ahora al momento de aplanar la tierra aparecen hoyos profundos en la economía de los obreros.
El cuento me lo habían platicado al revés, ¿y ahora cómo explicamos este retroceso? La reforma laboral se diseñó para beneficiar a los trabajadores, pero los números dicen lo contrario o, dicho de otra manera, a pesar de su existencia, la debacle no se puede detener.
Empecemos por analizar la severa reducción en el número de revisiones salariales y contractuales durante el periodo de 2019 a 2023 que alcanzó un menos 65.4% al pasar de 8 mil 570 en 2019 a 2 mil 966 en 2023, reducirse casi una tercera parte.
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Se esfumaron en el periodo de la reforma laboral 5 mil 604 revisiones contractuales dejando sin incremento salarial o en prestaciones, o aplicándolo de manera discrecional, a cuentagotas por los patrones al no haber referente sindical.
Cabe señalar que en el periodo de la reforma laboral analizado (2019-2023) impuesto por el T-MEC, el promedio del incremento salarial real contractual nominal fue del 5.8%, mientras que descontando la inflación alcanzó apenas la mitad del 1% (0.50%).
En el ámbito federal también resulta preocupante la declinación en un menos 18.6% en el número de trabajadores involucrados en las revisiones de los últimos cinco años, al pasar de 2 millones 491 mil 142 en 2019 a 2 millones 028 mil 440 trabajadores en 2023. Todo en cifras oficiales.
Durante el mes de enero de 2024
En este primer mes del año hubo 197 revisiones salariales a nivel federal que cubrieron a 104 mil 28 trabajadores, con un promedio de incremento real del 2.5% (y del 9.3% en términos nominales). Cabe señalar que los incrementos nominales no reflejaron mejoras reales en el salario cuota diaria, básico en la contabilidad del trabajador por su impacto en todas las prestaciones económicas, al estar siempre por debajo de la inflación.
En el mes de enero de 2024 se registraron 93 emplazamientos a huelga a nivel federal de los cuales 31 fueron por revisión de contrato integral, 7 por revisión de contrato ley, 45 por revisión de salario, 6 por firma de contrato, 3 por violaciones de contrato y 1 más “por otras causas”. Actualmente existen 13 huelgas vigentes, nueve iniciadas desde 2021.
En el ámbito local
El descenso del número de revisiones salariales y contractuales en el ámbito local fue mucho mayor que en el federal. Mientras que en el ámbito federal se redujo en menos 65.4%, en el local fue de menos 83% la afectación.
En las entidades federativas, incluyendo la Ciudad de México el número de revisiones disminuyó dramáticamente, al pasar de 31 mil 874 en 2019 a 5 mil 416 revisiones en 2023, más de la quinta parte.
El promedio de incremento salarial real, descontando la inflación de este último quinquenio, fue de 2.50 por ciento.
En datos de la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos (CONASAMI) hubo una declinación de menos 19.6% en el número de los trabajadores sindicalizados involucrados en estas revisiones locales, al pasar de 1 millón 395 mil trabajadores en 2019 a 1 millón 121 mil 150 en el año 2023.
Estas cifras reconocidas por el mismo gobierno federal a través de la CONASAMI, la Secretaría del Trabajo y el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral no deben pasar desapercibidas por el efecto negativo que está causando en perjuicio de los trabajadores.
La ausencia de organizaciones sindicales y contratos colectivos para la inmensa mayoría de los trabajadores es motivo justificado para revisar de manera urgente la legislación laboral. Pero el gobierno federal, la mayoría de los legisladores y los patrones, no tienen prisa.
No es admisible que la reforma laboral haya extinguido formalmente los contratos de protección y ahora ponga barreras, a veces infranqueables, para obtener un contrato colectivo de trabajo inicial (única defensa de mejora), tarea que es una verdadera odisea lograrlo en estos tiempos. Subsiste la misma gravedad, algunas voces dicen mayor, de impunidad patronal y simulación, que antes de aprobarse la reforma laboral.
Con datos actualizados de la STPS al 27 de diciembre de 2023, de un total de casi 15 mil solicitudes realizadas por los sindicatos ante el CFCRL, se otorgaron alrededor de 8 mil Constancias de Representatividad, y de éstas únicamente fueron registrados 751 Contratos Colectivos Iniciales, esto es, solo el 5% del total de solicitudes.
Los retos
Ante el incremento del mercado laboral informal, la falta de una reforma laboral incluyente y eficaz, así como la ausencia de una estrategia pública nacional que permita que los sindicatos operen sin intervenciones externas, estamos frente a un jugoso paraíso patronal.
Además, esta nueva reforma laboral sin pies ni cabeza, se enfrenta a nuevos mercados laborales altamente competitivos donde los trabajadores aceptan trabajos de menor calidad, mal pagados, carentes de seguridad social y protección social, lo que hace que la voz de los trabajadores se escuche más aislada y a lo lejos.
Esta situación empeora aún más por las nuevas tensiones geopolíticas, acuerdos comerciales impuestos unilateralmente por una de las partes, así como el uso de las nuevas tecnologías.
Frente a ello, es necesario que las organizaciones sindicales en México sean más presentes, incluyentes, unidas y más preparadas para defender los derechos de los trabajadores y los contratos colectivos de trabajo no sean meramente de papel, sino instrumentos que permitan alcanzar el trabajo decente y la justicia social.
Ante este panorama vale la pena preguntarnos:
¿A quién beneficia la reforma laboral en el decremento a los salarios, baja en el número de trabajadores beneficiados y de emplazamientos a huelga ejercidos?
La pregunta se responde sola.