Algunas de las imágenes más típicas de las mañaneras y de las giras presidenciales son aquellas en la que, frente a las pruebas evidentes de conductas abusivas e ilegales, el presidente defiende a ultranza a sus parientes, amigos, colaboradores o aliados.
Así, lo mismo ha defendido a capa y espada a sus hijos --a pesar de las pruebas de corrupción--, que a la delincuente Ana Gabriela Guevara, al pillo gobernador Cuauhtémoc Blanco y, sin duda, al mismísimo “Chapo” Guzmán.
Y el caso más reciente fue el de la alcaldesa de Tijuana, Monserrat Caballero, a quien López Obrador defendió ardorosamente y de quien dijo que es “incapaz de un atentado contra nadie”, luego que la periodista Yolanda Caballero la acusó ordenar un atentado en su contra.
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Peor aún, también en días recientes se volvió a colocar como tendencia en redes, un video de agosto de 2019 --publicado por el portal Contrapeso Ciudadano--, en donde queda claro, de voz del propio López Obrador, que su gobierno defiende a los grupos criminales.
Se trata de una gira presidencial por Oaxaca, en donde un grupo de personas le piden que mande militares a su comunidad, ya que están a merced del crimen organizado. Sin inmutarse, López Obrador respondió que “el Ejército no está para reprimir al pueblo”, lo que provoca la pregunta indignada de uno de los ciudadanos que le pedían ayuda: “¿El narco es el pueblo…?”.
Y la respuesta de López Obrador deja atónitos a propios y extraños, ya que el presidente dice que sí, que los narcotraficantes son el pueblo.
Así lo dijo: “Sí, el narco es el pueblo. Todos son seres humanos”.
A partir de esa “chabacana” interpretación presidencial se entiende, por ejemplo, que el propio López Obrador ordenó liberar Ovidio Guzmán -“El Chapito”-, luego de la primera ocasión que fue detenido.
También se entiende el saludo a la madre de Joaquín “El Chapo” Guzmán; que haya solicitado de manera institucional la extradición del fundador del cártel de Sinaloa y se entienden las visitas a Badiraguato.
Pero, sobre todo, queda claro el significado de esa aberración convertida en política de Estado, llamada “abrazos, no balazos”. En los hechos no es más que una abierta complicidad de López Obrador con las bandas criminales.
Pero si aún dudan que el mandatario mexicano protege no solo a sus aliados criminales, sino a pillos y delincuentes, aquí los casos más sonados.
1.- A pesar de los audios y las revelaciones de los negocios turbios del llamado “clan” de sus hijos, López Obrador solapa a todo el “clan” y apenas el pasado fin de semana llegó al extremo de elogiar a los amigos de sus hijos, que son traficantes de influencias para saquear del dinero público.
2.- El de la ex corredora olímpica, Ana Gabriela Guevara, es otro escándalo. Todo el deporte amateur ha denunciado sus pillerías y López Obrador la defiende a capa y espada, en abierta complicidad.
3.- Y de terror la gobernadora, Delfina Gómez, quien robó decenas de millones de pesos a servidores públicos, en todos los cargos que ha tenido y a quien las bandas criminales llevaron al gobierno del Estado de México.
4.- También gozan de total impunidad las señoras Yeidckol Polevnski, Rocío Nahle e Irma Eréndira Sandoval, quienes han sido acusadas de toda clase de pillerías, despojos y saqueos de dinero público. Y no pasa nada.
5.- La familia Bartlett es “una joya” de pillerías y el saqueo del dinero público, al mejor estilo de la casa. Resulta que el veterano Manuel Bartlett, epítome del viejo PRI, es aliado de López Obrador y, por tanto, tiene permiso para robar todo lo que le plazca, junto con su familia, a pesar de que fue el artífice del supuesto fraude que hizo presidente a Carlos Salinas.
6.- El de Hugo López-Gatell es “un bombón” que ejemplifica el daño causado por un mal servidor público a todo un país. De suyo resulta criminal la ineficacia en el servicio público, pero es un crimen mayor solapar al responsable de un millón de muertes por la pandemia. Otro intocable,
7.- Y el director del IMSS, Zoé Robledo es otro caso criminal, ya que literalmente llevó a la ruina a la más importante institución de salud pública, a costa de perder millones de vidas. También es intocable.
8.- En los gobiernos estatales aparecen pillos de siete suelas y socios del crimen organizado, como Cuauhtémoc Blanco y Américo Villareal, los dos defendidos públicamente por López Obrador, a pesar de las pruebas de que han convertido a Morelos y Tamaulipas en verdaderos “narco-estados”.
9.- Y el mayor saqueo de dinero público en la historia es en Segalmex, institución creada por López Obrador y encomendada a uno de los mayores ladrones de dinero público; Ignacio Ovalle, amigo entrañable del presidente y quien saqueó 15 mil millones pesos. El amigo de Palacio lo defendió con todo.
10.- Y en el decálogo de la impunidad también aparecen “joyitas” del saqueo de dinero público, como Ricardo Monreal, Adán Augusto López, Alejandro Gertz Manero, Jenaro Villamil y prácticamente todo el gabinete, sin olvidar a la preferida y candidata presidencial, Claudia Sheinbaum.
Por eso obliga preguntar: ¿Quién será capaz de llevar a juicio a todos los pillos del gobierno mas ladrón y criminal de la historia?
Al tiempo.