DERECHOS LABORALES

Kamala, Trump y los sindicatos en mole verde

No debemos esperar que los cambios en México vengan de quien gane la Presidencia de Estados Unidos. | Manuel Fuentes

Créditos: #OpiniónLSR
Escrito en OPINIÓN el

Escucho con más frecuencia el interés de los trabajadores mexicanos por saber cuál es la posición de los candidatos a la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, Kamala Harris y Donald Trump.

Sé bien, que es diferente la posición que puedan guardar durante las elecciones que, ya dirigiendo un gobierno en marcha, pero ambos contendientes anuncian ser más exigentes en la revisión del T-MEC en el año de 2026.

No solamente Donald Trump puso muchos reparos para la celebración del T-MEC, sino que también Kamala Harris estuvo en contra de la firma de este tratado comercial por considerarlo dañino para su país.

En enero de 2020, cuando aún era senadora por California, Kamala fue una de los 10 legisladores demócratas que votaron en contra de la aprobación del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el instrumento que sustituyó al TLCAN.

Actualmente, en su campaña presidencial, ella sigue estando en contra de que México privilegie la producción y uso de combustibles fósiles, y menciona que si gana la presidencia de su país establecerá cláusulas más robustas y exigentes para el gobierno mexicano a favor del medio ambiente en la próxima revisión del T-MEC.

Más de una vez la candidata ha declarado que está a favor de estos acuerdos, siempre y cuando protejan a los trabajadores norteamericanos, fortaleciendo su industria manufacturera y a sus sindicatos, prometiendo que traerá de vuelta a su país los puestos de trabajo automotrices que se fueron a México.

La inclusión del capítulo laboral en el T-MEC impulsó a asegurar el apoyo de los demócratas del Congreso a la firma del tratado, y llevó al sindicato de trabajadores más poderoso de los Estados Unidos, la AFL-CIO, también a respaldarlo. Sin embargo, su implementación ha sido compleja.

A su vez, Trump ha mencionado que impulsará una agenda aún más proteccionista, de aumentar las barreras a las importaciones y la imposición de aranceles.

También agregó el candidato que ciertas etapas de la cadena de suministro se lleven a cabo en zonas con salarios mínimos de al menos dieciséis dólares la hora (lo que las empresas estratégicas radicadas en territorio mexicano no han cumplido), a fin de incentivar que ciertas actividades de producción se reubiquen en Estados Unidos.

Trump es simpatizante de leyes anti-sindicales, de disminuir impuestos a las corporaciones y de estimular el outsourcing. Ha propuesto el uso de aranceles para financiar el cuidado de los niños norteamericanos, impulsar las corporaciones, sofocar la inmigración y fomentar el uso del dólar. Mientras los economistas son escépticos, él se llama a sí mismo “El Hombre de las Tarifas”.

Ambos candidatos estadounidenses saben que el gobierno mexicano no ha dispuesto del presupuesto necesario para cumplir con los compromisos de la reforma laboral, que no solo modificaron el artículo 123 de la constitución, sino también la Ley Federal del Trabajo.

Pareciera que el Mecanismo Laboral de Respuesta Rápida (MLRR), a pesar de ser de los más punitivos en el mundo derivado de un acuerdo comercial, los candidatos lo ven como una oportunidad de apretar más tuercas, más exigencias y sanciones a las empresas radicadas en México que apenas tengan la apariencia de no respetar la libertad sindical y la negociación colectiva.

Los servidores públicos mexicanos que laboran para las instituciones laborales encargadas para hacer respetar la libertad sindical y la negociación colectiva no gozan de derechos laborales como salario digno y estabilidad en el empleo. El 81% son eventuales y sus percepciones son inferiores en un 40% de oficinas similares del ámbito federal e incluso de carácter local, lo que repercute en su eficacia.

No debemos esperar que los cambios vengan de quien gane la presidencia de Estados Unidos. Se requiere fortalecer, no solo a las instituciones laborales, sino también realizar reformas realmente mexicanas en mole verde que apuntalen la soberanía nacional, la democracia sindical y los salarios de los trabajadores de México.

De Otros Avatares

Ha sido designada Inés González Nicolás como Secretaria de Trabajo de la Ciudad de México, y esa es la mejor noticia para los y las trabajadoras de la capital del país.  Su mejor activo es su sensibilidad y cercanía en la problemática laboral de las mujeres, que sólo han sido mencionadas en proyectos, leyes muertas y discursos, pero que sus derechos no se han materializado en resultados efectivos.

La nueva Secretaria de Trabajo enfrenta uno de los mayores retos para hacer eficaces instituciones laborales de la ciudad de México, castigadas antes con bajos presupuestos, a pesar de tener la mayor concentración de reclamos laborales en todo el país. Nuestro deseo es que tenga el mejor de los éxitos.

 

Manuel Fuentes

@Manuel_FuentesM