INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Inteligencia Artificial e innovación sustancial en favor de las personas

El INFO CDMX impulsa una innovadora ley que regula el uso de la inteligencia artificial en el ámbito público, con el objetivo de proteger la privacidad y los derechos de las personas. | Julio César Bonilla

Escrito en OPINIÓN el

En un mundo marcado por la rápida evolución tecnológica, la Ciudad de México, mediante el Instituto de Transparencia, Acceso a la Información Pública y Protección de Datos Personales (INFO CDMX), en cumplimiento de su mandato constitucional, y, hay que decirlo, en un modo por demás proactivo, se sitúa a la vanguardia nacional con una propuesta de ley que promete revolucionar la relación entre la inteligencia artificial y la protección de datos personales cuando intervenga cualquier autoridad de la Ciudad de México. Este proyecto, impulsado por el INFO CDMX, surge en respuesta a la creciente necesidad de regular el uso de la IA de manera ética, transparente y acorde con las libertades y los derechos fundamentales de todas las personas.

El avance de la IA ha traído consigo beneficios inmensos para la sociedad, eso es innegable. Pero, también plantea nuevos desafíos en cuanto a la privacidad y la seguridad de los datos personales de todas y todos. En una metrópoli milenaria, tan vasta, diversa, multicultural y plural como la Ciudad de México, donde confluyen millones de historias, identidades y contextos, resulta imprescindible garantizar que la tecnología esté al servicio de las personas, y nunca al revés. Este compromiso, es precisamente el motor de la iniciativa que ahora plantea el INFO CDMX y será sometida a discusión. Estamos hablando de una iniciativa de ley que no sólo pretende regular el uso de la IA en el ámbito público, sino también proteger los derechos de todas las personas, especialmente en lo que respecta a su privacidad y a la autodeterminación informativa.

La Ciudad de México, como núcleo cultural y económico no sólo mexicano sino latinoamericano, tiene una ineludible responsabilidad especial en el contexto nacional y global frente a las personas. Con su inefable diversidad y su papel central como centro de innovación social, cultural, democrática en todo sentido, es natural que encabece esfuerzos pioneros en la regulación de tecnologías emergentes. La ley que se propone, en tal virtud, es producto de un enfoque innovador y flexible para abordar los riesgos que plantea la IA sin sofocar o hacer nugatorio el desarrollo tecnológico. En lugar de imponer restricciones rígidas, lo que se plantea es un modelo basado en la gestión de riesgos que permite evaluar y mitigar las posibles amenazas a la privacidad y los derechos humanos. Este enfoque es especialmente relevante en una ciudad donde las aplicaciones de la IA pueden variar enormemente, desde su uso en el transporte público hasta la educación y la salud.

Uno de los elementos más destacados de esta propuesta es su insistencia en la transparencia algorítmica. En una época donde los algoritmos tienen un impacto profundo en nuestras vidas, es fundamental que las decisiones tomadas por los sistemas de IA sean comprensibles, auditables y justas. La ley exige que los datos utilizados en el entrenamiento de estos sistemas sean accesibles y que se puedan revisar los procesos que llevaron a determinadas decisiones automatizadas. Este es un paso crucial para garantizar que la IA opere de manera equitativa y no perpetúe los sesgos o discriminaciones existentes en la sociedad.

Además, la propuesta enfatiza la importancia de proteger los datos personales en todas las etapas del ciclo de vida de la IA. La ley obliga a que los sistemas de inteligencia artificial operen bajo estrictos estándares de privacidad, asegurando que sólo se recopilen y utilicen los datos estrictamente necesarios para los fines previstos. Asimismo, promueve la realización de auditorías periódicas para verificar el cumplimiento de las normativas y garantizar que no se vulneren los derechos de las personas.

Otro aspecto clave de esta iniciativa es la colaboración entre sectores. El INFO CDMX reconoce que para desarrollar una IA responsable es necesario fomentar la cooperación entre el sector público, privado y académico. Este diálogo multidisciplinario es esencial para lograr que la ley se mantenga actualizada y pueda enfrentar los nuevos desafíos que plantea la tecnología en constante evolución. De este modo, la Ciudad de México no sólo lidera la regulación de la IA, sino que también se posiciona como un centro de innovación y reflexión en torno al uso responsable de estas herramientas.

La propuesta también busca fomentar un entorno en el que la tecnología y los derechos humanos coexistan de manera armoniosa. Establece claras responsabilidades para quienes desarrollan y utilizan la IA en el ámbito público, asegurando que se respeten los principios de equidad, no discriminación y responsabilidad. Este enfoque garantiza que la IA no se utilice para fines que puedan dañar a la ciudadanía, sino que, por el contrario, contribuya al bienestar social, fortaleciendo la confianza en las instituciones públicas y promoviendo un uso ético de la tecnología.

El liderazgo de la Ciudad de México en este ámbito tiene el potencial de convertirse en un referente para otras ciudades y regiones. En un contexto global donde las tecnologías emergentes están cada vez más presentes en la vida cotidiana, contar con un marco regulatorio sólido que priorice los derechos humanos es más importante que nunca. La propuesta del INFO CDMX no sólo busca proteger a la población en la era digital, sino también sentar las bases para un futuro en el que la tecnología esté alineada con los valores de justicia, equidad y transparencia.

En suma, me parece que la Ciudad de México está preparada para enfrentar los retos de la inteligencia artificial con una ley que equilibra la innovación tecnológica y la protección de las libertades y los derechos fundamentales. La iniciativa comentada en las líneas previas, me parece que no sólo busca responder a las necesidades actuales; sino que también, y, ello debería esperanzarnos, se proyecta hacia el futuro, posicionando a la capital como un modelo global en la regulación de la IA.
 

Julio César Bonilla

@JulioCBonillaG