#ITINERARIOPOLÍTICO

¡Se los dije; será un sexenio de terror!

¿No son actos terroristas los hechos tan violentos que ocurren en el país? | Ricardo Alemán

Escrito en OPINIÓN el

Sólo era cuestión de tiempo.

Y es que aún no se ha cumplido el primer mes del gobierno de Claudia Sheinbaum y no hay un solo día sin que se reporten actos terroristas.

Por ejemplo, resultaron de terror el estallido de coches bomba en Guanajuato; el asesinato de un sacerdote en Chiapas; el atentado a balazos contra el diario Debate de Culiacán; la persecución a tiros contra juezas y trabajadores del Poder Judicial --en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas--, a manos de militares y el ataque reiterado contra ciudadanos indefensos por parte de las fuerzas castrenses.

Sin embargo, para el gobierno de la espuria Claudia Sheinbaum, no se trata de actos terroristas, sino de hechos aislados.

Pero vamos al tema desde el principio.

Según la ONU, un acto terrorista “es aquel que implica la intimidación o coerción de poblaciones o gobiernos mediante la amenaza o la violencia, que puede resultar en la muerte de personas, lesiones graves o toma de rehenes”.

Queda claro, según la definición anterior, que el estallido de coches bomba, el asesinato de sacerdotes, el atentado contra medios de comunicación y los crecientes ataques de militares contra civiles indefensos, no son otra cosa que actos terroristas, que buscan generar miedo y terror entre la población.

Y ahora los hechos. La mañana del jueves 24 de octubre del 2024, los habitantes de las ciudades de Acámbaro y Jerécuaro, Guanajuato, despertaron aterrados luego que coches bomba estallaron casi de manera simultánea en las dos ciudades.

En Acámbaro fue detonado un coche bomba que había sido estacionado frente a las instalaciones de la Policía Municipal, causando graves daños materiales y personas lesionadas. Al mismo tiempo, en la plaza principal de Jerécuaro, otro coche bomba explotó. La detonación provocó lesiones a personas del lugar y el terror se apoderó de la población en general.

Los estallidos ocuparon espacios importantes en la prensa del mundo entero, en donde fueron calificados precisamente como terrorismo, mientras que en México los medios nacionales les dieron bajo perfil, al tiempo que la espuria presidente Sheinbaum dijo, de manera irresponsable, que no se trató de actos terroristas. ¿De verdead no fue un acto terrorista?

También por la mañana, pero del viernes 25 de octubre del 2024, presuntos policías federales atacaron a balazos el vehículo en el que viajaban juezas y trabajadores del Poder Judicial Federal, en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.

Según los testimonios de las juezas de distrito, Doris Ponce Figueroa y Gabriela López, cuando viajaban en una camioneta en la zona de hospitales de Tuxtla, junto con otros empleados judiciales, cuando policías federales les dispararon.

De acuerdo con las autoridades de la capital chiapaneca, los policías “confundieron” el vehículo con el de un grupo criminal y, por esa razón dispararon; versión que fue desmentida por los propios trabajadores quienes pusieron en duda lo ocurrido: “¿Fue casualidad? No es creíble”. Y volvemos a preguntar: ¿No es un acto terrorista?

También el 25 de octubre del 2024, a través de redes sociales se difundió un video en donde aparecen elementos de la Guardia Nacional en el momento en que disparan contra un hombre que viajaba a bordo de un vehículo, en calles de Culiacán, Sinaloa.

En la imagen se aprecia a los informados cuando están a punto de matar al hombre, luego que “rafaguearon” el vehículo. En el audio se escuchas cuando los Guardias Nacionales descubren que el hombre permanecía con vida y uno de los militares gruta: “¡mátalo, mátalo!”.

Sin embargo, otro uniformado descubre que una cámara de video los está grabando y deciden “abortar” el asesinato. Según el parte oficial, el ciudadano al que estuvieron a punto de matar los militares, presuntamente viajaba con otros hombres armados.

Lo cierto es que en el video nunca aparecen los supuestos “hombres armados” y queda claro que se trató de un intento de ejecución extrajudicial.

¿No fue un acto terrorista? 

El domingo 20 de octubre del 2024, el sacerdote Marcelo Pérez Pérez salió de la iglesia donde había oficiado el servicio religioso de ese domingo y minutos después, cuando abordó su automóvil, fue ejecutado, en plano corazón de la concurrida ciudad turística de San Cristóbal de las Casas, Chiapas, por un hombre que escapó en motocicleta luego de cometer el crimen.

La “Señora Presidenta” se negó a comentar el hecho en la mañanera del lunes y sólo dijo que ya se investigaba el hecho. ¿No es un acto terrorista?

La noche del 17 de octubre del 2024, a sólo 17 días de iniciado el nuevo gobierno federal, las instalaciones del diario El Debate de Culiacán, fueron atacadas a balazos por sicarios de un grupo criminal. Las ráfagas de disparos dañaron la fachada y algunos autos estacionados, en pleno centro de la capital de Sinaloa. Horas después, un repartidor del diario fue perseguido y secuestrado. ¿No es un acto terrorista?

Pero tampoco se trata de novedad alguna, ya que apenas el pasado 25 de septiembre del 2024, en el Itinerario titulado: “¿Avalará Claudia el narco-estado?”, dije que todo apuntaba a que, el de “La Señora Presidenta”, sería otro “narco-gobierno”, amparado en el terror, igual que la gestión de López Obrador.

Y es que, en efecto, sólo en los primeros 14 días del gobierno de Sheinbaum, los mexicanos y el mundo ya habían sido testigos de actos de terror y barbarie que poco o nada le han importado a la presidenta y a su gobierno.

Terror y barbarie como el asesinato y decapitación del alcalde de Chilpancingo, capital del estado de Guerrero, quien cumplía cuatro días en el cargo y a quien horas antes le habían matado a su secretario de seguridad y al secretario de gobierno. A pesar del peligro, nadie le brindó protección.

Pero el terror llegó al extremo cuando las bandas del crimen organizado depositaron sobre el toldo de la camioneta del funcionario, la cabeza cercenada, a manera de advertencia ejemplar; macabra señal que parecía decir: “¡Que el mudo sepa lo que pasará a los servidores públicos que no se someten a las bandas criminales!”. ¡No es un acto terrorista?

Pero ese era apenas el principio, ya que, por ejemplo, en Sinaloa, Sonora, Chiapas, Jalisco y Tabasco, entre otras entidades, los grupos criminales se desataron en los primeros 14 días de la naciente gestión federal, mediante crímenes, secuestros, balaceras, bloqueos carreteros, saqueos, quema de vehículos, asesinatos por negarse al “pago de piso”; levantones --sobre todo jóvenes-- y, en general, la implantación del terror como “forma de gobierno”.

Pero no era todo, ya que en esos primeros 14 días, en Tamaulipas se produjo otro acto terrorista que tampoco parece haberle importarle al gobierno federal; el intento de secuestro del diputado local del PAN, Vicente Verástegui quien logró burlar a sus captores sano y salvo; ataque al que siguió el crimen de un fiscal en el estado de Jalisco.

Hoy apenas se cumple el día 28 de la gestión de la espuria Claudia Sheinbaum y, en ese corto tiempo, se confirma que viviremos un sexenio de terror. Sí, se los dije.

Al tiempo.

 

Ricardo Alemán

@RicardoAlemanMx