Aquí lo he dicho y lo he documentado en todos los tonos y de todas las formas posibles.
Durante seis años he documentado que el principal hostigador, perseguidor, difamador y calumniador de los periodistas mexicanos se llama, López Obrador, quien no sólo despacha como presidente, sino que a diario dicta la verdad oficial.
También por años he llevado el recuento puntual del número de periodistas mexicanos asesinados en el gobierno de López Obrador, cifra que hoy alcanza las casi 80 las vidas perdidas, frente a la opacidad oficial ya que no hay un solo responsable en prisión.
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He demostrado la forma en que el presidente llama directamente a los dueños de medios para despedir a los periodistas críticos del peor gobierno y de la peor gestión sexenal de la historia mexicana.
Y, claro, ofrecí pelos y señales de la calumnia y la difamación en mi contra, y de la forma en que el propio López Obrador pidió mi cabeza a todos los dueños de medios donde se publicaba y difundía mi trabajo periodístico.
Sin embargo, no pasa nada, a pesar de la tragedia humanitaria que vive el periodismo mexicano y a pesar de que en nuestro país no se respetan los Derechos Humanos; a pesar de que México es la nación más peligrosa para el desempeño del periodismo y que en la gestión de AMLO han muerto más comunicadores que, por ejemplo, en la invasión de Rusia a Ucrania.
Sí, en México nadie parece capaz de sancionar a un presidente que, a diario y desde su púlpito mañanero, incita a lo peor de la sociedad a perseguir y exterminar a los periodistas.
Pero existe algo peor. Sí, López Obrador inauguró el 2024 con una confesión de parte que, además de confirmar lo que aquí he dicho por años, vuelve a poner en serio riesgo la vida de uno de los objetivos periodísticos de Palacio; Ciro Gómez Leyva.
Sí, apenas el pasado 2 de enero, y luego de preguntarle a su vocero, Jesús Ramírez, por el nombre de los dueños de las empresas donde trabaja Ciro Gómez Leyva: los grupos Imagen y Fórmula, AMLO dijo lo siguiente.
“Sí, Olegario Vázquez Raña y Jaime Azcárraga, son capaces de decir que no pueden con Ciro, porque dicen que es independiente. Yo todavía ando buscando quien se los crea, pero quieren hacerlos líderes de opinión y son los que reciben más dinero, ganan más y también son los que más desprestigian al noble oficio del periodismo”. (Fin de la cita)
¿Qué significa que el presidente revele que dos dueños de medios “no pueden” con Ciro porque es independiente? ¿Qué significa tal confesión presidencial?
Más claro ni el agua.
1.- La declaración presidencial confirma que, desde Palacio –como aquí lo he documentado en todos los tonos–, el presidente mexicano pide a los dueños de medios despedir a sus críticos.
2.- También confirma que Olegario Vázquez Raña y Jaime Azcárraga, “no se han doblado” en el caso de la persecución contra Ciro Gómez Leyva, lo que dignifica a los dos hombres de empresa.
3.- Pero acaso lo peor es que el cinismo presidencial también ratifica que el 2024 viviremos la peor persecución del periodismo crítico; veremos como todo el peso y el poder presidencial será lanzado contra los periodistas, contra todos quienes se atrevan a criticar al tirano y su elección de Estado.
La buena noticia, sin embargo, es que la persecución, difamación, calumnia y despido de periodistas críticos en México ya es parte de la agenda de la candidata presidencial opositora.
Y es que, en efecto, a través de sus redes sociales, la señora Xóchitl Gálvez formuló una dura crítica a lo declarado por López Obrador contra los periodistas, el pasado 2 de enero del 2024.
Así lo dijo en un texto titulado: “La violencia de las palabras antecede a la violencia de las balas. Mi solidaridad con todos ellos, quienes son atacados desde la conferencia ‘mañanera’, en especial con Ciro Gómez Leyva, quien durante este gobierno fue víctima de un atentado contra su vida. La violencia de las palabras antecede la violencia de las balas”, dijo.
Y si bien AMLO también satanizó a Carlos Loret y a Joaquín López Dóriga, lo cierto es que la mayor amenaza fue lanzada contra Ciro Gómez Leyva, a quien intentaron matar sicarios en la Ciudad de México.
Sí, el presidente mexicano es el principal incitador de la violencia contra periodistas, a pesar del peligro que corren los críticos de su fallido gobierno. Sí, desde Palacio se alienta a las mafias criminales aliadas del gobierno federal, contra los periodistas.
Por eso la pregunta: ¿Hasta cuándo una autoridad será capaz de castigar con un juicio político al presidente mexicano que, a diario, desde su pedestal de Palacio, pone en peligro la vida de periodistas, políticos, madres buscadoras y líderes sociales, en general?
Al tiempo.