A poco más de tres meses de la elección presidencial del 2 de junio del 2024, la propaganda de la candidata oficial, Claudia Sheinbaum, parece destinada a sembrar la derrota para Morena y para su fallido proyecto de “transformación”.
Y es que, por increíble que parezca y por impensable que resulte, los estrategas de Palacio --que también son los “genios” de la campaña de Claudia--, han centrado su objetivo en una descabellada “continuidad” de la montaña de fracasos que es la gestión de López Obrador.
En otras palabras, resulta que las principales promesas de gobierno de la señora Claudia son precisamente los mayores fracasos de la gestión de su jefe, el incompetente presidente que despacha en Palacio.
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Es decir que, en los hechos, lo que prometen Claudia, sus estrategas, sus paleros y su jefe, no es otra cosa que “más de lo mismo”; una “continuidad” que, en la realidad, sólo promete más muertes, más mentiras y más miseria.
Sí, resulta que tanto el señor López Obrador, como la señora Claudia y los incompetentes de Morena, creen que pueden ganar la próxima elección presidencial con la promesa de que veremos más mentiras, más violencia, más engaños, más incapacidad, más militarización, más crimen organizado, más desempleo, más inflación, más endeudamiento, más carencia de medicinas, más crisis de salud y menos seguridad.
Pero en el terreno político, estamos atestiguando la promesa de que, con un hipotético gobierno de Claudia, seremos víctimas de más concentración de poder, más deterioro de la democracia; la mayor cancelación de libertades --como la de expresión--; una mayor represión oficial y una dictadura aún más dura que la impuesta por López Obrador en su gestión.
Y por eso, obliga preguntar. ¿No existe nadie sensato entre los estrategas de Palacio o de la señora Claudia, capaz de hacerles ver a López Obrador y a su preferida, que están llamado a votar por un suicidio colectivo?
¿Qué no se han enterado, en Palacio y en el cuarto de guerra de Claudia, que la sociedad mexicana no es la misma que en julio de 2018, que la sociedad cambio luego de la pandemia y del fracaso de AMLO, en todos los rubros?
¿No se han percatado –en Palacio y en el primer círculo de Claudia--, que día con día son más los mexicanos que están en el límite de la tolerancia a causa de la violencia sin freno, del abuso de poder, de la pérdida de libertades y de las mentiras del fallido gobierno de López Obrador?
¿O será que la ceguera, la sordera y la estulticia se han convertido en epidemias que han contagiado a todos en el gobierno federal, en Morena y en la campaña de la preferida?
Lo simpático del tema, sin embargo, es que precisamente en la casa de enfrente, en el cuartel de campaña de la señora Xóchitl, detectaron la ceguera, la sordera y la estulticia de la candidata oficial y el discurso de la alianza opositora va justo en esa dirección.
En efecto, durante el cierre de precampaña, en la capital del país, la candidata opositora ofreció uno de sus mejores discursos, con el mensaje de la incongruencia oficial de la continuidad.
Así lo dijo la señora Xóchitl, en medio del aplauso generalizado: “Quiero que me escuchen bien, porque esto que voy a decir es muy grave.
“Este gobierno ya es responsable de la muerte de más de un millón de mexicanos, más de un millón de muertos; 800 mil por la pandemia, 175 mil por la violencia y el crimen y, desafortunadamente, los que faltan.
“Y otros 200 mil muertos por la destrucción del sistema de salud y el desabasto de medicamentos.
“Sepan que entre 2020, 21 y 22 han muerto más de 200 mil personas por falta de medicamentos para la diabetes y para la hipertensión arterial.
“Más de un millón de vidas perdidas en sólo cinco años.
“Hoy, México está peor que cualquier país en estado de guerra.
“¡Carajo! Con un millón de muertos, ¿cómo pueden ofrecer continuidad?
“Continuidad es impunidad.
Continuidad es mediocridad.
“Continuidad es inseguridad.
“Continuidad es falsedad.
“¿Ustedes creen que exagero?
“Hay quienes quieren cerrar los ojos.
“Hay quienes quieren negar la realidad.
“Hay quienes prefieren las mentiras de “los otros datos”.
“Y eso es así, porque también se está perdiendo el valor de la verdad.
“Se pierde la verdad, cuando a mucha gente no le importa que el gobierno nos mienta a diario.
“Cuando se dicen mentiras, como “primero los pobres”, cuando en realidad son “primero los López”.
“Se pierde la verdad, cuando se permite que el jefe de Estado calumnie a personas de bien: mujeres, activistas, académicos, ambientalistas, científicos, empresarios, deportistas, feministas, comunidad LGBTIQ+, jóvenes, médicos, jueces, periodistas, artistas, víctimas.
“Todos ustedes han sido ofendidos y calumniados, insultados, ninguneados. ¡Ya basta! ¡Ya basta!” (FIN DE LA CITA)
Está claro que las fichas de las dos jugadoras para la presidencial de junio próximo están en la mesa. Está claro que el oficialismo apuesta por más de lo mismo; mas muertes, más mentiras y más deterioro de la democracia.
Y está claro que la candidata opositora ha colocado todas sus fichas frente al ojo público para exhibir la mentira y la contradicción del supuesto continuismo oficial.
De esa manera –y una vez confrontadas las dos propuestas--, la decisión quedará –sí y sólo sí--, en manos de los electores.
Por eso volvemos a preguntar: ¿Seguiremos siendo la sociedad de idiotas que votó por el “engañabobos” López Obrador en 2018? ¿O serenos capaces de rectificar?
Al tiempo.