La personalidad y trayectoria de la senadora y el método abierto de selección que impulsaron las organizaciones sociales y los partidos que integran el Frente Amplio, son la base de un fenómeno político que ha cambiado el clima preelectoral, que ha devuelto la esperanza a millones de mexicanos y que ha recuperado la confianza en un futuro mejor si se gana la presidencia de la República, el Congreso de la unión y las gubernaturas y alcaldías que estarán en juego en 2024.
El discurso que pronunció Xóchitl Gálvez en el Ángel de la Independencia, con motivo de la entrega de la constancia como coordinadora de la formación del Frente Amplio por México, es una convocatoria a la participación ciudadana, con miras a ganar las elecciones del próximo año; y un mapa de ruta, para conformar el primer gobierno de coalición e impulsar la democratización y la renovación de la vida pública del país.
La meta es muy clara, mencionó, “vamos a abrir las puertas de Palacio Nacional. Esas puertas llevan cinco años cerradas, las cerraron con mentiras, con insultos y con odio a los que no piensan como ellos”.
Para superar la polarización que lastima al país, se comprometió a “no seguir dividiendo a México…a no recurrir a la ofensa, el insulto y la descalificación… a hablar con la verdad y a no manipular a la gente… pues nuestro país nos necesita a todos y todas, necesita la unidad con urgencia”.
Para lograr la participación de la ciudadanía, propuso “escuchar a todas la voces, llegó el momento de hablar menos y de escuchar y hacer más … incluir a todos los quieran participar de buena fe, sin distingos partidistas y respetar a todos los mexicanos… respetaré a los indígenas, a las mujeres, defenderé la vida y su integridad como la mía, cuidaré a sus hijos como cuido a los míos… respetaré a la clase media, la diversidad y a las personas con alguna discapacidad… a los padres de los niños enfermos, a los abuelos que claman atención y cuidado, a los jóvenes que quieren progresar, a los migrantes, a los médicos y enfermeras, a los científicos y académicos ninguneados, a los maestros, a los marinos y soldados”.
Su mensaje cerró con una proclama por la independencia y un llamado a luchar sin odio y sin violencia. Evocó a “un México libre del miedo que provoca el crimen… un México sin ataduras para quien se esfuerza y se levanta en la mañana no solo a hablar, sino a chambear”.
Con estas palabras dejó claro que su propósito es en favor de un movimiento y de “un gobierno de la gente, por la gente y para la gente”.
Xóchitl Gálvez nos ha convocado a emprender una gran hazaña ciudadana, a lidiar con valor y con amor por un México libre y justo, sin olvidar que “la historia no se hace dividiendo, no se hace inculcando odio a los mexicanos o sembrando discordia, sino sumando, trabajando en la reconciliación”.
Esa es nuestra esperanza y hoy, la esperanza cambió de manos.