En los últimos años se ha normalizado la entrega de pantallas a niñas y niños con la intención de dejarlos “quietos”; resulta una solución fácil generar entretenimiento entregando un celular o una tablet sin darnos cuenta de que estamos generando un “chupón digital”, es decir una adicción a los dispositivos tecnológicos.
De esta manera, uno de los sectores más vulnerables al uso de dichos dispositivos son las niñas y niños menores de 5 años, razón por la cual fueron emitidas las Directrices sobre la actividad física, el comportamiento sedentario y el sueño para menores de 5 años, elaboradas por la Organización Mundial de la Salud y la Organización Panamericana de la Salud.
En dicho documento se destacan diversas recomendaciones, divididas conforme a la edad, en materia de actividad física y uso de dispositivos tecnológicos, y las cuales se resumen a continuación:
En el caso de lactantes –menores de 1 año–, la recomendación es que lleven a cabo, por lo menos, 30 minutos de actividad física al día y no pasen tiempo frente a una pantalla.
Para niñas y niños de 1 a 2 años, tanto la OMS como la OPS recomiendan, al menos, 180 minutos de actividad física y, por el contrario, no permanecer más de una hora inmovilizados ante una pantalla –incluidas las tablets–, por ejemplo, viendo televisión o videos o jugando en la computadora o celulares.
Finalmente, para la niñez de 3 a 4 años se recomienda, igualmente, 180 minutos de actividad física, con la precisión que, al menos 60 de ellos, deben consistir en actividades de intensidad moderada a enérgica; el tiempo límite frente a una pantalla se mantiene en 60 minutos.
Dichas recomendaciones, se señala, están asociadas “favorablemente con indicadores de salud como la adiposidad, la salud ósea y esquelética, la salud cardiometabólica, y el desarrollo de las aptitudes cognitivas y motoras”, por lo que pasarlas por alto podría provocar en la niñez, de acuerdo con el mismo documento, una excesiva adiposidad –sobrepeso–, mala higiene del sueño, un inadecuado desarrollo cognitivo e, incluso, mayores riesgos de mortalidad.
El uso de las nuevas tecnologías no puede ser catalogado, en sí mismo, como bueno o malo, sino que dicha cualidad atiende a la forma en la cual son utilizadas.
En este sentido, existen programas, videos o aplicaciones dedicados a las y los niños, con la intención que tengan un adecuado desarrollo cognitivo, social o del habla y la comunicación, pero también debe existir un equilibrio adecuado entre el uso de estos dispositivos y su interacción con el mundo físico.
Las madres y padres desempeñan un papel fundamental al establecer límites, revisar el contenido al que accede la niñez y adoptar un rol activo en la interacción de hijas e hijos con la tecnología, por lo que, al adoptarse dichas recomendaciones podemos ayudar a nuestras hijas e hijos a aprovechar los beneficios de la tecnología sin comprometer su desarrollo infantil.