Existe preocupación por la forma en que el Centro Federal de Conciliación y Registro Laboral (CFCyRL) transparentó los documentos fundamentales de los sindicatos en México, que contienen el nombre de sus líderes, listado de asociados, estatutos, estados financieros y Contratos Colectivos. Buena intención, pero las prisas por darlos a conocer exhiben, sin cuidado alguno, datos personales sensibles de los trabajadores.
¿Quién le autorizó a la autoridad laboral mostrar públicamente copias de credenciales de elector, con fotografía, domicilio y firma de algunos representantes sindicales?
Basta asomarse a lo que se llama “Antecedentes Registrales” que contiene expedientes sindicales que antes eran de uso limitado para los interesados en las Juntas de Conciliación y Arbitraje y en la desaparecida Dirección de Registro de Asociaciones de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para darse cuenta de esta insensatez.
Ahora aparece en lo que llaman “Repositorio de Información del Registro Laboral” actas de asambleas con los nombres de los trabajadores y con sus firmas originales a todo color para que algún extraño pueda tener acceso a esa información que pone en riesgo no solo el patrimonio financiero por la suplantación de personalidad que se facilita por doquier, sino para cualquier uso indebido de personas ajenas a la organización sindical.
En este espacio de transparencia total se encuentran expedientes sindicales en donde aparecen todos los datos de los trabajadores, no solo su nombre completo y firma, sino incluso ¡su domicilio particular! ¿Quién autorizó al Centro Federal para que proporcionara de manera pública esta información tan delicada?
Suponemos que la intención no era poner en riesgo a los trabajadores, pero se incrementa la inseguridad para ellos y sus familiares por esta exposición irresponsable de información personal que solo pertenece a los interesados. Se nota que quienes hicieron el trabajo de copiar todos los expedientes sindicales no tuvieron el cuidado de cubrir datos sensibles de los afiliados y así se dio a conocer ésta sin resquemor alguno. ¿Acaso se revisaron los expedientes que copiaron antes de publicarse?
Otro aspecto que llama la atención es que aparece en diversos documentos además del nombre de los trabajadores su Clave Única de Registro de Población (CURP) sin que los afectados con este dato hayan dado su consentimiento con el que incluso se vincula, dando a conocer a qué sindicato pertenecen.
En la plataforma de ese Repositorio Laboral aparecen cifras que deben revisarse, por ejemplo, se da a conocer la existencia de 14 mil 452 expedientes de sindicatos de los que no se precisa, si son o no, la totalidad de los gremios reconocidos legalmente.
También aparece el dato de la existencia de 49 mil 404 expedientes de Contratos Colectivos de Trabajo mientras que la información contradictoria proporcionada por el Director General del CFCyRL Alfredo Domínguez Marrufo es de 30 mil 500 CCT legitimados, ni con los 859 nuevos registrados ante el Centro Federal se alcanza dicha cantidad.
¿A quién le hacemos caso?, ¿a los datos del llamado Repositorio Laboral que señalan que existen 49 mil 404 CCT, o los 30 mil 500 CCT que dice su director?
Llama la atención también que ese Repositorio despistado dice que existían 524 mil 156 Contratos Colectivos, cuando esta cifra ya fue desconocida por los responsables de este Centro Federal.
Se da a conocer la existencia de 61 mil 504 Reglamentos Interiores de Trabajo, que seguro la mayoría derivan de los contratos colectivos de protección que se supone ya desaparecieron. ¿Por qué se validan esos documentos elaborados sin el conocimiento de los trabajadores, considerando además que solo 30 mil 500 CCT se legitimaron? ¿Es congruente esta información?
El informar de manera pública quienes forman parte de una organización sindical dando a conocer el nombre completo de los agremiados, es poner en el índice a los trabajadores en su estabilidad en el empleo. Cuando quieren organizarse por medio de un sindicato generalmente no lo hacen de forma abierta porque saben que es muy fácil que los despidan libremente.
Dar a conocer los nombres de los trabajadores agremiados a un sindicato para que las personas a través del Repositorio Laboral tengan acceso en cualquier momento de estos datos, es poner en riesgo la libertad sindical y la contratación colectiva porque su estabilidad laboral no está protegida por ninguna autoridad laboral de manera efectiva.
Por supuesto la transparencia en materia sindical es necesaria para democratizar las relaciones laborales, pero también debería aplicarse el mismo rasero a los patrones y a sus organizaciones. ¿Por qué a los sindicatos sí y a los otros no? ¿Hay políticas distintas debido a las clases sociales a las que pertenecen cada uno?
Asimismo, la transparencia en materia sindical es esencial para:
- a) Garantizar el buen uso y aplicación de los recursos provenientes de sus agremiados;
- b) Asegurar el cumplimiento de las acciones que deben realizar los sindicatos para el estudio, mejora y defensa de los intereses comunes.
- c) Mejorar la coordinación entre los representantes sindicales y trabajadores afiliados.
- d) Aumentar la coherencia y la cooperación eficaz interna para tener un sindicalismo más incluyente, presente, confiable y participativo.
Sin embargo, la transparencia sindical no puede ser un boomerang que atrozmente se les regrese a los trabajadores para perder su empleo, aminore la eficacia de sus organizaciones sindicales o facilite el acceso de emisarios patronales o de viles delincuentes que aprovechen esta información pública.
Es innegable la necesidad de transparentar lo concerniente a los sindicatos patronales porque éstos han sido usados para mantener a raya los derechos de los trabajadores en los niveles más bajos, pero ello no significa que se ponga en riesgo su seguridad personal y de su familia al dar a conocer datos sensibles que las leyes de transparencia les prohíben brindar de manera tan fácil como lo hace el CFCyRL.
Consideramos que el Repositorio debe suspender su actividad hasta que se enmiende esta exposición de datos que pone en riesgo a los trabajadores y sus derechos.
De otros avatares
El pasado 25 de septiembre hubo cambio de estafeta en la “Alianza Sindical Mexicana” que agrupa a tres importantes organizaciones sindicales: a la “Confederación Auténtica de Trabajadores de la República Mexicana (CAT), a la “Confederación de Agrupaciones Sindicales Mexicanas” (CONASIM) y la “Federación Nacional de Asociaciones Sindicales Autónomas” (FENASA) que ahora dirige Edmundo García Santos, en compañía de Ricardo Espinoza López y Pablo Rodríguez Aguilera, quienes asumen responsabilidades para los siguientes tres años. ¡Enhorabuena!