La crisis de inseguridad que desde hace tres años padecen los habitantes de Frontera Comalapa, una pequeña población en la frontera de Chiapas y Guatemala, finalmente llegó a la conferencia mañanera en Palacio Nacional. Un tema incómodo, evidentemente, para el presidente Andrés Manuel López Obrador que éste minimizó, al señalar que “es un asunto muy limitado a una región” y consideró que sus opositores “utilizan” esta situación “para atacar” a su gobierno.
El presidente reaccionó a la defensiva ante un video que se viralizó el sábado en el que un convoy de camionetas artilladas, presuntamente del Cártel de Sinaloa, desfiló por la carretera Panamericana ante la mirada de numerosos pobladores de Frontera Comalapa, que fueron obligados a colocarse en filas en el crucero de Chamic, para aplaudir la llegada de este grupo de sicarios para “liberar” el bloqueo impuesto por sus rivales del Cártel Jalisco Nueva Generación.
En esta ocasión el compañero López Obrador, como lo llama Fernández Noroña, aceptó la veracidad de las imágenes, pero no se midió al enfocar su crítica, no sólo a los grupos criminales, sino principalmente a sus opositores políticos y periodistas, que “en nado sincronizado”, difundieron el video en lo que consideró una campaña política en su contra por el proceso electoral de 2024.
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Quienes vivimos en Chiapas sabemos que es muy peligroso viajar por carretera en la zona fronteriza y en la sierra. Un destacado profesor que vive en Tuxtla Gutiérrez no ha podido comunicarse con sus familiares en Frontera Comalapa porque, al parecer, fue bloqueada la señal telefónica y además, se sabe que desde hace varios días no hay energía eléctrica en esa población.
Esto no es propaganda y tampoco una campaña opositora. Hermann Bellinghausen, periodista de La Jornada, por ejemplo, señaló que “el de Chiapas de hoy es un mapa en descomposición a causa de la delincuencia organizada. Esto, que un observador considera que viene de lejos, se ha acentuado en semanas y días recientes. Diversos entrevistados coinciden en que todo el estado se encuentra infectado por la presencia de grandes organizaciones nacionales del crimen, como los denominados cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación (CJNG), que se han establecido abiertamente en los municipios de Frontera Comalapa, Motozintla, Chicomuselo, Mazapa de Madero, Amatenango de la Frontera y Siltepec”.
De igual manera, es falso que la batalla por Frontera Comalapa sea un acontecimiento reciente, producto del proceso electoral de 2024. Esta guerra entre cárteles, en opinión de Luis Hernández Navarro, se inició con la emboscada en la que cayó José Fernando Ruiz Montejo, El Poni, y tres de sus guardaespaldas, en el ejido Joaquín Miguel Gutiérrez, Frontera Comalapa, el 28 de diciembre de 2020. Seis meses después, julio de 2021, la pugna se exacerbó con el asesinato de Ramón Gilberto Rivera, alias el JR, en Tuxtla Gutiérrez. El Junior era hijo del Tío Gil, operador del Cártel de Sinaloa en el estado hasta su captura en 2016. El crimen fue obra del cártel Jalisco Nueva Generación (La Jornada, 4 de julio de 2023).
Muchas cosas, en mi opinión, deben reconocerse al gobierno de López Obrador, principalmente la reducción de la pobreza y el desempeño de la economía mexicana que, según Moody’s, podrá alcanzar un crecimiento del PIB de 3.3% al terminar este año, superando el 3.1% de 2022 y tras un repunte de 4.7% en 2021 después de una caída de 8% en 2020 por la pandemia del covid.
Sin embargo, el gran fracaso de la Cuarta Transformación ha sido la estrategia de “abrazos, no balazos”, promovida por López Obrador, incapaz de terminar o por lo menos, reducir la violencia, la inseguridad y la proliferación de grupos del crimen organizado. De acuerdo al Índice de Paz México 2023, la tasa nacional de delincuencia organizada ha aumentado 64.2% en los últimos ocho años.
Los datos del Uppsala Conflict Data Program indican que las muertes relacionadas con la delincuencia y el crimen organizado aumentó de 2 mil 657 en 2011 a 18 mil 783 en 2021. Este aumento se debe en gran medida a la agresiva expansión territorial del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), que desde su ruptura con el Cártel de Sinaloa en 2017 se ha expandido a 28 de los 32 estados de México. Un equipo encabezado por el ex oficial de policía de la Ciudad de México Rafael Prieto-Curiel publicó en la revista Science un estudio que revela que los cárteles de la droga ocupan ya el quinto puesto entre los mayores generadores de empleo en el país.
De acuerdo con el trabajo que realizó el equipo de Prieto-Curiel, quien ahora trabaja como matemático en Complexity Science Hub, las organizaciones criminales emplean aproximadamente a 175 mil personas en México.
Esta información también fue descalificada por López Obrador como “una nota de la derecha, de los conservadores”, pues quien está ofreciendo más empleo es la industria de la construcción, dijo el presidente al señalar que sólo en el Tren Maya están trabajando 50 mil personas y otras 50 mil en la obra pública.
Ahora, gracias a que el incómodo tema se abordó en la conferencia Mañanera, el presidente López Obrador instruyó aumentar la presencia de la Guardia Nacional en Frontera Comalapa y en Motozintla. Pero la inseguridad y la violencia sigue como una asignatura reprobada en este gobierno. Y el más difícil reto para la sucesora presidencial.