#INTERMEDIOS

Los roles del periodismo: del deber ser al ser

El repertorio de roles que orientarían la labor del periodismo no sólo sería el deber ser normativo, sino la circunstancia individual, laboral, geográfica y sociopolítica. | Mireya Márquez*

Escrito en OPINIÓN el

Un tema que suele generar debate y controversia es el deber ser de los medios informativos. Ante la cobertura noticiosa de cualquier evento, especialmente uno importante, controversial o socialmente sensible, reclamamos de los medios diversas funciones o roles a los que creemos deben adherirse, en particular en países que se precien de ser democráticos. Haga la prueba: pregunte usted cuál debería ser la función de los medios informativos y la respuesta será una variante del mismo concepto: además de informarnos del día a día, deberían actuar responsablemente, ser un foro para el debate de ideas, ser un contrapeso y vigilar al poder, visibilizar a las voces marginadas y sus problemas, ajustarse a los hechos y, de ser posible, mantenerse políticamente neutrales. En contraste, usualmente les reprochamos a los medios que no siempre cubren cierto tema con la debida sensibilidad, respeto o ética, pues suele primar el sensacionalismo o el morbo. También reclamamos que actúen “por consigna”, es decir, como canal propagandístico de algún grupo en el poder, o que imperen las opiniones personales sobre los hechos. 

No le enredaré con los orígenes históricos de las expectativas normativas de los medios; pero sí le diré que se trata del modelo liberal de periodismo que enseñamos en las universidades, que se materializa en los manuales periodísticos y en los códigos deontológicos, que emerge en las biografías y memorias de periodistas veteranos y que ha forjado el deber ser casi universal del periodismo. Se trata de un deber ser de roles democráticos que los medios informativos como instituciones –y los periodistas como agentes– estarían obligados a seguir y con los cuales evaluamos su proceder: servir y darle voz al ciudadano de a pie (rol cívico), escudriñar a los poderosos y revelar lo oculto (rol vigilante), y brindar información útil o con impacto a la gente (rol servicio).

Pero además de los roles normativos socialmente establecidos que guiarían la labor periodística, hay otros roles que se fijan e imponen por otras lógicas, ya sea por ley o políticas de comunicación (como darles voz a los grupos minoritarios, o educar en derechos y obligaciones), por los tipos de régimen político (como el de fungir como vocero de algún grupo o colaborar con el Estado), por el mercado y la lógica comercial de los medios, por los gustos y apetitos de la audiencia (como el de entretener o aconsejar) o por la propia realidad social. En otras palabras, el repertorio de roles que orientarían la labor del periodismo no sólo sería el deber ser normativo, sino la circunstancia individual, laboral, geográfica y sociopolítica, pasando por el tipo de información que cubre o se especializa el periodista, pues no es lo mismo política que deportes.

Como parte de un estudio global aplicado en más de 70 países, un grupo de investigadores aplicó entre 2021 y 2022 una encuesta a 486 periodistas de todo México y les preguntamos la importancia que daban a un conjunto de 26 roles. Los resultados no nos sorprendieron: 96% de los periodistas mexicanos encuestados consideró como importante o muy importante visibilizar los problemas sociales o contrarrestar la desinformación. Un 92% encontró importante facilitar la expresión de múltiples puntos de vista, un 91% ser observadores neutrales de los acontecimientos, y entre un 87% u 88% otros tres roles: fomentar la paz y la tolerancia, hablar por quienes están marginados y monitorear o vigilar al poder. Un 83% encontró como importante promover el cambio social. En contraste, sólo 34% consideró importante respaldar políticas públicas, un 26% proveer entretenimiento y relajación, y únicamente un 6% creyó importante transmitir una imagen favorable de la clase política. Es decir, en teoría, los periodistas en México están comprometidos no sólo con los roles tradicionales del periodismo (como el vigilante o el cívico), sino que también buscan ser agentes activos de cambio, dada la realidad social de nuestro país. En cambio, casi ninguno considera importante su labor para favorecer al poder o entretener a las audiencias.

Sin embargo, he aquí el dilema: sin duda en lo individual nuestros periodistas están, mayoritariamente, comprometidos con los ideales normativos y con la sociedad en general. ¿Pero qué tanto pueden ejercer tales roles en su cotidianidad, si consideramos las características del sistema de medios en México, los plazos de entrega, las lógicas de la producción de noticias, los intereses de los dueños, los intereses comerciales, las presiones políticas y los múltiples factores que inciden en su trabajo? 

Para ello, realizamos otro estudio académico con vistas a explorar el desempeño de los roles periodísticos en las noticias de 37 países. En México encontramos que en casi 8 000 noticias de 12 medios de información nacional (radio, TV, prensa y digital), el rol prevaleciente es el llamado “intervencionismo” (opiniones, adjetivos, interpretación) en casi veinte de cada cien noticias. Le sigue el infoentretenimiento (a partir de elementos como sensacionalismo, personalización o morbo) en diez de cada cien noticias. Luego viene el rol de servicio (consejos, tips e información de utilidad), que aparece en siete de cada cien noticias. Los roles vigilante (denuncia, crítica, cuestionamiento) y cívico (visibilización de voces ciudadanas y sus demandas) emergen en seis de cada cien noticias. Finalmente, el rol leal-facilitador (apoyar a los políticos, las políticas o el Estado nación) asoma sólo en tres de cada cien noticias. El infoentretenimiento es mucho más alto en la realidad que lo que quisieran los periodistas, y los roles democráticos más bajo de lo que ellos estiman.

Claramente, no siempre se generan las condiciones idóneas para cristalizar los roles normativos y las expectativas sociales sobre el deber ser de los medios. El tipo de temática de las noticias, las lógicas del soporte del medio, o el tipo de régimen político sin duda inciden decisivamente en que uno u otro rol se materialice con más frecuencia o se inhiba. De hecho, pudimos medir la brecha entre el deber ser y el ser (al entrevistar a periodistas de esos mismos medios) y adivinó usted: en México se confirma lo que ocurre en otros lares, que las mayores brechas entre lo que perciben como importante los periodistas y lo que se termina materializando en las noticias se manifiestan en los roles vigilante y cívico. Es decir, tenemos periodistas comprometidos con la sociedad; pero a nivel organizacional y mediático, tenemos medios inmersos en otras lógicas. La brecha entre el deber ser y el ser, especialmente en los roles democráticos, es real y tangible. Revertirla pasa por lógicas que trascienden el periodismo y apuntan a las deficiencias del orden político y social.

* Profesora-Investigadora de la Universidad Iberoamericana