La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha sido expuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador a muchos riesgos. No es que otros presidentes no hayan hecho lo mismo. El 2 de octubre de 1968 y usarlos para masacrar guerrilleros en la década de 1970, luego meterlos a la guerra contra el narco desde los 80 a la fecha son apenas botón de muestra de cómo los civiles los usan… pero las cosas cada vez se complican más.
Meterlos hasta para operar una aerolínea es un exceso de la autodenominada 4T. Pero no sólo eso, los militares han estado metidos en tantas actividades para hacer obras públicas que tarde o temprano se evidenciará el costo político y de imagen.
En este espacio les informé en la entrega pasada que la Sedena alista un gasto este mismo 2023 de 22 mil millones de pesos para construir cuarteles destinados a militares que están en el combate contra la criminalidad en los municipios con más altos índices de violencia, según el reporte al que tuvo acceso esta columna (Sedena seguirá en tareas de seguridad pública | La Silla Rota). Se trata, pues, de que los militares sigan en la guerra contra el narco y el crimen.
Desde el año pasado (Sedena: el hazmerreír y sus gastos inútiles… por 3,900 millones de pesos | La Silla Rota y Sedena: el hazmerreír y sus gastos inútiles | La Silla Rota) también se reportó en estos Recovecos que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), a cargo del general Luis Crescencio Sandoval, pretende erogar 3, 900, 017, 966 de pesos para un Centro de Almacenamiento de Datos, “una arquitectura de tecnologías de la información, comunicaciones e industrial que permita y lograr la eficiencia de los servicios informáticos”, meses después de que Guacamaya exhibiera sus sistemas informáticos, con revelaciones que van desde las enfermedades del presidente Andrés Manuel López Obrador, atención médica especial a sus hijos durante la pandemia por Covid y otros detalles del propio Sandoval.
Ahora, la novedad es que están programando más gasto: 389,528,779 pesos para “la construcción de instalaciones y el equipamiento necesario para brinda la atención para la recuperación del personal militar”. A simple vista no hay mayor problema.
Lo interesante es que en casi todos los casos los documentos respectivos están testados, en la opacidad. El argumento de la seguridad nacional es excesivo porque les permite ocultar los detalles.
Según la Sedena, “el cálculo de los beneficios del proyecto se traduce en ahorros para la secretaria por concepto de traslados y conceptos de remuneraciones para el personal militar que se encuentra en operaciones diversas”.
La Sedena está en una situación compleja. En círculos castrenses hay preocupación por el grado de involucramiento en demasiadas tareas a los militares. Hay versiones que señalan corrupción en algunos personajes, un caso, por ejemplo, relacionado con el AIFA. También conocimos que Luis Crescencio Sandoval se pudo comprar un departamento en una zona de alta plusvalía en Huixquilucan en apenas 9 millones de pesos, aunque su valor comercial rodaría los 25 millones de pesos. Toda una ganga, que después dijo el general que pudo conseguir.
El secretario de la Defensa Nacional no ha perdido el apoyo del presidente Andrés Manuel López Obrador. También se dieron a conocer viajes al extranjero, también por parte de Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, aunque según el general no ha viajado de vacaciones en 20 años.
Lo que es un hecho es que los militares de la Sedena seguirán en la guerra contra el narco y el crimen y, por supuesto, con la chequera abierta.
Punto y aparte. ¿Empieza a crujir la alianza opositora en la CDMX?
Punto final. En el equipo de Dante Delgado no saben cómo detener la narrativa en el sentido de que su partido, MC, se ha convertido en el mejor aliado de Andrés Manuel López Obrador. El tiempo apremia y desde la oposición a Morena calculan que Dante dará un viraje para sumarse a un amplio frente opositor.