O como dice el dicho: ““No hay fecha que no llegue, ni plazo que no se cumpla”. Así que el 28 de agosto iniciaron clases las escuelas públicas de la República Mexicana. Un día excepcional para muchos niños, pero también un día sui generis en la historia de la educación mexicana.
Esto de sui generis viene al caso porque esta vez, como pocas veces en la historia de nuestro país, inició un ciclo escolar en medio de un tremendo pleito político y alboroto social; y en medio también de un gran debate nacional, por varias razones:
En primer lugar se debe a la implantación de un propuesto nuevo modelo de educación denominado “Nueva escuela mexicana” (NEM)…; un modelo que pocos conocen, que pocos entienden, incluso maestros y autoridades educativas estatales y municipales y porque, por lo dicho, pasa de ser experimental directo los hechos. ¿Qué es esa “Nueva escuela mexicana”? ¿Y por qué se experimenta ésta en los niños de educación básica?
Con sus planes y programas de estudio, así como los nuevos libros de texto gratuito, la Nueva Escuela Mexicana (NEM) impulsada por el gobierno federal, parece ir a ciegas por la falta de pruebas diagnósticas en el aula, para conocer los aciertos o errores del modelo educativo a implantarse en el nivel básico.
Eduardo Backoff Escudero, expresidente de la Junta de Gobierno del desaparecido Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y presidente del Consejo Directivo de Métrica Educativa dice: “La NEM está yendo absolutamente a ciegas. No tenemos evaluaciones prácticamente desde que desapareció el INEE…
“La última evaluación que se realizó en este sexenio fue en 2019 y se trató del Estudio Regional Comparativo Explicativo (ERCE), que organiza la UNESCO, y la prueba PISA regulada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), que se aplicó en 2022 y cuyos resultados se darán a conocer en diciembre de este año.
“Estamos a ciegas, no sabemos en qué parte del trayecto de navegación vamos. Esto verdaderamente puede causar un colapso y ocasionar que cada estado vaya por su propia ruta, con lo que se acentuarán más las desigualdades y el rezago educativo”, expone.
Por su parte la SEP argumenta que la NEM “… Se trata de un paradigma educativo que reconoce que en la vida escolar hay personas de diferentes pueblos, grupos y comunidades, con distintas condiciones de salud, migración, orientaciones sexuales, identidades de género y estilos de vida; donde se expresan lenguas de diversos grupos étnicos, con preferencias culturales y políticas distintas…”
De ahí que este modelo haya impactado en los libros de texto gratuitos de los que se debate su contenido doctrinal, ideológico y ciertamente incierto.
Lo que para muchos especialistas resulta cuestionable, es que –dicen- con estos libros de texto se busca ideologizar a los niños y generar resentimiento de clase e incluso odio.
Por supuesto la historia registra las distintas opciones de lo que puede ser la justicia social, una justicia que se ha buscado por años en muchos países del mundo, a veces se encontró con éxito, otras veces con trágicos resultados, pero es en su exposición amplia y universal como el niño podrá conocer las distintas opciones. Esto en lo doctrinal.
Aparte está lo referente a la enseñanza sexual y la idea de libertades explícitas. Son temas que alguna vez, en la vida, todos encontramos en el camino. Y aprenderlo bajo modelos pedagógicos apropiados está bien, como también que debe haber tiempos y edades apropiadas y modelos apropiados para ello, cuando el joven o jovencita estén en condición intelectual para escuchar y saber, para entender y entenderse; para tomar decisiones sobre su propia vida y sobre su cuerpo.
Es cosa de sensibilidad humana, pedagógica, intelectual y prospectiva hacerlo en tiempo y forma. La edad y la formación intelectual y de conocimiento de los niños deben contar mucho en esto. Y ahí está uno de los ejes de la discusión sobre los libros de texto. Y esto y más registra el caso de los famosos Libros de Texto Gratuitos-2023.
Y es en este entorno que inicia el ciclo escolar 23-24 en México. Unos 24.4 millones de estudiantes de educación básica (preescolar, primaria y secundaria), serán instruidos a lo largo del año escolar por 1.22 millones de maestros, quienes trabajan en 232 mil 966 escuelas.
Para todos ellos el panorama es tenso e incierto. ¿Y los niños? ¿Y su educación objetiva, plural y universal? Según reza la Constitución mexicana en su artículo 3º:
… “Queda prohibida toda discriminación motivada por origen étnico o nacional, el género, la edad, las discapacidades, la condición social, las condiciones de salud, la religión, las opiniones, las preferencias sexuales, el estado civil o cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.”