Fue el 1 de noviembre de 1979, cuando Griselda Álvarez Ponce de León, rindió protesta como gobernadora de Colima, la primera gobernadora en la historia de México.
Al evento de toma de protesta de la primera mujer en ocupar la titularidad de una gubernatura asistió el Presidente de la República José López Portillo y Griselda Álvarez pronunció un discurso histórico en el que convocó a las mujeres a “inaugurar un tiempo nuevo de plena igualdad con los hombres, sin reclamar privilegios que no requerimos aceptar, ni desventajas que no merecemos”.
Nos costó a las mujeres 158 años de vida independiente en México tener a una mujer al frente de un ejecutivo estatal, y para el año que entra, se vislumbra un escenario donde habrá mujeres como candidatas de dos coaliciones electorales pertenecientes a las principales fuerzas políticas del país. Actualmente se está definiendo la coordinación del Frente Amplio por México y la de la defensa de la cuarta transformación.
En el primer frente hay dos grandes mujeres representando a tres partidos y a la sociedad civil; Beatriz Paredes quien vale la pena mencionar fue la segunda gobernadora en la historia de México al ser electa a sus 33 años gobernadora de Tlaxcala; y Xóchitl Gálvez quien fue jefa delegacional de la alcaldía Miguel Hidalgo en 2015. Y en el segundo hay cuatro hombres y una mujer, Claudia Sheinbaum.
Por tanto, es probable el escenario de que en 2024 los principales partidos políticos presenten a la candidatura por la presidencia a dos mujeres, con lo que prácticamente estará escrito que quien gobierne a México será una mujer. 203 años de vida independiente habrán transcurrido para tener a la primera presidenta.
Un techo más de cristal habrá caído. No cabrá duda, de que es tiempo de las mujeres. Estarán condensados los anhelos de igualdad de muchas y reivindicadas las luchas por una participación y garantía en los derechos políticos-electorales de todas las mujeres, quien sea la próxima presidenta deberá reconocer que no es el fin de nuestra lucha, por el contrario, será el inicio de un sexenio para alcanzar la verdadera equidad, la igualdad para cada mujer mexicana.
Quien resulte electa, deberá garantizar como expresión de la justicia, una vida libre de violencia y de desigualdades por roles de género, que son cadenas que laceran y lastiman a la patria, a cada niña y mujer mexicana, quienes merecen vivir en un país que garantice su libertad y les dé alas para soñar y ver sus sueños hechos realidad.
Esta no es una concesión, es el resultado de una lucha constante de las mujeres que han cerrado la brecha para que cualquiera de nosotras, las mujeres, sea poseedora de derechos, garantías y libertades y que hoy, las mujeres aspiremos a ser regidoras, diputadas, senadoras, presidentas municipales, gobernadoras, secretarias de Estado y próximamente hasta presidentas.
Por eso reconozcamos a las pioneras y quienes nos abrieron el paso, cerrando brechas Hermila Galindo, quien desde la redacción de la Constitución de 1917 reclamó el voto para las mujeres, Rosa Torre González primera mujer en ocupar un cargo de elección popular en 1922 cuando el voto de las mujeres no era ni reconocido, Elvia Carrillo Puerto primera mujer electa diputada local también en 1922, Alicia Arellano Tapia y María Lavalle Urbina primeras mujeres en ser electas senadoras de la República, y muy especialmente María de los Ángeles Moreno, primera mujer en dirigir el Comité Ejecutivo Nacional del PRI. Ellas llegaron a un mundo donde no estábamos presentes y hoy nos entregan un México en el que la contienda presidencial será entre mujeres.
Sin duda, aún falta mucho camino por recorrer para lograr el ejercicio pleno de los derechos político-electorales de las mujeres, sobre todo en el ámbito municipal donde de acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE) de los 2 mil 471 municipios, sólo 525 están presididos por mujeres.
El próximo año es determinante para consolidar el acceso de las mujeres al poder, no sólo para atestiguarlo sino para participar y estar al frente de la toma de decisiones. Nunca más sin las mujeres al frente. Como dijera Beatriz Paredes en el Foro “Visiones de México, Diagnóstico y Mirada al Futuro”:
“La sociedad mexicana podrá dar un salto cualitativo en el avance democrático de México. Por primera vez, una mujer en la titularidad del Poder Ejecutivo. Ojalá se dé ese paso, que, agigantado, deberá incidir en erradicar cualquier vestigio de discriminación hacia las mujeres e implantar una estrategia transversal de equidad de género en todas las políticas públicas, garantizar la prevención de la violencia y que no haya impunidad”.
Las luchas no sólo son de quien las inicia, también son de quienes las abrazan y las hacen suyas, para que las causas vivan en cada ser que luche por ellas.