DESAPARECIDOS EN MÉXICO

Se les debe mucho a las madres buscadoras

En lo que va del sexenio se han registrado más de 42 mil desapariciones. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

El pasado 21 de julio, el presidente López Obrador recibió en Palacio Nacional a Estela de Carlotto, fundadora de la organización argentina Abuelas de la Plaza de Mayo quien desde 1977 en que la dictadura militar en su país secuestro a su hija embarazada, se dedicó a su búsqueda y a la de su nieto a quien finalmente encontró en 2014. A sus 92 años, doña Estela sigue apoyando a mujeres que, a más de 45 años no desisten en la búsqueda de sus familiares, y a la fecha han logrado localizar a 133 nietas y nietos. Con justa razón, López Obrador la reconoció como símbolo de la resistencia en la defensa de los derechos humanos y la lucha contra el autoritarismo.

Sin embargo, paradójicamente al mismo tiempo se ha negado a reunirse con colectivos de madres buscadoras en nuestro país, ya que asegura que su gobierno atiende constantemente a familiares de personas desaparecidas y está trabajando en ello por lo que considera que no les ha quedado a deber, y no va a dejar que usen el tema con propósitos politiqueros para atacarlo e incluso, unos días después afirmó que no son tantas las personas desaparecidas en México ya que a muchas se les ha encontrado en sus casas por lo que se revisará el censo de desapariciones.

Quizá efectivamente haya casos en que se reportan desapariciones que posteriormente regresan a sus casas o son localizadas por sus familiares y no dan aviso a las autoridades, pero eso no resuelve ni explica la tragedia humanitaria por la que atravesamos y que padecen decenas de miles de familias, pues en su gran mayoría se desconoce el paradero de sus seres queridos y, como lo ha reconocido la titular de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, también hay muchas familias que no reportan las desapariciones por miedo y desconfianza a las mismas autoridades. De acuerdo con el Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas que ahora el presidente cuestiona, al 31 de julio son aproximadamente 110 mil personas, tan sólo en los primeros cinco meses de ese año han desaparecido 4, 787 con un promedio diario de casi 32 personas, y en lo que va del sexenio se han registrado más de 42 mil desapariciones.

Por donde se le quiera ver, las cifras son aterradoras y un nítido reflejo de la violencia que se vive en el país, puesto que aún y cuando el gobierno insista en que esta ha disminuido tomando como base el número de homicidios -los que por cierto ya rebasaron por mucho la cifra histórica-, siguen apareciendo fosas clandestinas en gran parte de territorio nacional, más de 52 mil personas no identificadas se encuentran en fosas comunes como lo señaló en su informe el Comité contra las Desapariciones Forzadas de la ONU y, un gran número sobre todo las personas jóvenes son víctimas de reclutamiento forzado por el crimen organizado o de trata con fines de explotación sexual.

En este contexto, es importante escuchar las palabras a través de un vídeo de mujeres integrantes de la Brigada Búscandol@s, que si bien celebran que le haya abierto un espacio a Estela de Carlotto  cuya lucha ha inspirado a toda América Latina, sostienen que lo que pasa en México desde hace 15 años es igual o más grave de lo que ha ocurrido en Argentina pues son más de 100 mil personas desaparecidas y más de 50 mil restos y cuerpos sin identificar, y frente a esta crisis las autoridades no han respondido. También le dicen al presidente que ellas no estan en la grilla y tampoco son opositoras, son madres, familias rotas por el dolor que no pararán hasta encontrar a sus familiares porque las aman y lo único que las mueve es el amor.

No hay manera de decir que no se les debe nada a todas estas mujeres que, ante la incapacidad, negligencia y corrupción de los gobiernos, han tenido que dejar todo para ofrendar su vida a una sola causa, encontrar a sus seres queridos que el Estado no supo o no quiso proteger, sin más recursos que el amor, la esperanza y una enorme voluntad que a pesar de su profunda aflicción y los riesgos que enfrentan nunca se dobla.