¿Cuál fue la última película que fue a ver al cine? ¿Cuál fue la última película o serie que vio a través de una plataforma de streaming o en televisión? ¿Alguna de ellas fue mexicana? ¿Cuál fue la última película o serie mexicana que vio? Tiene problemas para recordarlo o es un gran consumidor de lo producido en México y está al tanto de los estrenos de producciones nacionales en el cine o en las plataformas de streaming. ¿Sabía usted que el pasado 15 de agosto fue el Día del Cine Mexicano?
En algún momento de nuestras vidas hemos visto cine mexicano, ya sea a través de las películas a blanco y negro que solían ver nuestras abuelas y abuelos, o nuestros padres y madres y repetían constantemente en televisión, o alguna vez fuimos al cine a ver algún filme que causara revuelo en la opinión pública.
Muy probablemente, dejándonos encantar por la magia de la sala de cine como la que descubre el narrador serbio, Gorán Petrovic, en su novela “Bajo el techo que se derrumba”, en los últimos fines de semana nos hemos visto seducidos por Barbie u Oppenheimer, sin tomar en cuenta otras opciones de la cartelera, sobre todo, de origen mexicano.
Durante el año pasado, se produjeron 258 largometrajes en el país, de los cuales, 140 fueron de ficción, 108 documentales y 6 de animación, 114 de ellos, fueron óperas primas. Más de la mitad se rodó en la Ciudad de México y los demás en las otras entidades federativas. En contraparte, se rodaron 818 cortometrajes y 92 series, de acuerdo con datos del Anuario Estadístico de Cine Mexicano 2022. Estos recibieron 534 premios nacionales y 195 galardones internacionales.
Un gran reto es la igualdad y la equidad en la industria cinematográfica pues sólo 83 obras fílmicas fueron dirigidas por mujeres, y 21 por personas indígenas o afrodescendientes, de los cuales, 20 se filmaron en lenguas originarias.
Y otro reto, aún mayor, es su duración en las corridas comerciales. Alrededor de 400 películas se estrenaron en territorio nacional durante 2022, de las cuales, sólo 88 fueron de corte mexicano. De los 173 millones de boletos vendidos en las salas de cine del país, sólo 6.4 millones fueron comprados para ver una obra cinematográfica de manufactura mexicana. Es decir, alrededor del tres por ciento del total de ventas de boletos de cine registradas en la República Mexicana.
Hace seis años, Ana Rosas Mantecón coordinó la publicación de “Ir al Cine: Antropología de los públicos, la ciudad y las pantallas”, texto en el que se analizan las formas en las que la personas acuden a una sala de cine, cómo se han ido transformando estas, cuales son los significados del espacio de proyección, y las formas de los públicos de mirar las películas. Una serie de ejercicios de investigación que deberían llevarse a cabo cada cierto lapso de tiempo debido a los constantes cambios en la propia industria cinematográfica.
Hay muchas maneras de celebrar el cine mexicano. Desde observar las programaciones especiales que varias televisoras, en su mayoría públicas, han programado en estos días a propósito de la efeméride; acudir a la nueva Cineteca Nacional de las Artes, donde hay funciones gratuitas a lo largo de este fin de semana; acudir a la nueva exposición sobre Tin Tan en el museo Kaluz; conocer el nuevo canal Nuestro Cine MX, disponible en casi todos los sistemas de televisión cable; armar un maratón de películas y series mexicanas disponibles en Filmin u otras plataformas o apoyar los estrenos nacionales para que permanezcan más tiempo en las salas de cine, entre otras posibilidades.
A nuestra pregunta de apertura, en mi caso, la última película fue “Minezota”, aún en cartelera de la Cineteca Nacional, de reciente estreno. Y en los últimos meses, “Nudo mixteco”, “La Civil”, “Sin Señas Particulares”, “Ruido”, “Te nombré en el silencio”, “Bardo”, “El laberinto del Diablo”, “El hoyo en la cerca”, entre las que recuerdo; retratos del cine mexicano contemporáneo y de las preocupaciones creativas de las y los creadores cinematográficos mexicanos.
Esta semana, pero en realidad, no sólo esta, sino todo el año, es una excelente oportunidad para acercarse a la filmografía mexicana, la cual, seguramente ofrecerá alguna opción con respecto a los intereses de cada persona y una excelente oportunidad para adentrarnos en historias y situaciones de nuestros entornos y cumplir con esa función de elaborar nuestras propias propuestas y conclusiones sobre determinadas situaciones. ¡Larga vida al cine mexicano!