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Nahle y Dos Bocas: una historia que apesta

La refinería Dos Bocas-“Olmeca” es la historia de lo que se perfila como el mayor desastre del sexenio López Obrador. | Roberto Rock L.

Escrito en OPINIÓN el

Tras casi cinco años de retórica gubernamental sobre la refinería Dos Bocas-“Olmeca”, los presupuestos anunciados y los plazos comprometidos para su entrada en operación han demostrado será imposibles de cumplir. Esta es la historia de lo que se perfila como el mayor desastre del sexenio López Obrador. Una herencia maldita para quien lo suceda en la Presidencia

Fuentes gubernamentales y reportes de expertos consultados por este espacio prevén que, durante su mandato, López Obrador no verá salir un solo litro de gasolina producida en esas instalaciones.  Estimaciones serias anticipan que el gasto total de la obra alcanzará los 23 mil millones de dólares (cerca de 500 mil millones de pesos), casi el triple de lo anunciado originalmente: 8,000 millones de dólares.  

Algunos análisis son más desalentadores: nunca existió un proyecto ejecutivo para construir la nueva refinería; existen muchas dudas sobre los indicadores de seguridad que se podrán garantizar para evitar una tragedia humana y ecológica; persisten inquietudes sobre la capacidad para evitar que sus terrenos se inunden, como ha ocurrido históricamente; hay una total opacidad en la asignación de contratos a particulares y su nivel de competencia en este ramo. Concluyen: La planta nunca funcionará, o no lo hará con los alcances ofrecidos. Ya ni hablar sobre la desconfianza de inversionistas para empresas proveedoras o complementarias. El asunto apesta por todos lados, dicho en términos coloquiales. 

Al centro del debate se halla la figura de Rocío Nahle, hoy de 59 años, una ingeniera química con especialidad en petroquímica, según las acreditaciones académicas obtenidas en su natal Zacatecas. Está documentada su cercanía por años con López Obrador, al grado de que en 2015 la hizo diputada federal, hoy es senadora con licencia, y se perfilaba como abierta aspirante a la gubernatura de Veracruz hasta hace algunos meses, pero ahora se registra un claro enfriamiento en torno a ella desde Palacio

Cualquier novato en temas electorales sabe que sería difícil montar una campaña para Nahle con la bandera de Dos Bocas, tema que para la elección del próximo año podría perfilarse como el mayor fraude del sexenio. Pero el problema es otro, más personal. López Obrador estaría convencido de haber sido engañado por su colaboradora, como cuando en junio pasado ella subió a sus redes un video en el que dice estar abriendo una válvula en la planta “para transporte de diésel”. El Presidente fue posteriormente informado que la tubería necesaria para ello apenas iba en camino hacia Dos Bocas.  

El pasado día 9, López Obrador anunció, sin decirlo, una cuarta prórroga al arranque de la planta ubicada en su natal Tabasco, al anunciar que en noviembre próximo Dos Bocas trabajará “a mitad de su capacidad” …, y anticipó que su antecesor “tendrá que seguir viendo” la evolución de este proyecto.

Expertos como Gonzalo Monroy, de la consultora GMEC, y Diego Díaz, del IMCO, han anticipado que Dos Bocas no funcionará antes de 2025, con un nuevo gobierno (y quizá, con un diferente equilibrio de fuerzas en el Congreso de la Unión). Pero no han dejado de alertar que cuando opere, el gasto correrá a cargo de Pemex, que ha provocado el mayor boquete en las finanzas gubernamentales durante el gobierno López Obrador, el cual no ha dejado de otorgarle recursos para mantenerla a flote y subsidiar el sueño de la refinería de Dos Bocas.  

Pemex no es sólo una compañía hundida bajo una enorme deuda internacional que amenaza con una suspensión de pagos, lo que atraería un efecto dominó en el crédito mundial de todos los bonos del gobierno mexicano.

La mayor ironía es que aun con la aportación de refinados petrolíferos que se deriven de Dos Bocas -si ocurre alguna vez-, ello puede ser un mal negocio por la ineficacia de Pemex en el sector, y más nos convendría seguir dependiendo del exterior para nuestra dotación de gasolinas

El balance en la rentabilidad de las grandes petroleras en el campo de la refinación en 2022 arrojó utilidades importantes (sólo en esa línea de negocio) para ExxonMobil (8,100 millones de dólares), Chevron (7,600 mdd), e incluso para Petrobras, la brasileña con participación estatal (7,400 mdd). En este rubro Pemex tuvo una pérdida de 7,600 mdd. Ello se explica por la obsolescencia de sus instalaciones y su alto costo de operación, con una abultada nómina de más 120 mil trabajadores, mientras otras compañías hacen lo mismo con 50 mil empleados menos.