Una vez más, el presidente mexicano acude al recurso de la satanización infamante mediante uno de sus fusiles favoritos; la fascista “lista negra” de los “herejes” o supuestos enemigos de su gobierno y su persona.
Y hoy les tocó a los magistrados del Tribunal Electoral, a los que de manera impune calumnió y llamó “deshonestos y falsarios” ya que, según el mandatario, actúan por consigna.
Horas antes, como saben, otro “hereje” de la “lista negra”, Ciro Gómez Leyva, fue difamado y calumniado por AMLO, quien lo llamó “corrupto”, sin ofrecer prueba alguna. También acusó de “corrupto” al juez que le ordenó no hablar más de la senadora Xóchitl Gálvez, por violencia política de género.
Y es que en el gobierno de López Obrador la “lista negra” es la versión moderna de la “Santa Inquisición”; recopilación de “herejes” que el grupo en el poder considera enemigo o potenciales objetivos de la venganza oficial.
“Lista negra” que, en los hechos, no solo supone un peligro mortal, sino que es la criminalización y discriminación de los integrantes del inquisitorio inventario, a quienes se asigna la categoría de enemigos del poder en turno.
Y en esa “lista negra” aparecen lo mismo periodistas que intelectuales, escritores, críticos y opositores; empresarios, ministros de La Corte, jueces y, por supuesto, magistrados del Tribunal Electoral y consejeros del INE.
Todo aquel que se atreva a cuestionar o señalar errores, horrores, fallas y raterías del gobierno de López Obrador, es metido a la “lista negra”, en donde incluso aparecen antiguos aliados del dictador, como la señora Carmen Aristegui y el senador Germán Martínez, por mencionar sólo dos ejemplos.
Hoy, los “herejes” de la “lista negra”, están en el Tribunal Electoral, a quienes así acusó AMLO: “Ya me pusieron en la lista negra los del Tribunal; yo también los tengo ahí, en mi listita, por cuestiones de actitudes deshonestas a los magistrados del Tribunal Electoral.
“La última fue esa resolución en donde se atrevieron a modificar lo que expresé aquí, en una mañanera. Lo que dije lo tergiversaron, entonces, sí los tengo apuntados en la lista, porque sí son muy falsarios; son magistrados de
consigna, y de todas maneras no hay que tocarlos, porque vienen las sanciones, las multas, no me han multado todavía…” (FIN DE LA CITA)
Pero la “lista negra” ha existido a lo largo de la historia entre dictadores y extremistas de derecha. Por ejemplo, durante el “periodo negro” del “macartismo”, en Estados Unidos –así conocido por el ultra conservador senador Joseph McCarthy--, los “enemigos de gobierno” eran catalogados como “izquierdistas” y formaron parte de una “lista negra” y perseguidos bajo el cargo de “comunistas”. En la “lista” entraron Charles Chaplin, Humphrey Bogart, Katherine Hepburn y los cineastas John Houston y Ling Landner.
En el fascismo italiano, durante la dictadura de Mussolini la “lista negra” era reservada a periodistas y opositores a quienes el dictador amenazaba cotidianamente en la plaza pública. Así, Mussolini –verdadero alter ego de López Obrador--, ordenó el asesinato de los más reputados opositores y periodistas; crímenes de Estado reconocidos por el dictador, quien llegó al extremo de convertirlos en actos heroicos.
Durante la dictadura de Hitler, la “lista negra” incluía una mayoría de judíos; entre quienes había periodistas, opositores, artistas, empresarios… millones de ellos asesinados por la mente criminal del dictador.
A su vez, en la España de Franco, la “lista negra” la integraban los republicanos y disidentes; miles de españoles muertos en fusilamientos sumarios –por el delito de disentir y oponerse a la dictadura--; crímenes que por años fueron ocultados al mundo.
En Chile, la “lista negra” la nutrían quien se oponían, criticaban y exigían libertades básicas. Miles dieron la vida por esas libertades.
Pero en el México de López Obrador, la persecución de los críticos empezó desde hace casi 20 años. Por ejemplo, en 2006, Federico Arreola difundió la “lista” de “periodistas buenos” y “periodistas malos”; buenos, según el interés electorero de AMLO y malos por criticar el talante dictatorial de López Obrador. La “lista” la encabezaba, Ricardo Alemán.
En 2008, otro servil de AMLO, el afamado Carlos Monsiváis –motejado como “Monsi”--, realizó el penoso papel de elaborar la “lista” de los críticos de López Obrador que debían ser censurados. Así, entre 2006 y 2012, “Monsi” visitó a dueños de medios para exigir que despidiera a los críticos del hoy presidente.
Aquí una historia contada por el columnista Martín Moreno-Durán, en su entrega del 23 de septiembre del 2020, en el diario digital “Sin Embargo”, titulada: “AMLO y su hipocresía con la prensa”.
Moreno-Durán relató la intolerancia de López Obrador con el periodismo crítico; contra Ricardo Alemán y la crítica que aquí formulo desde hace años.
Así lo escribió Martín Moreno-Durán: “MONSIVÁIS. El columnista Ricardo Alemán ha sido, nos guste o no reconocerlo, una pluma critica de López Obrador desde que era jefe de Gobierno. Agrade o no su estilo, Alemán ha tenido razón en no pocas ocasiones sobre el comportamiento de AMLO y, sobre todo, sobre los riesgos si ganaba la Presidencia. Desde las páginas de El Universal, eran constantes sus críticas a AMLO.
“Corría el 2008. En ese entonces, el escritor y cronista Carlos Monsiváis – uno de los personajes más cercanos y melifluos con López Obrador-, también escribía en El Universal.
“Enojado por la columna “Itinerario Político” de Alemán, Monsiváis pidió cita con el dueño del periódico, Juan Francisco Ealy-Ortiz.
“Te quiero pedir un favor: quítale su columna a Ricardo Alemán. Ya sácalo. Tiene muy molesto a Andrés…”, le pidió Monsiváis abiertamente al dueño de El Universal. Ealy-Ortiz no le hizo caso. Y Alemán continuó escribiendo su columna por varios años más. (FIN DE LA CITA)
En la presidencial de 2012, Federico Arreola volvió a recorrer los medios para exigir a los dueños despedir a los críticos de AMLO. Volvió a pedir la cabeza de Ricardo Alemán en prensa, radio y televisión. No lo logró.
Sin embargo, en el 6 de mayo de 2018, López Obrador y su claque, pagaron 12 millones de pesos a una empresa digital para difamar, calumniar y convertir en tendencia mundial la difamación contra Ricardo Alemán. Por esa presión me cerraron casi todos los medios en los que aparecía mi trabajo crítico.
Luego del linchamiento en mi contra, en el Itinerario Político del 9 de mayo de 2018, titulado: “Adiós…”, dije que, con López Obrador en Palacio, México sería una dictadura, que empezaría por perseguir a los críticos.
Así lo expuse: “En el fondo, los que lincharon a Ricardo Alemán le avisan a todos los mexicanos lo que será el trato oficial con los críticos en un gobierno de Morena; el que se atreva a disentir será linchado.
“Hoy es día de fiesta en un sector de la prensa mexicana, por el linchamiento contra Ricardo Alemán, pero nadie debe olvidar que los carniceros de hoy, serán las reses de mañana. Al tiempo”. (FIN DE LA CITA)
Lo peor del caso es que a pesar de la peligrosa y fascista “lista negra” de López Obrador, a pesar de que la supuesta “herejía” ha motivado asesinatos, ejecuciones, atentados y decenas de presos inocentes, no pasada; nadie detiene al inquisidor.
Por eso las preguntas: ¿Quién llevará preso al dictador? ¿Hasta cuando?
Al tiempo.