El ejercicio de “la mañanera” fue algo que descubrió el presidente López Obrador desde su paso por el gobierno de la Ciudad de México (entonces Distrito Federal) para ganar la narrativa e incluso, frente a sucesos importantes ser el primero en opinar y ser parte de la historia. A quienes nos dedicamos a política y a medios nos puso un auténtico reto cuando la implementó desde la presidencia porque la rutina del oficio involucraba leer (o al menos ojear) extensas síntesis de medios para estar al día, pero ahora todo puede cambiar en el transcurso de “la mañanera” y desde un comentario, un proyecto o una estupidez el presidente había podido tener el ciclo de medios casi ante cualquier suceso. Hoy ya lo perdió y por más que lo ha intentado no ha logrado recobrarlo. Algunos comentarios al respecto:
- El primero en sacar a López Obrador de su relato fue Santiago Creel que desde septiembre pasado evidenció la ignorancia del presidente al respecto de la Guardia Nacional. Creel demostró la falta de conocimiento de López Obrador y le negó una audiencia a pesar de ser presidente de la Cámara de Diputados. El tema me parece que terminó cuando Creel grabó un video en el que le recordaba al presidente que había sido su abogado y por eso sabía de lo que estaba hablando. Todavía en mayo hubo intercambios públicos y López Obrador quedó bastante mal ante la pregunta sobre el origen de sus recursos.
- La elección en el Estado de México y principalmente la de Coahuila sacó inicialmente al presidente de su historia. La división en Morena con sus esbirros hizo que la victoria de Va por México fuera absoluta y eso lo hizo empezarse a posicionar ante la división de sus huestes… que si yo apoyo a este, que no hagan campaña los otros con mi nombre, que si se bajan… cualquier cosa, pero ya fuera de su relato, ya respondiendo al bloque opositor.
- Xóchitl Gálvez, en su estilo espectacular y a partir de un amparo que ganó, descuadró por completo la narrativa de López Obrador y desde ese día no la ha logrado retomar. Era tan fácil como ser un caballero, dejarla pasar y que ejerciera su derecho de réplica, pero en su afán de callarla la catapultó en la palestra. Esto pasó hace tres semanas y hasta el martes 4 ha sido tema en sus conferencias de prensa y ya la presenta como la candidata de la oposición.
- En el inter López Obrador intentó recobrar la narrativa llevándola a sus puertos seguros como el de “la austeridad” e hizo que en su primera acción como secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde quedara en ridículo por ignorante y además dejó en evidencia que el “sueldo bajo” del presidente es una falacia, porque todo, desde la renta por vivir en Palacio Nacional, pasando por cada ayudante y hasta los viáticos, son parte del sueldo del presidente. A ningún otro funcionario dentro de México se le paga vivienda y todos los gastos.
- La presentación del método de la oposición para elegir quién encabezará el frente también ahondó el problema de la narrativa; que si Lily se bajó, que si Creel es fuerte, que si hay una caricatura que ofende a Xóchitl y sus raíces, pero AMLO insiste en promoverla a pesar de que deja en evidencia su machismo y mezquindad… ya es triste el ejercicio.
- No es ni Claudio X ni Salinas, no es el grupo de enemigos imaginarios de AMLO, es que su narrativa se derrumba ante sus ojos porque cualquier figura de la oposición es mejor que sus corcholatas. Porque el mismo proceso al que sometió a sus allegados es denigrante: de entrada, llamarlos corcholatas, luego, que su función sea continuar su obra (o sea no pueden ni siquiera señalar lo mal que está el gobierno y el país) y terminando con el hecho que todos saben y repiten: es una pasarela de adulaciones para ver a quién selecciona el único elector de Morena, el presidente.
Es curioso que ahora AMLO sea quien más habla del proceso de la oposición para elegir candidato y que su propio proceso, el de sus corcholatas, se esté apagando y marchitando rápido. Al final del día a quién le interesa ver cuál de las corcholatas tiene la mejor lisonja o la mejor propuesta para demostrar su “amor” a AMLO, es mucho más interesante ver quien puede corregir el mal rumbo de México y no saldrá de Morena o de sus aliados. AMLO perdió la narrativa y cada día es más evidente que perderá la elección.