"Las luchas fáciles no son luchas, son trampas mortales para ingenuos que creen que la política es vía sencilla, sin tropiezos, ajena a los conflictos, vía triunfal porque así se desea” así lo dijo Jesús Reyes Heroles, priista ideólogo del siglo XX, servidor público y político de una sola pieza.
En política ninguna lucha es fácil ni ajena a conflictos. Sino lucha no significaría un esfuerzo grande y continuado que realiza una persona para conseguir un fin. Lo que hay en política son diferencias fundamentales en cómo luchamos y enfrentamos conflictos y cómo un conflicto cesa a través del diálogo, consensos y acuerdos, desde mi punto de vista, ese es el arte de la política y lo que distingue a quienes son verdaderos políticos.
En estos tiempos hay políticos de ocasión y de improvisación que frente a las dificultades olvidan los principios, y con esto olvidan que la política sin principios es sólo la lucha vacía del poder por el poder, es entonces una actividad abyecta que ya no sirve a la ciudadanía y que no representa ninguna causa.
A lo largo de la historia se ha normalizado a los políticos vacíos sin principios, ni ideales, que por lo tanto no conocen la lealtad y se conducen por conveniencias y como camaleones usan su camuflaje cual maromas hacen los incongruentes que sobre ponen el interés personal sobre el interés superior de la patria.
Esto no sólo no debe normalizarse, es grave debe condenarse y erradicarse de la vida política y pública de México esas prácticas desacreditan a la clase política y explica la crisis de credibilidad que se vive hoy en día. Quienes son verdaderamente un peligro son aquellos capaces de todo por un cargo y una posición que les de poder y no un espacio que les permita representar las causas ciudadanas y transformar desigualdades para tener un país con mejores condiciones y oportunidades para las y los mexicanos.
Quienes practican “el chapulineo” y el camuflaje no sólo no tienen moral, son muestra de la falta de convicciones ideológicas y del oportunismo más rapaz, también son quienes hacen política a la mala, por su calidad de malos políticos que a base de chantajes, presiones y manipulación buscan los espacios por desesperación, pero no por su capacidad de construcción.
Quienes se han ido del PRI se esfuerzan por vendernos ilusiones para justificar su “congruencia” pero lo único que dejan claro es su congruencia por su ambición vulgar y personal a falta de convicciones reales y la búsqueda del interés colectivo y superior.
Las y los chapulines son mercenarios de la política, blasfemos y en el único lugar que encuentran eco es en el cinismo y la desvergüenza de comerse las palabras que un día profesaron. Quienes hoy abandonan al PRI, en realidad abandonan a México.
El caso del Partido Revolucionario Institucional, es el caso de un partido histórico que con cerca de 100 años de vida institucional ha vivido en distintas épocas desbandadas, que no son nuevas y no son sorpresa para nadie que conozca de la historia, del Partido, de la política y la falta de políticos de una sola pieza, leales, congruentes y con ideales.
En el PRI estamos claros de las facturas que la ciudadanía nos ha cobrado, pero también de la confianza que nos ha externado cuando hemos sido gobierno y ahora que somos oposición. También podemos decir en honor a la verdad que todas las fuerzas políticas existentes nacieron por desbandadas del Partido Revolucionario Institucional, es el costo de ser el partido más grande e histórico de México.
El PRI es consciente que cada momento ha forjado y cada reto por delante es una oportunidad para crecer y seguir ofertando y dando guía a la política mexicana.
Como diría, nuevamente Reyes Heroles "Tan importante es la meta, el destino como la ruta, el camino”, eso es el PRI, el camino, la ruta, el destino y la meta de México.
Hoy el PRI es constructor de la Alianza que en el 2021 le puso un freno a la mayoría legislativa de Morena, y a un año de la elección de 2024 es impulsor y constructor de este hito de la política en México, el Frente Amplio por México, el frente opositor y ciudadano que tiene nervioso tanto al gobierno, como a oportunistas, camaleones y chapulines que buscan hacerse publicidad, tener vigencia o algún valor político, a costa del PRI o de haber sido priistas, el cual, aunque lo nieguen es su mayor activo.
A esos malos políticos les digo si les interesa rescatar un poco de congruencia y dignidad, la congruencia sería renunciar al cargo que tienen como renuncian al partido, porque el cargo es gracias al PRI y a su militancia, pero como lo dije anteriormente para quienes no tienen escrúpulos, ideales ni convicciones es mucho pedir.
Ser congruentes a México, más que nunca es construir como oposición, como alianza, coalición y frente amplio opositor, la unidad actualmente no sólo es la institucional, es la que nos convoca desde el clamor social para permanecer unidos, convencidos de que la única forma de frenar al actual gobierno y evitar la destrucción de México es permanecer juntos para recuperar el presente y el futuro de nuestro país.
Esta lucha no será fácil, ni ajena a conflictos, como señale al inicio la lucha siempre implica resistencia, la lucha implica convicción, esta lucha consiste en ideales y en el interés superior de la nación, solamente unidas y unidos en la resistencia, en el combate, incansables y con la convicción irrenunciable de luchar por la democracia, las instituciones, la división de poderes y la patria llegaremos a la meta.
En el Partido Revolucionario Institucional las y los priistas estamos listos para luchar por la patria con corazón, cabeza y carácter. ¡Demostraremos de qué está hecho el PRI y quienes somos las y los verdaderos priistas!