GOBIERNO DE MÉXICO

El peligroso rol de una oposición encolerizada

La oposición, no ha entendido las razones de su estruendosa derrota en 2018. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

Habíamos presupuestado abordar este tema para el inicio formal de las campañas electorales, pero la ira con la que los opositores al gobierno han iniciado la disputa por la presidencia, obliga a generar momentos y espacios de reflexión.

En este espacio señalamos en varias ocasiones que podemos no coincidir con las formas y maneras de hacer política del presidente de la República, puede no gustarnos e incluso aborrecerlo, al final, de eso se trata la política, de confrontar ideas y puntos de vista a veces diametralmente opuestos.

La narrativa de algunos de los llamados “líderes de opinión” entorno a un posible atentando contra Xóchitl Gálvez, probable candidata de la oposición, raya en el delirio y la demencia pues evidencia el desprecio por un personaje que, como lo mencionó recientemente el locuaz Vicente Fox, no terminaron por la darle la “estocada” durante su sexenio.

Hoy, el menosprecio por López Obrador es más que insultante y en muchos casos, los detractores lo han convertido en una cruzada personal por el encono que tienen contra la persona del presidente, pues detestan y rechazan todo lo que él representa lo que nos lleva a suponer que no se trata de un asunto meramente político, el odio contra su persona va más allá de una contienda electoral o un simple debate parlamentario, pues ha suscitado en ellos sí, el deseo franco y sin mesura para desearle la muerte.

A López Obrador no le perdonaron que le dijera “chachalaca” a Vicente Fox cuando éste simulaba ser presidente, todos los hoy detractores, en aquel entonces lo masacraron en los medios de comunicación por su falta de respeto al ejecutivo, hoy, esos mismos opinadores y comunicadores azuzan las redes sociales con insultos directos y personales contra el presidente sin importarles ya la investidura presidencial, sin reparos y con todo desparpajo, insultan, menosprecian y difaman la investidura presidencial pues ese nombramiento se ha devaluado, pues sólo tiene valor en sus manos.

Así, y desde entonces, el menosprecio por López Obrador los ha llevado a evidenciar cada día más su racismo, clasismo y desprecio por todo aquello que los opositores aborrecen de una sociedad y realidad social que ellos mismos confeccionaron, por eso en 2006 lo llamaron “López” adjetivo que exhibía todo el encono contra su persona. También por ello adjetivaron como “corcholatas” a los precandidatos de MORENA, pues utilizan y califican con los adjetivos más humillantes que puedan encontrar para que los términos sean usados con el filo del odio y menosprecio que les hincha el alma y que dirigen contra todo lo que huele a pueblo.

Apenas dos entregas antes, cerraba la colaboración vaticinando que conforme se acercara la contienda presidencial, “veríamos más actos de violencia”. No me refería a que la violencia tendría una escalada descomunal como lo pretenden hacer creer los medios que todos los días tienen un reportero, una cámara o un corresponsal “justo” donde se incendia un antro, donde asaltan un camión de carga o donde se desata un enfrentamiento entre narcos y fuerzas federales.

Cierto, la violencia es preocupante pero tampoco es superior a la que vivíamos en tiempos de Calderón y Peña Nieto, la diferencia es, cómo lo abordan hoy los medios y cómo lo hacían antes. Por ejemplo, en el 2010 el programa “El Almohadazo” conducido por Fernanda Tapia, puso al aire la sección “El ejecutómetro” en el que día a día, iba sumando el número de muertos a causa de “la guerra contra el narcotráfico”, por supuesto, la sección fue censurada por el gobierno y los medios hoy afines a la oposición, pasaban por alto el tema de ser posible.

Si revisamos a la mayoría de medios que se han dicho atacados por la “censura” del presidente, hoy hacen un recuento diario de las personas fallecidas no sólo en enfrentamientos entre sicarios y contra fuerzas federales, suman hasta los lamentables decesos por el robo al transporte público, y no es que antes no hubiera muertes por asaltos y robos a transeúntes, el asunto es la forma en que manejan la información.

Esa ha sido “la estrategia” de la oposición desde julio de 2018, atacar, golpear y denostar la labor del ejecutivo a través de señalamientos infundados y de desinformación, así, la narrativa de los opositores se ha centrado en generar una imagen de un gobierno que no es real, lo han tachado de comunista, de dictador, de represor y de misógino.

La oposición, no ha entendido las razones de su estruendosa derrota en las elecciones de 2018, no han reflexionado sobre las razones sociales y económicas del por qué un amplio sector social los rechazo y les reclamo con el voto los atropellos e injusticias cometidas cuando gobernaron, pero es posible que no les interese entenderlo ni reflexionarlo, hacerlo, sería aceptar que existe un ápice de razón en el pueblo y el pensamiento opositor es que nadie más que ellos cuentan con la inteligencia y lucidez para gobernar. Están encolerizados y por ello será difícil verlos recular y aceptar que se equivocaron, pues antes que eso, enarbolarán su narrativa de odio y de desprecio por todo aquello que huela a masas, a pobre, a pueblo.