PREVENCIÓN DEL DELITO Y EL USO DE LA TECNOLOGÍA

Sentencia previa

Resalta la propuesta de un sistema de seguridad pública basado en la prevención del delito y el uso de la tecnología, pero uno de sus problemas serios es la aparente intención de establecer patrones de conducta criminal. | Johannes Jácome

Escrito en OPINIÓN el

En el actual proceso no-electoral que estamos viviendo, en el que los no-candidatos comparten ideas para un eventual gobierno en el futuro, hasta el momento, se ha recibido poca sustancia. Por ello resalta la propuesta del excanciller sobre un sistema de seguridad pública basado en la prevención del delito y el uso de la tecnología.

Indudablemente las herramientas tecnológicas deben ser una de las bases para el desempeño eficaz de las autoridades, sin embargo, los adelantos tecnológicos de última generación no tendrán mayor éxito cuando estos se brincan las actualizaciones que los sistemas actuales requieren.

Mucho se ha discutido ya que la propuesta de tener cámaras y drones que anden viendo por dónde vamos y qué hacemos puede tener una implicación legal negativa, ya que esa información personal estaría siendo almacenada por una instancia de gobierno. Claro que, de todos modos, nos encanta estar transmitiendo en redes sociales qué estamos haciendo y en dónde. Es decir, mucha de esa información personal nadie nos la quita, sino que nosotros gustosamente la regalamos al mundo.

Pero, uno de los problemas serios de la propuesta es la aparente intención de establecer patrones de conducta criminal solamente por nuestra apariencia o manera de caminar, porque, en realidad, no existe un delito llamado “camina como maleante”. Me acuerdo de la película de Tom Cruise “Minority Report” (Sentencia previa), en la que el gobierno detenía a las personas antes de que cometieran un delito. Al final el sistema falla.

Jurídicamente, que alguien esté cerca del lugar donde se cometió un delito no es evidencia de responsabilidad. Que alguien esté cerca de 15 de esos lugares, tampoco. Lo que se requiere, es la tecnología para obtener y procesar la evidencia recabada en el lugar donde se cometieron los delitos, es decir, procesar las escenas del crimen.

Hemos conocido innumerables casos de gente que simplemente por estar cerca de una escena del crimen, o peor el caso, alguien que tuvo que defenderse de un atacante, ha sido procesada penalmente simplemente porque estaba ahí, y hay un fallecido.

Antes de desarrollar bases de datos con fotos y videos en las calles, es necesario generar las bases de datos primarias dentro del proceso de investigación criminal, y que las nuevas tecnologías sobre inteligencia artificial pueden complementar, pero no sustituir. Es decir, primero que se construya el primer banco de huellas digitales nacional, que es el a-b-c del peritaje penal, y que no existe en México. De nada nos sirve si tenemos la foto de alguien cerca de una escena del crimen, o la certidumbre de que un arma se disparó en un lugar y luego en otro, si no tenemos las huellas digitales en el lugar o en el arma homicida, y que éstas puedas cotejarse con las huellas obtenidas previamente en cualquier otro lado.

Tampoco existe en México una base de datos para material genético. O sea, un sistema en el que se registre el ADN de probables responsables y víctimas, como sí existe en otros países, para tener evidencia sólida en contra de un posible responsable, documentar su presencia en otras escenas del crimen, y ser un mecanismo para la identificación de fallecidos.

En Estados Unidos, además de las bases de datos para el ADN con las que cuentan las autoridades, hay mecanismos legales para cruzarlas con la información que tienen empresas privadas como las que hoy se pueden contratar para buscar familiares y antepasados. En México sería de gran ayuda para la identificación de los cuerpos en las fosas clandestinas. El ADN es una evidencia de carácter legal. Una foto desde un dron cerca de una escena del crimen, no.

Todavía más lejano en México está el desarrollo de una base de datos en las que se registren los detalles de las escenas de un crimen con objeto de que el sistema detecte coincidencias y patrones. Así es como se identifica el trabajo de un posible asesino serial en otros países. En México casi no conocemos casos de este tipo de delincuentes, pero no porque sean pocos, sino porque no tenemos cómo identificar las similitudes entre un homicidio y otro.

Es una necesidad innegable la implementación de los avances tecnológicos, siempre y cuando sean los que se requieren. De lo contrario, sería como querer ver la película esa de Sentencia Previa en Netflix, pero teniendo una tele con antena en la azotea.