#INFILTRADO

Las declaraciones de un guardia de Antara

El atraco a una joyería en Plaza Antara, una de las más visitadas y lujosas de México, refleja la impunidad que sienten los delincuentes y la nula capacidad de reacción de los guardias de seguridad privada | Antonio Nieto.

Escrito en OPINIÓN el

El atraco a una joyería en Plaza Antara, una de las más visitadas y lujosas de México, refleja la impunidad que sienten los delincuentes y la nula capacidad de reacción de los guardias de seguridad privada. También revela lo cíclico que es el crimen: la forma en que atacaron en Antara es idéntica a la de los “Mazos”, una banda que surgió hace unos 13 años y que sigue siendo un misterio.

Eran las 17:54 horas del 26 de junio pasado. Una motocicleta frenó su marcha en el cruce de Saavedra y Lago Bangueolo, muy cerca de la plaza. De la moto bajaron dos individuos, uno robusto, de sudadera blanca, pants negro, gorra y otro de pantalón de mezclilla, complexión delgada; playera de manga larga blanca, cubrebocas y gorra negra. En su espalda llevaba una mochila donde había hachas y mazos. Estos dos, según imágenes del C2, merodearon Antara y recibieron instrucciones vía telefónica, lo mismo que los otros dos ladrones que arribaron en coche. Ponga atención en la vestimenta y rasgos de éstos últimos. El primero tenía sudadera con capucha negra, pantalón de mezclilla y tenis negro con blancos. Su pantalón tenía una característica: estaba roto de la rodilla izquierda. El segundo llevaba una chamarra azul, cubrebocas blanco, gorra y tenis negros. De acuerdo con las autoridades es Marco Antonio Medina Alcibar, de 27 años de edad. A él atribuyen el uso de un arma de fuego para mantener a raya a personal de seguridad privada. Sin embargo, las declaraciones de un elemento de seguridad señalarían a otro delincuente que mientras duró el robo lo mantuvo amagado con una pistola. 

Esta es la testimonial de un guardia, asentada en la carpeta CI-FMH/UAT-MH2/UI-1S/D/00605/06-2023: “Laboro como elemento de seguridad privada para la empresa Total Safety, desde hace tres meses, con un horario de 24 horas de trabajo por 24 de descanso, estando adscrito desde mi ingreso a Plaza Antara. Mi punto de vigilancia se localiza en la entrada y salida de dicho centro comercial, el cual se ubica en el túnel de luces entre la joyería Berger y la zapatería UGS y que el día 26 de junio, aproximadamente a las 19:15 horas me percato de un masculino que estaba vendiendo dulces, siendo éste un vendedor ambulante, lo cual está prohibido, por lo cual lo acompañé a la salida , por lo que una vez que  regresé a mi punto me percato de un masculino que se encontraba sentado en los asientos de piedra frente a la entrada de la plaza comercial.

“Se me hizo sospechoso, mismo que tenía un cubrebocas negro y puesta la capucha de una sudadera negra, el cual estaba mandando mensajes en su teléfono celular, por lo que una vez que salió el vendedor ambulante regresé  a mi punto y casi al momento sentí que me abrazaron por la espalda, viendo que era la persona antes señalada, el cual me dijo que me agachara y me tirara al piso mientras me apuntaba con una pistola, tipo escuadra, en la nuca, estando a mi costado izquierdo todo el tiempo y amenazándome con la pistola”.

Este testimonio hace pensar que hubo un quinto implicado que no se aprecia en los videos, ya que, en éstos, el que tiene una pistola, no está cerca de un guardia de seguridad, a menos que sea la persona tendida bocabajo que se aprecia en las grabaciones. Como sea, el que tiene el arma, Marco Antonio Medina Alcibar, porta una gorra y no una sudadera con capucha, además, lleva un cubrebocas blanco y no negro como refirió el guardia. 

Según el testimonio, el elemento logró lanzar una alerta en su radio, a pesar de que estaba sometido, pero nadie le respondió. “En seguida escuché cómo trataban de romper los vidrios del aparador que ahora sé es el de la joyería Berger, siendo un tiempo aproximado de tres minutos, ya que se me hizo eterno el tiempo, llegando mis compañeros en mi auxilio, escuchando a esta persona que les decía que se hicieran para atrás o disparaba, viendo todo de reojo y una vez que no escuché ruidos, esta persona se va corriendo”, afirmó el empleado de seguridad.

Puede ser que se haya confundido en la vestimenta y que quien lo amagó sea el propio Marco Antonio, pero el guardia manifestó ante el Ministerio Público que quien lo sometió medía 1.60 y que tenía ojos rasgados como de persona oriental y la ceja depilada, rasgos que no coinciden con Marco Antonio, el único detenido hasta ahora. Más allá de esto, su testimonio nos deja ver que los guardias de seguridad privada no pueden hacer nada en atracos violentos y ni siquiera son capaces de avisar rápidamente a policías. Al final, fue una visitante de Antara quien con una llamada alertó a la Secretaría de Seguridad Ciudadana

Todo esto parece un dejabú: en 2013 hubo una oleada de saqueos a joyerías que fue contenida y que regresó en 2015 con casos altamente mediáticos, como el robo de Saks Fifth Avenue, en Santa Fe, en enero. Esto declaró el entonces Procurador, Rodolfo Ríos Garza.

“"Se utiliza el mismo modus operandi porque usan los mismos mazos para romper las vitrinas, aunque esto podría resultar un tanto normal porque rompen vitrinas gruesas y sería la herramienta idónea. A la empresa la llamaremos para que explique exactamente cuáles son los protocolos que siguieron, si puede ser motivo para la investigación que estamos llevando a cabo". Esta declaración la pudo haber hecho Omar García Harfuch hace unos días. Ocho años de distancia, pero los mismos atracos y la misma reacción de las autoridades. Las investigaciones que se quedan cortas y la proliferación de bandas criminales que se imitan entre sí. A aquella banda del 2015 se les llamó los “Mazos”. 

Hoy en día, los “Mazos” ya no es un grupo delictivo en específico, sino un modo de operar, lo cual es preocupante, pues implica que ese modo de operar tuvo tanto éxito que pareciera una franquicia. Tras el atraco de Antara presuntamente están ladrones, narcomenudistas y extorsionadores de la zona de Aragón, en Gustavo A. Madero y Nezahualcóyotl, cuyas líneas apuntan a un viejo conocido: Bryan Mauricio Miranda, el “Pozolitos”, ex socio de la Unión Tepito. La detención de una de sus novias, Edén Iraís, cuando los policías buscaban a uno de los asaltantes de Antara -que huyó- así lo deja entrever. 

Enterado está, querido lector y recuerde: el Infiltrado es usted.