Entre las últimas horas del día diez y las primeras del once de julio de 2023 falleció una menor de edad en el Hospital Regional 18 del IMSS en Playa del Carmen. Al parecer hubo un problema con el elevador, ya que éste comenzó a subir de manera repentina cuando debería de mantenerse detenido en el piso correspondiente, en espera de que introdujeran la camilla con la paciente. La muerte no tuvo nada que ver con su padecimiento, fue por negligencia de las autoridades.
Para los que no conozcan el funcionamiento de un hospital, los elevadores son un instrumento fundamental. Muchos pacientes, al no poder caminar y menos subir escaleras, dependen en todo momento de los elevadores. Contar con un adecuado número de elevadores y que estos se encuentren en buen funcionamiento es un factor muy relevante para otorgar una atención médica adecuada. En algunas ocasiones hemos escuchado de hospitales que, de repente, se quedan sin servicio de elevadores y todo se convierte en un caos. Los pacientes no pueden ir a sus cirugías o estudios. Incluso no se pueden ingresar nuevos pacientes o dar de alta a otros. Los pacientes que no pueden esperar se trasladan por las escaleras, lo cual es un gran riesgo, ya que se pueden caer o lastimar. Lo que antes se hacía en 10 minutos toma cinco o diez veces más tiempo. Los elevadores son esenciales en un hospital moderno.
A pesar de su importancia, en el IMSS, muchos elevadores se encuentran en un estado ruinoso. Si usted conoce a algún trabajador de la salud pregúntele por los elevadores de su hospital. Se dará cuenta que en muchas unidades médicas han tenido problemas y parece que a nadie le importa solucionarlos. Lo único importante en este momento es darle promoción al IMSS Bienestar.
La muerte de esta menor es una enorme tragedia. No tiene razón de ser. No tiene nada que ver con su padecimiento. No la podemos permitir y dejarla pasar. Esperemos que nuestros gobernantes se den cuenta de que no podemos continuar con la locura del IMSS Bienestar si las instalaciones del IMSS se encuentran en tan mal estado. ¿De dónde van a sacar el presupuesto para atender a un número tan grande de pacientes? ¿Qué atención les van a brindar?
Tenemos que ser serios, no todo es hacer promesas, también debemos de planear y darnos cuenta que las cosas necesitan tiempo y dinero. No todo se logra con el puro decreto. El instituto ha sido saqueado por años y las unidades médicas, en su mayoría, están en malas condiciones. Se siguen brindando servicios de calidad por la dedicación y entrega del personal, pero, cada vez más, tanto pacientes como trabajadores, se enojan y desesperan por la falta de mantenimiento de las instalaciones que repercute en la calidad de la atención. No nos queda más que preguntarnos ¿A dónde va el presupuesto?
Es lamentable darnos cuenta que, otra vez, sucede una tragedia en el IMSS y, otra vez, quieren culpar a un trabajador. La Fiscalía del Estado de Quintana Roo salió a presumir un comunicado en donde, entre otras cosas, mencionaba que ya existía un detenido. ¿A qué directivo corrupto pudieron detener tan rápido? ¿A poco sí las cosas ya están cambiando en México? No, nada cambio. ¡Tenían detenido al camillero encargado de trasladar a la menor! Como siempre pasa en el IMSS, se culpa al trabajador que más cerca estuvo de los hechos. Nadie se pregunta el porqué del estado ruinoso de gran parte de las instalaciones del Instituto. Siempre son los trabajadores.
En lo personal, creo que todos debemos sentirnos orgullosos del IMSS y de sus trabajadores. Estoy seguro que todos los días, en la institución, se realizan intervenciones de muy alta calidad y se atiende satisfactoriamente a un número muy grande de pacientes. De lo que nos debemos de sentir asqueados es de los directivos que sólo ven al IMSS como una plataforma para llegar a otros cargos políticos o que solamente buscan enriquecerse a base de saquear y dejar que los hospitales se caigan a pedazos. Aquí, todos sabemos que los culpables son los directivos que han permitido que la corrupción se perpetúe y las instalaciones se encuentren en un estado desastroso.
En este caso, el camillero también es una víctima de la corrupción e incompetencia de las autoridades que dirigen la institución. Que lo hayan detenido es una vergüenza. Como ha pasado durante los últimos años en el IMSS, quieren barrer la escalera empezando desde abajo.
En julio del año pasado los residentes del hospital del IMSS, La Raza, tuvieron que tomar las calles aledañas a la institución porque la Guardia Nacional estaba abusando del personal y tenían a una residente detenida. También, recordemos que en 2021 fallecieron 17 pacientes por la inundación de un Hospital General en Hidalgo. Es evidente que el IMSS está pasando por uno de sus peores momentos y, sobre eso, se quiere edificar otra institución llamada IMSS-Bienestar. Es una locura.
Hasta la fecha no tenemos conocimiento de las condiciones generales de trabajo que fueron depositados ante el Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje con relación al IMSS-Bienestar y, por lo tanto, prevalece un enorme temor de que se pisoteen, aún más, los derechos de los trabajadores de la salud. Si las condiciones de trabajo fueran buenas, ya las hubieran publicado. La secrecía siempre despierta sospechas. Esperemos estar equivocados y que las condiciones de trabajo sean similares a las de Dinamarca.
En el IMSS, todo lo que pasa, es culpa de los trabajadores que dan atención de primer contacto. Los directivos viven en una torre de marfil. El problema con los elevadores no es sólo el del Hospital de Playa del Carmen, si tiene algún conocido que trabaja en el IMSS pregúntele sobre el estado de los elevadores en su unidad de trabajo. En redes sociales vemos al personal del IMSS operando sin luz, con pasillos llenos de pacientes, un hospital con un mapache, otro con gusanos que caen del techo en el quirófano.
El personal de salud ya está cansado de los abusos de las autoridades: del desabasto de medicamentos, de las instalaciones en ruinas, de los bajos sueldos, de los contratos laborales fraudulentos, de la violencia y del autoritarismo. También están hartos los pacientes. Hasta el momento, del gobierno sólo escuchamos disparates: el INSABI, el IMSS-Bienestar. Mientras, revisamos las recomendaciones de la CNDH por violaciones a los derechos humanos y gran parte de ellas son por problemas suscitados dentro del IMSS. Nos merecemos mejores autoridades sanitarias, es una vergüenza ver a una institución tan importante en tan mal estado.