Las llamadas nuevas tecnologías de la información y comunicación permiten hoy en día, acceder a múltiples plataformas que brindan no solo información, sino conocimiento, pudiéndolo adquirir prácticamente de forma inmediata, sencilla y práctica, lo que facilita a las personas que incursionan en estas herramientas, entre otras, aprender sobre diversos temas, adquirir conocimiento, interactuar con otras personas, en una palabra, facilitarnos la vida.
No obstante, el arribo a la era digital también ha marcado importantes diferencias debido a las dificultades de un segmento importante de las personas a acceder a dichas plataformas, ya sea por niveles socioeconómicos, geográficas, de comunicación o, incluso, por edad. Veamos algunos datos al respecto.
De acuerdo con estadísticas de la Encuesta Nacional Sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías de la Información en Hogares (ENDUTIH), del INEGI publicado el pasado 15 de mayo del año en curso, a propósito del Día Mundial del Internet, en 2021 el 75.6% de la población mexicana, es decir, 88.6 millones de personas, usó internet; el 66.4% de los hogares en México contó con acceso a internet (24.3 millones de hogares), y de las y los usuarios, 96.8% utilizó un smartphone como medio de mayor frecuencia para conectarse a internet.
Cuando analizamos las variables medidas por el INEGI encontramos resultados interesantes. Por ejemplo, el 92.1% de hogares de estrato alto tuvieron posibilidad del uso de internet, en tanto que, de estrato bajo, solo el 34% tuvo este acceso.
En el mismo sentido, la edad promedio de las personas ocupadas en las llamadas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), fue de 36 años; así, el 42% de dichas personas se concentro en el grupo de 30 a 39 años de edad, seguido de la población de 15 a 29 con el 27%; de 40 a 49 años el 21%, y de 50 a 59 años solo el 9%, lo que da como resultado que a mayor edad mayor brecha en el rubro digital.
Respecto a la escolaridad, resalta que el 97% de las personas ocupadas en las TIC ostentaban un nivel educativo equivalente a la educación superior; 95% con licenciatura y 5% con nivel de maestría.
Estos datos nos permiten observar con claridad que existe una brecha digital para el uso de las tecnologías, imponiéndose a través de los factores que ya hemos referido. Sin embargo, quiero detenerme a uno en particular: las personas adultas mayores.
La edad es uno de los factores que generan una importante brecha digital, principalmente porque no están familiarizados con dichos mecanismos y, por lo mismo, no conocen sus bondades y alcances. Como resultado, a las personas adultas mayores se les dificulta interactuar con los medios digitales. De acuerdo con un estudio publicado por la UNAM en abril de 2022, sobre la brecha digital en la tercera edad, reveló que en México existen alrededor de 15.1 millones de personas mayores de 60 años que registra menos actividad por internet (10%), dejando a este segmento de la población en condiciones de vulnerabilidad ante trámites, servicios u otros que pueden realizarse vía internet, por ejemplo.
Por lo mismo, es importante exponer algunas alternativas que permitan acortar la brecha digital para personas adultas mayores tales como: el involucramiento de instituciones de educación superior en el otorgamiento de cursos en el manejo de las TIC; la generación de políticas públicas que permitan a centros culturales brindar asesoría sobre el uso, por ejemplo, del internet, programas de difusión sobre las ventajas de este tipo de herramientas, entre otras propuestas más.
Consecuentemente, y al ser un tema de interés de la población y en particular de las personas adultas mayores, en mi carácter de representante popular en el Estado de México, presentaré al Congreso local, una iniciativa para la generación de éstas y otras políticas públicas que permitan a la población adulta mayor, incorporarse al mundo digital con la finalidad de facilitarles el pago de servicios, dotarlos de los conocimientos necesarios para la búsqueda de información de su interés; para que cuenten con información para su toma de decisiones, entre otros.
Con estas acciones lograremos una sociedad más justa, ordenada y generosa que permita a la población adulta mayor incorporarse a los temas de actualidad con lo que incentivaríamos una mayor participación de este segmento de población que, en su oportunidad, fueron el motor de esta nación y, en particular de nuestro Estado.