CLAROSCUROS DEL CONSUMO DIGITAL DE NOTICIAS

Noticias en crisis: los claroscuros del consumo digital

Los diarios podrán estar en crisis, pero los mexicanos seguimos necesitando a las instituciones periodísticas de legado para informarnos. | Mireya Márquez Ramírez

Escrito en OPINIÓN el

Cada semestre, durante la primera clase, pregunto a mis estudiantes de Comunicación: ¿Cuándo fue la última vez que leyeron las noticias en un periódico? ¿Y cuándo vieron o escucharon un noticiario en vivo por última vez? Varias manos se alzan. “Algo vi en Twitter que un medio posteó los dimes y diretes de la mañanera de AMLO”, dice una. “A mí me salen las noticias de la Fórmula 1 por lo que ponen los medios deportivos en sus redes”, relata otro. “Yo sigo a varios medios en Instagram para enterarme de lo que está pasando”, apunta uno más.  

Pero ¿cuándo fue la última vez que en serio leyeron el diario en papel, vieron o escucharon un noticiario por radio o por televisión?, les insisto. Y, desde hace al menos una década, la respuesta es la misma: silencio sepulcral. A los jóvenes les es cada vez más ajena la experiencia de consumir contenido en soportes que no sean los digitales, o de conocer medios que no tengan presencia en las redes sociales

Ellos no son los únicos. La tendencia mundial desde hace tiempo es que las personas ya no buscamos proactivamente las noticias, sino que son las noticias las que llegan a nosotros ‘incidentalmente’. Pero, además, de acuerdo con el Reporte de Noticias Digitales 2023 (DNR por sus siglas en inglés), publicado este verano por el Instituto Reuters de la Universidad de Oxford, el público alrededor del mundo está accediendo a las noticias fundamentalmente por medios digitales, pero con menos frecuencia que en el pasado y además, con mucho menor interés en ellas. Específicamente, la encuesta mundial, que explora cada año el consumo de noticias y confianza en los medios, revela que un quince por ciento menos de encuestados afirmó estar muy o extremadamente interesado en las noticias de actualidad de lo que estaba en 2017. 

¿Qué nos revela el estudio sobre México? ¿Cuántos aún compramos el diario en las mañanas, escuchamos el noticiario de ida o vuelta al trabajo, o vemos religiosamente las noticias por la noche? Como en el resto del mundo, los mexicanos nos informamos predominantemente a través de medios digitales. Según el DNR, en el último año, un 80 por ciento de los más de dos mil mexicanos encuestados por el estudio obtuvo sus noticias a través de internet, un 63% a través de redes sociales exclusivamente, un 42% a través de la televisión y sólo un 20%, es decir, un quinto de los encuestados, a través de diarios impresos. De la radio convencional ya ni hablemos. 

Pero estas cifras sólo confirman nuestra preferencia por el mundo digital, no que nuestro apetito por información vaya en picada: en los últimos seis años el consumo de noticias en línea decayó un once por ciento, el de noticias enteramente en redes sociales un nueve por ciento, el de televisión un trece por ciento, y he aquí el gran soporte perdedor: el consumo de noticias en los diarios impresos, que de 51 por ciento de encuestados que decía informarse por este medio en 2017 pasamos a un 20 por ciento en 2023, es decir, una pérdida de 31 puntos porcentuales. Los mexicanos estamos consumiendo menos noticias que antes, en todos los soportes, especialmente en papel.

En cuanto al uso de redes sociales para consumir noticias, un 56% de los mexicanos usa Facebook, un 39% YouTube, un 30% WhatsApp, mientras que TikTok, Twitter e Instagram se utilizan como fuente  de noticias por el 15, 15 y 14 por ciento, respectivamente. Además, un 48% de nosotros comparte noticias por redes sociales o mensajería. Sin embargo, mientras que el consumo de FB representa una caída del 5% respecto del último año, TikTok creció eso mismo en doce meses. Claramente, el futuro de las noticias pasa por ser audiovisual, digerible y efímero.

¿Qué conclusiones podemos sacar de todo ello? Desde hace al menos tres lustros, son los diarios en papel quienes más han resentido la caída en la lectoría, un hecho que debemos lamentar porque eran los medios que, además de establecer la agenda pública, tradicionalmente asignaban más recursos humanos a la búsqueda y cobertura de información, con un grado de profundidad mayor a la que podía tenerse en medios más inmediatos, que no siempre tienen el arsenal de recursos humanos para analizar y procesar las diversas temáticas noticiosas. Es decir, los lectores perdemos profundidad y especialización.

Dirán algunos que el soporte no es lo importante mientras sigamos informados. Pero hay más razones para el pesimismo. Gracias a la desinformación, la polarización y otros factores, la confianza en las noticias también va a la baja en el mundo y en México, donde sólo un 36 por ciento de los mexicanos encuestados confía en las noticias en general, lo que representa una caída de 13 puntos porcentuales en seis años. La información periodística parece ya no ser un bien tan preciado.

¿Y qué pueden hacer los medios ante ello? Como cada año, el reporte nos da una clave reveladora: en principio, cuidar su marca y reputación. Los ciudadanos del mundo habrán dejado de confiar en las noticias, pero en México los ciudadanos confían el doble en ciertas marcas. Mientras medios digitales como Latinus o Televisa tienen los más altos índices de desconfianza, los diarios tradicionales como el Economista, El Financiero o El Universal salen mejor posicionados, pues seis de cada diez mexicanos confían en ellos. Es decir, la gente no leerá los diarios, pero los aquilata, incluso más que en cualquier otro medio. Por eso no podemos perderlos.

La paradoja es real: los diarios podrán estar en crisis y tener comprometida su sostenibilidad financiera en el largo plazo, pero los mexicanos seguimos necesitando a las instituciones periodísticas de legado para informarnos. Son las informaciones y noticias producidas por ellos, los medios tradicionales, las que, al final de cuentas, siguen circulando en el espacio digital y alimentando a las redes sociales que consumimos y cuyas noticias compartimos. ¿Pero para quién son las ganancias? 

Usted puede leer el reporte sobre México aquí: https://reutersinstitute.politics.ox.ac.uk/es/digital-news-report/2023/mexico