La jornada electoral del domingo cuatro de junio de este 2023 es histórica por mucho. Es la primera vez en la historia que el PRI pierde las elecciones del Estado de México, perdió el famoso grupo Atlacomulco, grupo poderoso que controló la voluntad política de los ciudadanos del Estado de México por décadas, pero que sigue teniendo gran poder e influencia. Los empresarios que se hicieron multimillonarios al cobijo del poder están acostumbrados a trato especial por parte del gobierno estatal, situación que no debe pasar desapercibida por la maestra Delfina Gómez y su equipo de trabajo, sin dejar de lado que tendrán a un Fiscal General de Justicia que es un priísta de cepa. Se trata de José Luis Cervantes Martínez, hijo del ex secretario de la defensa nacional en el sexenio del priista Ernesto Zedillo Ponce de León, a su vez fue subprocurador de Tlalnepantla y subprocurador general del Estado de México en el sexenio de Enrique Peña Nieto para posteriormente ser designado Magistrado del Tribunal Superior de Justicia del Estado de México, a pesar de no tener carrera judicial, es primo de Alfredo Castillo Cervantes ex procurador de justicia del Estado de México y Humberto Castillejos Cervantes, consejero jurídico de la Presidencia de la República con Peña Nieto, así como primo del ex senador y ex procurador General de la Republica Raúl Cervantes Andrade también en el sexenio priista de Enrique Peña Nieto.
José Luis Cervantes Martínez estará protegiendo los intereses de lo que queda del grupo Atlacomulco, ya que por eso lo trajeron aun cuando al anterior Fiscal General Alejandro Gómez Sánchez le faltaban dos años de su gestión. Necesitaban proteger las espaldas de este grupo y què mejor que con alguien de casa y de confianza con toda la influencia y poder para hacerlo, ya que cuenta todavía con la influencia y lealtad de varios militares de alto rango que le deben su carrera militar a su padre.
Pero vayamos a lo realmente importante, el Estado de México lo gano Morena y en especifico la maestra Delfina Gómez Álvarez por tres factores muy claros: tuvo una candidatura de unidad con los demás posibles candidatos de su partido, existió entendimiento con sus aliados como lo fue el partido del trabajo y el verde ecologista; y el tercero es porque supo como comunicar con la gente y sus necesidades, lo que contrasto como la campaña de su adversaria Alejandra del Moral. Ella utilizó los mismo mecanismos de siempre por el PRI y PAN: intentar comprar voluntades mediante dispendio de recursos y regalo de dádivas sin importar las necesidades e ideologías de la gente, imponiendo su voluntad sin respetar a los liderazgos regionales, pensando que como buenos soldados debían cumplir con las órdenes, sin importar que las imposiciones dadas eran imposibles de cumplir.
No hubo coordinación entre los diferentes operadores, sumado al hecho de que no se puede combinar las ideologías de partidos como el PRI, PAN y PRD, lo que demostró lo que siempre he dicho, cuando no se conoce la calle ni las regiones y sus costumbres están condenados al fracaso. La gente de Huixquilucan no piensa igual que la de Ecatepec, ya que sus necesidades son distintas pero aquel que hace planeaciones desde su escritorio y la comodidad del aire acondicionado jamás entenderá las necesidades que simplemente no conoce. Los dirigentes nacionales del PRI y PAN no tienen autocrítica, prefieren culpar a los factores externos y no asumir su realidad que no tienen candidatos competitivos ni propuestas reales que convenzan a la gente. Ante la realidad solo pronuncian excusas, lo que les asegura seguir perdiendo las elecciones a las que les toque liderar a sus partidos.
Lo de Coahuila se cocina aparte y esto es así porque nuevamente desde la capital de país se tomaron decisiones sin consultar a las bases estatales, lo que quedo de manifiesto con la apabullante derrota que sufrió el candidato a gobernador Armando Guadiana Tijerina, quien posiblemente tendría reconocimiento a nivel nacional por ser Senador de la República pero que realmente no tenia arrastre ni bases político electorales en su estado. Quedó claro que partidos como el PT y el Verde Ecologista buscaron sacar beneficios económicos y políticos con sus propios abanderados. Al PT le salió, al Verde parece que no. Cuando desde las dirigencias nacionales se confirmó que dejaban de apoyar a sus candidatos para brindar su apoyo al candidato de Morena Guadiana, no entendieron que las cosas en el norte se manejan de forma distinta. Desconocen que si algo tienen los norteños es que les molesta sobremanera (por no decir les encabrona), que desde el centro les ordenen o indiquen lo que deben de hacer. Se sabe que están hartos de las imposiciones de los partidos nacionales o gobiernos federales. Al no tomarlos en consideración lo que hicieron realmente fue incrementar las ganas de que los ciudadanos votaran, incluso, en contra del candidato impuesto por el simple hecho de que les fue impuesto desde el centro del país.
Si hubieran hecho una lectura real de lo que acontecía, otra cosa hubiera sido, pero en la soberbia de creer que todos deben pensar como uno o de lo contrario son traidores o enemigos, les ganó la soberbia, misma que condenó al PRI y PAN a perder el Estado de México.
Por último, que sirva de lección lo aprendido en ambas elecciones para que no se repitan los mismos errores, y sí se apoyen en los aciertos que se tuvieron. La soberbia es mala consejera y la autocrítica es la mejor medicina para no volver a sufrir de la misma enfermedad que ha terminado con los más grandes imperios de la historia.