Las dirigencias de PAN, PRD y PRI llegaron a un acuerdo para definir cómo elegir a quien les represente en la puja por la candidatura presidencial en el 2024. Darán casi el mismo peso a encuesta y elección por voto, además de obligar a los suspirantes a recolectar firmas. Alegan que con eso le darán la batalla a Morena y sus corcholatas cuyo proceso está prácticamente definido aún antes de la encuesta de finales de este mes y que presentarán el 6 de septiembre.
Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Ricardo Monreal y Adán Augusto López Hernández están sujetos a las reglas impuestas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, por más que haya autores de alcurnia que sostengan que no es dedazo.
Israel Covarrubias, autor de “La fascinación del populismo”, advierte que el presidente López Obrador tiene este perfil, populista, y que con sus diferencias con otros personajes en el mundo, lo más probable es que ese fantasma de caer bajo los encantos de más populistas nos persiga por más tiempo en México.
Una de las razones es el fracaso de los gobiernos considerados neoliberales por el alto grado de desigualdad que prevalece. Sin embargo, los gobiernos populistas tampoco han logrado revertir el daño causado por el capitalismo salvaje. Por eso es que hay populismos de derecha y de izquierda. Lo mismo Donald Trump que el recientemente fallecido Silvio Berlusconi, o personajes como el también desaparecido Hugo Chávez.
¿Qué ofrecen de distinto las opciones aglutinadas en Va por México? ¿Qué ofrece un personaje como Alejandro a(m)lito Moreno? ¿O Marko Cortés? ¿Realmente se están abriendo a los ciudadanos o en los distintos ámbitos en disputa (presidencia, nueve gubernaturas incluida la CDMX, 500 diputaciones federales y 128 senadurías, más congresos locales, y otros cargos que sumarían unos 20 mil espacios)?
La definición de cómo harán su proceso interno puede llegar tarde, según se quiera ver. En realidad el fondo es: ¿qué ofrecen distinto a un personaje populista que les arrancó banderas? ¿Tendrían que optar por su populista de derecha? ¿Tendrían que buscar a un personaje igualmente estridente y de disrupción? Porque la corcholata que les pongan enfrente tiene prácticamente ganada la elección por el arrastre de su líder solar, porque en torno a él es que giran y se convierten en planetas grandes, pero al fin y al cabo girando en torno a su líder solar.
La esperanza de Andrés Manuel López Obrador es que en el 2024 arrase en el Congreso. Hay dudas al respecto. ¿Por qué la ciudadanía no le dio la mayoría constitucional, junto a sus aliados, en el 2018 o en el 2021 (en Cámara de Diputados)? Porque en el 2018 el oficialismo fue arrancando a tirones pedazos de políticos para ir nutriendo una mayoría que les permitiera ir sacando algunas cosas. Pero no se les dio el voto. ¿Qué les hace pensar que ocurrirá en el 2024? Porque las gubernaturas, y eso lo sabe López Obrador, se negocian distinto. Por eso tiene tantas a la fecha.
El lunes 26 de junio de 2023 será crucial. Oficialmente la oposición dará luz verde al mecanismo para elegir a quien los abandere para la Presidencia en 2024. Pero algo hay en el ambiente que huele a traiciones y negociaciones soterradas de las cúpulas.
Punto y aparte. Hay personajes de la CDMX que saben que en la oposición ya se fraguó la candidatura. Pero no están esperando cruzadas de brazos.
Punto final. Las corcholatas insisten en que el Poder Judicial debe reformarse en el siguiente sexenio. Si en el actual con tanto poder y arrastre popular no le hizo ni cosquillas, ¿qué les hace pensar que en el siguiente sexenio lo van a lograr?