JUNIO MES EL ORGULLO

Diversidad es cultura

Junio es el mes del orgullo, de mostrar a todas las personas las bondades y los errores de los prejuicios, de mostrarnos como somos y de aceptar a los demás sin fijarnos en su forma de ser. | Leonardo Bastida

Escrito en OPINIÓN el

Llegamos a la mitad del año y una multiplicidad de colores comienza a hacerse presente en casi cualquier ámbito de nuestras vidas cotidianas. El multicromado del arcoíris se apropia frituras de maíz, donas, cafés, anuncios a gran escala, transporte público, iluminaciones de monumentos públicos, diferentes prendas de vestir, señalamientos viales, y prácticamente en cualquier oportunidad espacial que ayude a recordar que junio es el momento de la diversidad, el mes del orgullo.

Orgullo de ser quienes somos y de recordar que, a finales de junio de 1969, en Nueva York, para ser específicos, el 28, un grupo de personas, encabezadas por algunas chicas trans como Sylvia Ribeiro y Marsha P. Johnson, encararon a la policía para recriminarle su abuso de autoridad al pretender cerrar el bar Stonewall, un bar de convivencia gay, y detener a quienes estaban ahí presentes. A partir de esa protesta, los grupos de lesbianas y homosexuales tomaron los espacios públicos para exigir el respeto a sus derechos y a sus formas de ser y de amar. Por esas razones, junio es el mes del orgullo, de la reivindicación de la diversidad sexual y del llamado a dejar atrás los prejuicios hacia quienes rompen con la heteronorma y el binarismo sexual.
Las expresiones artísticas han sido un terreno donde las temáticas de la diversidad siempre se han posicionado para transgredir las buenas conciencias y exigir un reconocimiento sin cuestionamientos. Por eso, desde hace décadas, en algunos espacios como el Museo del Chopo tuvo lugar la Semana Cultural Lésbico Gay, para dar espacio a todas estas obras artísticas, pero también, para debatir sobre los temas aquejantes de este sector social.

A más de treinta años de haberse iniciado esta tradición de dar cabida en un recinto museístico a la temática de la diversidad, hoy en día, las opciones para conmemorar este mes del orgullo por medio de un acercamiento a las expresiones artísticas son múltiples. 

A partir del 7 de junio, con 27 años de trayectoria, el Festival Mix inicia su festín cinematográfico en múltiples salas de cine de la ciudad de México con un homenaje a la película “Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor” de Julián Hernández, estrenada hace dos décadas, siendo la primera de corte LGBT premiada en festivales internacionales. Y continuara con múltiples funciones a lo largo del mes para presentar más de 100 obras cinematográficas, entre las que destacan el primer trabajo fílmico de Paul B. Preciado, “Orlando: mi biografía política” y la recién galardonada en el Festival de Berlín “Todos los colores del mundo entre el blanco y el negro”, del director nigeriano Babatunde Apalowo.

En el Museo del Chopo, continuando con la costumbre establecida en 1990, se exhibe “Faltas a la moral”, una muestra colectiva de más de 20 artistas, quienes a través de sus trabajos cuestionan aquello denominado “moralidad” y sus implicaciones, sobretodo, cuando las clases gobernantes cuestionan las sexualidades diversas. A la par, se rescatan aquellas manifestaciones publicitarias o artísticas que en su momento fueron censuradas por diferentes autoridades y sectores conservadores.

En el Centro de la Imagen, se inauguró “Positivo negativo. Adherencias culturales en la lucha contra el sida en México, 1978-2022”, una revisión histórica de la lucha contra el VIH y el sida, situada específicamente en la Ciudad de México durante las décadas de los años ochenta y noventa en particular. La muestra explora la cultura visual producida desde el arte y el activismo como respuesta a los primeros años de la pandemia del sida en nuestro país. La intención es provocar un contra relato de la Historia del Arte oficial y una reformulación en la historización de las movilizaciones sociales clave para finales del siglo XX e inicios del XXI en México. También, invoca la urgencia de trabajar con las memorias colectivas de comunidades sexodiversas que cruzan el arte con la vida, y la necesidad de reconstruir trayectorias excluidas de las grandes narrativas.

En el terreno de las artes escénicas, en el Teatro Milán se presenta “La Golondrina”, una obra inspirada en el ataque al bar gay Pulse de Orlando, Florida, en junio de 2016 en el que murieron 49 personas y cuya protagonista es Amelia, la madre de una víctima de los sucesos. El texto de Guillem Clua abre una serie de preguntas sobre ¿Qué es lo que nos hace humanos? De todo aquello que somos y hacemos, ¿qué crees que realmente define nuestra humanidad?

A la par, en el Centro Nacional de las Artes, se presenta “Junio en el 93”, un ejercicio de memoria acerca de una serie de sucesos relacionados con el teatro y la pandemia de VIH que ocurrieron en la mitad de la década de los 90’s del siglo XX. Ocurrió en el teatro y fue puesto como narración en una novela inédita escrita por Alejandro Reyes antes de morir como consecuencia del sida en 1996. 

Y en el en el Centro Cultural del Bosque, a cargo de la Compañía Nacional de Teatro, se presenta el ciclo Albricias diversas, el cual está  integrado por cinco puestas en escena que visibilizan y provocan una reflexión a partir de la diversidad y la problemática que vive la comunidad LGBTIQ+. Las obras que conforman este ciclo son “Bala´na” (1 al 4 de junio); “Cómo deconstruirse del patriarcado… sin morir en el intento” (9 al 12 de junio), “Jota-Cola-Mariconas” (15 al 18 de junio), “Blanco fácil” (22 al 25 de junio) y “Collage Lésbica” (29 al 2 de julio). 

Junio es el mes del orgullo, de mostrar a todas las personas las bondades y los errores de los prejuicios, de mostrarnos como somos y de aceptar a los demás sin fijarnos en su forma de ser. Es un mes de reflexión, y qué mejor que el arte, para detonar esa meditación colectiva en la que todos los mundos diversos posibles puedan coexistir.