GOBIERNO

El fin del sexenio y las deudas del presidente

El sexenio de López Obrador saldrá mejor librado de lo que muchos esperaban. | Ismael Jiménez

Escrito en OPINIÓN el

Justo a partir de ahora, entramos a la recta final del mandato presidencial de López Obrador, pues sabemos que después del 2 de junio de 2024, todos los reflectores estarán apuntando a quien resulte ganador de los comicios.

En este espacio apuntamos ya algunos de los pendientes que no habrán sido saldados y que pasarán a la agenda del que será el próximo presidente del país. Por supuesto, en seguridad poco o nada cambió y para los opositores, antes que eso, empeoró, pero si los detractores de la 4T hicieran un acto de constricción, reconocerían que la “guerra” de Calderón tampoco fue la solución y nos deja frente a un problema que es mucho más complejo y profundo que no se resuelve con balas, pero tampoco con buenas intenciones ni bosquejos de un plan de inteligencia.

Pero no es el único pendiente, el apoyo al campo será una de las grandes deudas de este sexenio pues como en otros gobiernos, las ayudas al sector agrícola fueron pocas y limitadas. Durante este sexenio, se alcanzaron récords máximos en la importación de alimentos que vuelven más vulnerables a los productores agrícolas y diluye la posibilidad de alcanzar la tan añorada seguridad alimentaria, la glotonería de este sexenio para traer granos de fuera explica en parte los altos precios de los alimentos que han impulsado la inflación.

La educación es otro de los pendientes de este sexenio pues amén del paso por dicha secretaría de la hoy gobernadora del Estado de México, el sistema educativo mexicano aún muestra rezagos importantes tanto en la cobertura como en la calidad y modernización de un sistema que se encuentra rezagado desde hace muchos años.

La educación en México debe dar un giro importante y colocarse a la altura de los requerimientos de los tiempos que vivimos y llevar a que permee desde los niveles básicos hasta los profesionales, pues de otra forma, nuestro país como el resto de las naciones de América Latina, seguirán siendo fabricas de mano de obra barata.

Durante el sexenio de Fox, fueron desmanteladas las cadenas productivas del sector manufacturero y desde entonces, este segmento no se ha vuelto a articular, en este caso como en gobiernos anteriores, el de López Obrador dejó al tratado comercial de América Norte la tarea de reconfigurar la proveeduría mexicana sin que el gobierno le diera sentido y dirección a un sector que representa más del 70% de las empresas y el 80% de la fuerza laboral en México.

En el sector salud, pese a los esfuerzos realizados para ampliar las coberturas de salud pública, los alcances han sido limitados, pues más allá del programa de cobertura universal que se implementó, la escaza y deficiente infraestructura para soportar y dar cobertura a este proyecto es insuficiente debido a que por muchos años se dejo de invertir en este sector y hoy será difícil recuperar el tiempo perdido en un segmento clave para combatir la pobreza y mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía.

En materia ambiental, muchas han sido las polémicas alrededor del tema, pero en particular y como uno de los asuntos más importantes es del agua. De esto poco se habló durante el sexenio y enfrentar a las grandes empresas por las concesiones otorgadas para la explotación de pozos le habría traído más problemas que beneficios a este gobierno, esto, pese a la urgencia de encontrar un esquema que garantice el acceso al agua para la producción agrícola y el consumo en los hogares ante las denuncias que existen contra las grandes empresas que se dice limitan el acceso al vital líquido en algunas de las regiones y comunidades en las que se les ha concesionado la explotación del agua.

En materia energética se queda otro gran pendiente que tiene que ver con la reconfiguración del mercado, esto más allá de la cruzada del presidente de revisar y retirar concesiones, pues con la revolución de las energías renovables y los esquemas de almacenaje y generación individual de energía, a la CFE sólo le quedará el sistema de distribución y suministro a sectores específicos. Esto, cambiará las reglas del merado energético en el país y de hecho, ya está sucediendo en otras partes del mundo, pues la generación de la electricidad independientemente de la fuente de la que provenga, será sólo un eslabón de una industria que está evolucionando.

No podemos dejar de mencionar el fracaso en materia de innovación y desarrollo tecnológico, esto más allá del acotamiento al Conacyt que en realidad operó por muchos años como lobby para quienes buscaban una puerta de salida al extranjero subvencionada por el Estado. El presupuesto no fue mayor, pero tampoco menor al ejercido por los gobiernos anteriores en los últimos 30 años, en México no se invierte ni siquiera el 1% del PIB en innovación y ello explica la dependencia tecnológica del exterior en todos los niveles de la economía mexicana.

Por supuesto, que éstos son muchos pendientes, pero tampoco son todos con seguridad, y pese a ello, el sexenio de López Obrador saldrá mejor librado de lo que muchos esperaban o deseaban, pues tampoco el país está destrozado, ni en ruinas como insisten los opositores todos los días pese a que, los datos macro, también los desmienten todos los días.

En este marco de pendientes, los suspirantes se trompican en la línea de salida para tomar ventaja rumbo a las elecciones de 2024, mucho habrá que prestar atención a sus propuestas en los pendientes mencionados pues varios de ellos son fundamentales para llevar a nuestro país al siguiente nivel de desarrollo, pero de esto, hablaremos más adelante.