Tenemos en puerta para este 4 de junio, la elección por la que las y los mexiquenses podrán votar por la persona que estará al frente del Ejecutivo local por los próximos 6 años en donde, entre otros aspectos, tendremos al frente de nuestra entidad invariablemente a una mujer en un Estado que concentra la población electoral más grande del país con más de 12.6 millones de electoras y electores de un total de 95.3 millones registrados en el país[1]
Al menos en las dos últimas elecciones en donde se renovó la gubernatura en el Estado de México se ha tenido una Media de participación de la ciudadanía del 49.63%. En 2011 hubo una participación del 45.73% incrementándose 7.80 puntos porcentuales en 2017 para alcanzar un 53.53%.
En este sentido, y de acuerdo con el estudio público del Instituto Electoral del Estado de México (IEEM) “Análisis estadístico de los resultados de la elección de Gobernador Constitucional del Estado de México, Proceso Electoral 2026-2017”, destacan los criterios establecidos en dicho estudio para considerar una participación “Muy alta” mayor o igual al 62.61%; “Alta” entre el 56.61% y el 62.60%; “Medio” entre el 50.61% y el 56.60%; “Bajo” entre el 44.61 y el 50.59%, y “Bajo” menor o igual al 44.60%. Es por ello por lo que, tomando este parámetro, la elección de 2017 estuvo en un rango “Medio”.
¿Qué esperar para la elección de este 2023 y, en específico para las juventudes? Un primer análisis debe estar enfocado a un estudio realizado por el Instituto Nacional Electoral en el que hiciera un “Estudio muestral sobre la participación ciudadana en las elecciones federales de 2021” en donde, basándose en un diseño muestral de 16,650 casillas que se utilizaron en la elección de 2021, de las más de 150 mil instaladas en toda la República mexicana, se muestra el perfil del electorado, la participación ciudadana por edad y sexo, entre varias variables más.
Respecto a la participación de las y los electores, a nivel nacional destaca que la población electora que más participó fue la de 65 a 59 años, y de 70 a 74 años, en un 68.4% y 67.6%, respectivamente, en tanto la que menos participó fueron justamente los jóvenes; tan solo de 25 a 29 años solo voto el 39.6% y de 30 a 40 años el 43.3%.
Ahora bien, para el caso del Estado de México, el mismo Estudio releva que son los jóvenes los que menos participan en elecciones. Los jóvenes de 20 a 24 años de edad participaron en un 43.9% en tanto que los de un rango de edad de 25 a 29 años tan solo un 41% y, finalmente los jóvenes de 30 a 34 años de edad participaron en un 43.5%. En cambio, la población de 65 a 69 y de 70 a 74 años de edad votaron en un 72.5% y un 72.8%, respectivamente.
Esto visualiza un problema importante tanto a nivel nacional como a nivel local, en este caso, para nuestro Estado por múltiples razones. Primero porque los jóvenes representan alrededor del 30% de las y los electores y son un segmento muy importante que debe ser considerado; segundo, porque preocupa su desinterés y baja participación el cual puede ser interpretada de varias maneras que van desde la apatía, pasando por la falta de credibilidad en actores políticos o en el sistema mismo, la falta de saber comunicar y acercarse a las y los jóvenes, entre varios factores más.
La participación de las juventudes en elecciones es una gran oportunidad para que se manifiesten, se hagan escuchar en las jornadas electivas, por tal motivo veremos el próximo 4 de junio si las juventudes asisten a las urnas o simplemente seguirán formando parte de la estadística electoral, o, dicho de otro modo, la población objetivo con quien se debe trabajar una auténtica cultura cívica democrática.
[1] Con corte al 28 de abril de acuerdo con información pública del Instituto Nacional Electoral.