Una nueva mafia está invadiendo la Ciudad de México. Se trata de la mafia Filipini, la cual presume tener vínculos con el cártel Jalisco Nueva Generación y que desde hace aproximadamente seis meses ha lanzado amenazas contra comerciantes de cigarro que operan en el Centro y Tepito.
“O vendes nuestra marca o te sacamos de la plaza”, presuntamente han amagado los Filipini, que a través de contactos mexicanos han hecho reuniones con los principales distribuidores del cigarro que entra de contrabando al país. En un principio, las juntas se hicieron en un tono amistoso, pero a últimas fechas han subido de tono. Tan es así que la policía capitalina está en alerta. Tan confirmada está la intención de los Filipini de acaparar el mercado del cigarro en México -empezando por la capital- que la Secretaría de Seguridad Ciudadana y el Centro Nacional de Inteligencia están colaborando para obtener nombres y fotografías de los mafiosos Filipini.
De acuerdo con las investigaciones que han realizado, los asiáticos presumen tener apoyo de autoridades federales y haberse reunido con el mismísimo Nemesio Oseguera Cervantes, el “Mencho”, líder absoluto del cártel Jalisco Nueva Generación, cosa que no está del todo confirmada. Algunas fuentes aseguran que el encuentro con el capo tuvo lugar en Guadalajara, hace casi un año, mientras que otras fuentes afirman que es únicamente una mentira que los Filipini han soltado para asegurar el apoyo de ciertos policías y grupos delictivos como la Unión, que controla el devenir criminal en toda la alcaldía Cuauhtémoc. Los Filipini supuestamente han entablado diálogos a través de sus abogados en México, algunos de los cuales han defendido a poderosos narcotraficantes sinaloenses. No obstante, tanto en las filas policiacas como entre los vendedores mayoristas de cigarros hay una sensación de duda, de zozobra, de coraje. Los Filipini les entregaron miles de cajas de cigarros “Península”, bajo la amenaza de que solo pueden vender esa marca, pero ésta genera ventas muy bajas y las pérdidas son cuantiosas. Los Galicia, la Güera, el Yeyé, el Ajá y otros presuntos cabecillas del cigarro están en desacuerdo y el Centro de la capital transpira, nerviosamente, sudor que un día de estos podría volverse sangre. De las indagatorias ha surgido un apodo, el “Pelón”, gente del hampa que está sirviendo a los Filipini para contactar policías. Se presume que varios agentes de Investigación de Cuauhtémoc han recibido sobornos a cambio de que recluten a sus compañeros y a elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
La instrucción de Omar García Harfuch es el de tener bajo lupa el Centro y Tepito, desentrañar todo lo concerniente a los Filipini, saber si realmente están bajo el cobijo del CJNG y, de ser así, sacarlos de la capital. Es más que evidente que mientras Harfuch esté al frente de la policía chilanga, el CJNG será perseguido hasta el más oscuro rincón. Y todo lo que huela al “Mencho”, el capo más temido de estos tiempos. Pero Harfuch también ha dado la orden de que las pesquisas se lleven a cabo pacíficamente. Los grupos de inteligencia que operaban en Centro y Tepito bajaron el perfil para evitar enfrentamientos. La paz entre los líderes del cigarro y la mafia Filipini se desliza por un hielo muy delgado que, en campañas políticas, es necesario mantener intacto.
Este columnista posee un informe de la Fiscalía Capitalina titulado “Panorama Estratégico Final”, elaborado cuando Marcelo Ebrard era jefe de Gobierno, en el cual se detalla que en suelo chilango operan la mafia rusa, las triadas chinas, la coreana; la yakuza japonesa, la judía; la mafia libanesa, la gitana, además de las provenientes de Sudamérica y Centroamérica.
“En México se cuenta con presencia de grupos de orden internacional, como son las mafias rusas, chinas; el caso colombiano presenta dos vertientes, la primera los cárteles colombianos y segundo, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia. De las que se tiene conocimiento que son las responsables de la producción de cocaína a la cual le dan la protección a nivel internacional”.
“Con las triadas chinas las relaciones de los cárteles mexicanos es recurrente. Los miembros de las triadas se manejan bajo el disfraz de ejecutivos honorables y respetables, son sólo un barniz de las sociedades de negocios a gran escala que se manejan en Estados Unidos e incipientemente en México a través de las colonias asiáticas mediante las células sociales de los Tongs, que son aquellos quienes organizan sus propios cárteles”, se lee en el informe.
A estas mafias se suma hoy la Filipini, donde miembros del cártel de Sinaloa y del CJNG operan desde hace más de una década. Algunos de esos integrantes han recibido condenas de por vida por traficar con metanfetaminas y precursores químicos. En contraste, los Filipini que amenazaron con alinear a los altos mandos del cigarro están operando en las sombras, moviendo los hilos desde la supuesta protección de un cártel. Si se llega a comprobar que esto es falso, ¿cuánto tiempo pasará para que la violencia se dispare? ¿En qué lado de la cancha estará la Unión? El cártel más violento que ha visto la capital. Y lo más importante: ¿en qué lado del balón estará la policía y sus políticos?
Enterado está, querido lector y recuerde: el infiltrado es usted.