INSABI

El desastre del INSABI

Sólo una de cada tres niñas y niños cuentan con el esquema completo de vacunación. | Agustín Castilla

Escrito en OPINIÓN el

Al inicio de su gobierno, el presidente López Obrador se comprometió a garantizar el derecho a la salud de las y los mexicanos con un sistema de salud de primer nivel que proporcionara atención médica de calidad y medicamentos gratuitos como en Dinamarca. Han pasado más de 4 años y a pesar de que el presidente insiste en que pronto lograremos estar incluso mejor que el país escandinavo, no hay nada que permita pensar que esto es siquiera remotamente posible.

Prueba de ello es la desaparición del incipiente Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) que fue creado apenas en noviembre de 2019 sin contar con un diagnóstico previo y sin el necesario proceso de planeación para sustituir al Seguro Popular, lo que probablemente represente uno de los mayores fracasos de este gobierno. Recordemos que uno de los primeros cuestionamientos al Insabi, fue la designación de su titular, quien a lo largo de su carrera profesional se había desempeñado principalmente en el Instituto Nacional de Antropología e Historia, pero no tenía ninguna experiencia en el sector salud, al igual que el nombramiento de David León como responsable de la adquisición y distribución de medicamentos, equipo médico y vacunas, y que poco tiempo después apareció en un vídeo entregando sobres con dinero en efectivo al hermano del presidente.

Claramente el Insabi no fue capaz de garantizar el abasto de medicamentos y tampoco cumplió con la encomienda de lograr un sistema universal de salud. Se estima que en lo que va de este sexenio, se han dejado de surtir cerca de 45 millones de recetas -a pesar de que presuntamente se giraron instrucciones para que no prescriban medicamentos que no estén disponibles en las farmacias de las instituciones públicas a fin de que no contabilice como desabasto-, alrededor de 15 millones de personas se quedaron sin atención médica siendo la población en condiciones de pobreza extrema la más afectada, y apenas el 5% de los recursos del Fondo de Salud para Bienestar (Fonsabi) se destinaron a cubrir el costo de enfermedades catastróficas para personas sin seguridad social. Como consecuencia de ello, la atención de cáncer cervicouterino y de mama cayó en más de 90% en comparación con 2018, a lo que se suma la falta de tratamientos oncológicos para pacientes infantiles.

También hay que considerar que sólo una de cada tres niñas y niños cuenta con el esquema completo de vacunación, siendo que anteriormente el nivel de cobertura era del 75%, por lo que probablemente en algunos años regresarán enfermedades que ya habían sido erradicadas como polio o sarampión, y las autoridades no consideraron necesario adquirir vacunas contra la viruela símica con lo que nos convertimos en uno d ellos países con mayores tasas de mortalidad. Otro dato preocupante es que la esperanza de vida en México retrocedió cuatro años al pasar de 75 a 71 años. Como se puede apreciar, estamos muy lejos de Dinamarca.

Adicionalmente, de una revisión que realizó la revista Proceso a las auditorias que se han practicado al Insabi, detectó múltiples irregularidades entre las que destacan adjudicaciones directas injustificadas, problemas en la adquisición y distribución de medicamentos así como la falta de documentación justificativa. En un elemental ejercicio de rendición de cuentas, habrá que ver a que se destinaron los cerca de 500 mil millones de pesos que manejó en estos tres años, justo para eso sirve la transparencia y el acceso a la información pública.

Ahora, de un plumazo, pues la mayoría oficialista en el Congreso aprobó atropelladamente sin respetar el proceso legislativo, sin mediar discusión y sin siquiera haber leído antes la iniciativa, se transfiere la responsabilidad al IMSS-Bienestar que, según los especialistas, no cuenta con la infraestructura y recursos suficientes para atender a toda la población no derechohabiente, que probablemente se quedará de nuevo sin acceso a atención y hospitales de alta especialidad que solo estarán disponibles para las personas aseguradas.

Las ocurrencias, improvisación, negligencia y corrupción han tenido un costo altísimo en la economía y en lo que es mucho más importante, en la vida y salud de las personas, ojalá cuando menos lo entiendan y no se cometan los mismos errores.