La desinformación pone en riesgo a las personas, ya que impide su acceso a información de fidedigna y calidad que podría serles útiles en situaciones de crisis. Hace unos días circuló por las redes sociales una supuesta imagen del Volcán Popocatépetl en donde se podía apreciar una enorme fumarola y una fila de automóviles abandonando la zona, esa imagen es falsa y fue creada a través de una aplicación de Inteligencia Artificial. Entorno la actividad del Volcán, la desinformación se ha replicado a través de videos e imágenes virales que exponen fotografías sacadas de contexto, por ejemplo así lo han comprobado medios de comunicación y los equipos verificadores de AP y la iniciativa Verificado_mx: pues los videos de erupciones volcánicas corresponden al Volcán de Fuego en Guatemala y las imágenes de animales cubiertos de ceniza fueron tomadas en otros países.
La desinformación, entendida como el intento deliberado para confundir, manipular o engañar a las personas a través de información y datos imprecisos o falsos, es peligrosa debido a que consecuentemente, las personas pueden desconfiar de todos los contenidos informativos que se ofertan en medios tradicionales y en los digitales, incluso de los contenidos derivados de un ejercicio periodístico de calidad. Este fenómeno favorece la confusión e incertidumbre, y vulnera de manera significativa el proceso de toma de decisiones de las personas lo que puede ponerlas en un alto riesgo. Asimismo, se ha advertido que, la desinformación se encuentra estrechamente vinculado con la polarización de las opiniones, el incremento de los discursos de odio, y viralización de las retóricas basadas en el miedo, en la amenaza y los prejuicios.
Además de los efectos que este fenómeno tiene para la salud y prevención de situaciones de crisis. Debe considerarse que la desinformación ha derivado en desafíos que alcanzan a todas y todos pues: restringe las libertades cívicas, vulnera el derecho humano de acceso a la información, desafía el ejercicio periodístico de calidad, decrece la confianza pública en las fuentes de información, y podría debilitar la participación ciudadana en las democracias.
Ante la crisis y las situaciones de riesgo debemos considerar que, el acceso a información fidedigna y de calidad es indispensable para mantenernos a salvo, para procurarnos las medidas adecuadas y las vías que debemos seguir en caso de estar frente a una situación de peligro. En relación con ello y considerando la coyuntura que se vive por la actividad del volcán Popocatépetl se recomienda el acceso a información confiable y verificable, avalada por instancias reconocidas como la Coordinación Nacional de Protección Civil, el Centro Nacional de Prevención de Desastres, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y las comunicaciones oficiales de las autoridades estatales y municipales. Así como la verificación de la información, notas y mensajes que recibimos por redes sociales.
Las noticias falsas se combaten con información de calidad, con sensibilización y el uso crítico de la información. En ese sentido, como autoridades nuestro deber consiste en emitir información de calidad de manera accesible, oportuna y responsable. Como sociedad, también existen acciones que podemos implementar para contrarrestar la difusión de notas falsas, por ejemplo: antes de compartir y difundir información debemos de hacer una pausa y verificar si proviene de una fuente informativa confiable, y si no tenemos dicha certeza, es mejor no compartir la información con nuestros contactos. Formamos parte de una ciudadanía con necesidades informativas cada vez más precisas, nuestra tarea es convertirnos en usuarios críticos, inteligentes y cuidadosos capaces de localizar, acceder, evaluar, organizar y utilizar la información de manera ética y eficaz.