El viernes 19 de mayo del 2023 ya está en la historia nacional.
Y, claro, el presidente mexicano también se ganó un lugar en las páginas más negras de la memoria colectiva.
¿Por qué?
Porque el 19 de mayo del 2023 es la fecha en la que López Obrador remachó el último clavo del ataúd que enterrará la democracia mexicana.
Porque se trata de la fecha en la que, al final, el sátrapa López Obrador se quitó la máscara y exhibió el rostro de lo que siempre ha sido; un vulgar dictador.
Porque al expropiar los activos ferroviarios de Grupo México, en el Istmo de Tehuantepec, confirmó lo que aquí advertimos por años; que su gobierno sería igual a tiranías como la venezolana, nicaragüense y cubana.
Vale recordar que un día cualquiera, el dictador Hugo Chávez salió a la calle y con la diestra decretó: “¡exprópiese...!” y expropió propiedad privada.
Hoy, en México, AMLO decretó: “¡exprópiese...!” y expropio propiedad del Grupo México.
¿Ya entendieron que López Obrador siempre fue un dictador?
¿Dónde meterán la cabeza decenas de dizque intelectuales, de supuestos analistas y vendidos periodistas, que rabiosos negaban que la gestión de López Obrador sería una tiranía igual que las de Chávez, Maduro, Ortega y los Castro?
¿Con qué clase de maromas discursivas esos dizque intelectuales, los supuestos analistas y los vendidos periodistas explicarán su ceguera, su fallido análisis o, de plano, cómo justificarán que son parte de la claque mentirosa y engañabobos del dictador López Obrador?
Lo cierto es que solo quienes cerraron los ojos, sólo aquellos que de forma deliberada engañaron a sus audiencias o quienes cultivaron intereses inconfesables con la mafia criminal de López Obrador, no vieron y menos alertaron sobre el peligro de una gestión populista y dictatorial como la de AMLO.
La buena noticia es que, a despecho de esos intelectuales mentirosos, de los analistas fallidos y de los periodistas vendidos, hoy el mundo entero sabe que el de López Obrador ya no es un gobierno legítimo y apegado al mandato constitucional, sino que se trata de un remedo democrático; de una dictadura.
Pero si antaño los signos dictatoriales eran claros, hogaño son apabullantes. ¿Lo dudan?
1.- Desde su gestión al frente del GDF, López Obrador mostró su desprecio por la División de Poderes y su proclividad al poder absoluto.
2.- Hoy, López Obrador tiene bajo su control total no solo al Poder Ejecutivo, sino al Legislativo y, sobre todo, aspira a controlar al Máximo Tribunal.
Por eso lanzó todo el peso descomunal del Estado contra el Poder Judicial y, en especial, contra la Suprema Corte, a cuyos ministros independientes aspira a controlar.
3.- Las “mañaneras”, desde los tiempos del GDF, son la mejor muestra de que AMLO sigue al pie de la letra el “manual del dictador”, sobre todo en materia de propaganda engañabobos.
4.- Hoy, con López Obrador convertido en presidente, “las mañaneras” son uno de los pilares de su mentirosa gestión; son el mejor instrumento para engañar a la sociedad toda ya que, por ejemplo, la empresa Spin ha documentado más de cien mil mentiras en los primeros cuatro años de gestión.
Es decir, el tirano López Obrador es uno de los más mentirosos del mundo.
5.- La libertad de expresión y el control de los medios es otro de los signos clave de toda tiranía. Y desde el primer día de gestión, AMLO impuso una persecución de Estado contra los periodistas críticos, mientras que paga miles de millones de pesos para tener el control de la mayoría de los medios.
6.- La opacidad y la cancelación de los derechos a la transparencia y a la información pública es otro requisito del “manual del dictador”.
Por esa razón, López Obrador ordenó la muerte del INAI y decretó el grosero ocultamiento del gasto en sus obras faraónicas. Es decir, por decreto oculta el saqueo del dinero público. Otra característica de todo dictador.
7.- Violentar la Constitución es un requisito más de las tiranías. Y López Obrador “se da el lujo” no sólo de violar a diario la Carta Magna, sino que llegó al extremo de incurrir en desacato a una resolución de la Corte.
Peor aún, cuando el Tribunal Supremo tiró el decreto para esconder lo robado, López Obrador repitió el decreto, en abierto reto al poder Judicial.
8.- La alianza con las bandas criminales es condición de las tiranías, una ruta que López Obrador sigue también al pie de la letra.
9.- Y si aún dudan de la tiranía lopista, hoy el INE es letra muerta. Sí, luego de años de presión contra el ex presidente del Instituto, al final López Obrador impuso una mayoría de consejeros a modo; lacayos que hacen todo aquello que les ordena el rey de Palacio.
Pero también es cierto que sólo asistimos al inicio de la peor cara del dictador mexicano.
Sí, pronto veremos que López Obrador dará el golpe definitivo; un golpe de Estado para quedarse al frente del poder absoluto y de manera indefinida.
Al tiempo.