Nos aproximamos aceleradamente al paradigma del mundo hiperconectado, todos comunicados con todos y con todo, en cualquier momento y en cualquier lugar.
Teléfonos inteligentes, tabletas, computadoras, coches, lentes, bocinas, televisores, cámaras, focos, ventanas, bicicletas y hasta camisetas o balones de futbol entre otros dispositivos se conectan a través de los carriles de una carretera invisible como el aire, conocida técnicamente como espectro radioeléctrico, empleando para ello distintas tecnologías inalámbricas.
A diario, los dispositivos de miles de millones de usuarios envían y reciben por esos carriles invisibles cantidades exorbitantes de datos. La cifra no hará más que multiplicarse en los próximos lustros. Por esta razón, los miembros de las distintas industrias que utilizan el espectro radioeléctrico (televisiva, radiofónica, móvil, satelital, fija inalámbrica y un largo etcétera) rivalizan, con cierta frecuencia, por obtener más carriles y de mayor capacidad de dicha carretera invisible.
El Wifi y la banda de los 6 GHz
Entre las tecnologías inalámbricas, una de las que destaca por su popularidad, versatilidad y amplio uso, es la conocida como Wifi. Hogares, oficinas y sitios públicos utilizan frecuentemente este sistema de acceso inalámbrico (WSA/RLAN) para interconectar y dar acceso a internet a computadoras personales, teléfonos inteligentes, asistentes de voz, impresoras, videocámaras y otros dispositivos móviles.
Parte de la popularidad de Wifi se debe a que utiliza espectro radioeléctrico de “uso libre”, es decir, sin necesidad de obtener una concesión ni pagar por el uso de frecuencias, siempre y cuando cumplan las condiciones técnicas establecidas para ello.
Hasta hace unos meses, el Wifi operaba principalmente en las bandas de frecuencia (carriles invisibles) del espectro radioeléctrico de 2.4 y 5.0 Giga Hertz (GHz) con un ancho de banda total de 613.5 Mega Hertz (MHz), lo que podríamos entender como la capacidad de todos estos carriles sumados.
Debido a la creciente demanda de conexiones inalámbricas en casas, oficinas, centros comerciales, escuelas y sitios públicos, esta capacidad podría ser insuficiente en el corto y mediano plazo. Lo que repercutiría en la calidad de las aplicaciones que la ocupan, especialmente en aquellas que son sensibles al retardo como: videoconferencias, realidad virtual y aumentada, llamadas de voz por IP, juegos en línea, inmersión virtual y, en menor medida, aplicaciones de transmisión de streaming de audio y video, redes sociales, videos cortos, entre otros.
Es por esta razón que hace unas semanas, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) tomó una importante decisión en la provisión de servicios inalámbricos, al clasificar como espectro libre otra banda de frecuencias conocida como “banda de 6 GHz” en el segmento de 5925-6425 MHz. Estos 500 MHz representan prácticamente el doble de ancho de banda, el doble de capacidad del total de carriles invisibles con los que ya contaba esta tecnología.
Aunque se trata de un asunto tecnológico que probablemente suene ajeno para la mayoría de la población, lo cierto es que la decisión adoptada traerá beneficios directos a los usuarios de los dispositivos que utilizan la tecnología Wifi.
Veamos porqué:
A partir de ahora, los nuevos dispositivos con Wifi que lleguen al país tendrán mayores prestaciones y prácticamente el doble de capacidad. Además de las tradicionales bandas 2.4 y 5 GHz, podrán ocupar la banda 6 GHz, la cual tiene características específicas que hacen posible la transmisión de una gran cantidad de datos, en menor tiempo, y se considera idónea para áreas con alta densidad de usuarios o con diversas aplicaciones utilizadas simultáneamente.
La clasificación de la banda de 5925 MHz a 6425 MHz como espectro libre beneficiará especialmente a los usuarios en hogares, instituciones educativas o áreas públicas que cuenten con múltiples dispositivos conectados a la red Wifi, así como con accesos a internet de alta velocidad (preferentemente fibra óptica).
Los nuevos equipos que incluyan la banda 6 GHz (access points, routers, laptops celulares, tabletas, TV, bocinas, consolas, asistentes digitales, etc.) tendrán mucho mayor capacidad y canales para comunicarse entre sí y, adicionalmente, podrán explotar al máximo la conexión a internet contratada o, en su caso, estarán preparados para el aumento de velocidad de los proveedores de internet de los próximos años.
Asunto polémico
Pocos asuntos del entorno digital se tornan tan polémicos y divergentes como éste. Sin embargo, como ocurrió en los casos de neutralidad de red, canon digital, derechos de autor, privacidad digital y próximamente el ‘fare share’, el uso que cada país fije para la banda de 6 GHz se ha vuelto un asunto de pugnas y bandos entre miembros, cabilderos e interlocutores de las distintas industrias, mercados y hasta bloques geopolíticos que alrededor del mundo defienden visiones diversas sobre el destino de los 1,200 MHz que contiene dicha banda.
Hay quienes defienden la utilización de esos 1,200 MHz exclusivamente para comunicaciones celulares (IMT); otros que proponen determinar 500 MHz para Wifi y mantener los 700 MHz sin cambios para decidir su uso más adelante; y aquellos que promueven destinarlos solo para Wifi. Estas dos últimas opciones son las más apoyadas hasta la fecha y, en consecuencia, sobre las que se han realizado más análisis y vertido mayor número de opiniones.
A pesar de la multitud de estudios y opiniones emitidas en los que participaron académicos, investigadores y especialistas de amplia experiencia y reputación, lo cierto es que muchos de los resultados son diametralmente distintos y contradictorios entre sí, probablemente, porque se utilizaron supuestos alejados de las características propias y el comportamiento de los mercados en los países donde planteaban los distintos escenarios.
En varios casos, ni las predicciones de unos, ni de otros, resultaron cercanos ni a la evolución real de las tecnologías, ni a la oferta y demanda de servicios y aplicaciones. Adicionalmente, como es habitual en este tipo de decisiones, se hicieron patentes los intereses -legítimos todos ellos- de distintos agentes en función de la industria, mercado o cadena productiva, y hasta del bloque geopolítico, de procedencia.
En este complejo contexto, las autoridades y reguladores alrededor del mundo han adoptado enfoques divergentes en función de las prioridades, intereses y características de cada país considerando, entre otros aspectos, la escasez de espectro radioeléctrico disponible en bandas medias para servicios celulares IMT; la convivencia con los servicios ya existentes en esa banda; la disponibilidad de equipos y su tasa de renovación; los nuevos desarrollos tecnológicos; las aplicaciones y usos que cada país tiene de las comunicaciones en dicha banda, como pueden ser la seguridad nacional o la transportación; y en algunos casos, hasta el impacto que puede tener en el desarrollo de sus industrias punteras o “campeones nacionales”.
México no estuvo exento de este debate y entorno complejo. Propios y extraños de la gestión del espectro radioeléctrico, emitieron estudios y opiniones apoyando o cuestionando alguno de los modelos de distribución de la banda, y mostrando las bondades, riesgos y efectos que encontraban de cada uno de ellos.
Durante casi año y medio el IFT, encargado de determinar el uso de las bandas del espectro en México, revisó y analizó a profundidad toda la información disponible, gran parte de ella recabada a través de mecanismos de participación e interacción con los que cuenta el Instituto.
Múltiples interesados hicieron llegar estudios, opiniones y apremios al Instituto a través de dos consultas públicas, con más de 230 contribuciones; una docena de entrevistas con asociaciones y grupos de diversas industrias; y algunas cartas instando al regulador a que se apresurara su decisión en uno y otro sentido. En la segunda consulta pública solicité, sin éxito, que se incluyeran los dos modelos para contar con información completa de ambas opciones a valorar [Sesión de Pleno de 26/05/21].
Todo este periodo de análisis sirvió para confirmar o descartar algunos elementos que, al inicio de las discusiones, tenían previsiones ambiguas. Me refiero al comportamiento post pandemia del tráfico de datos en redes fijas y móviles y al impacto en los precios finales al consumidor de los dispositivos Wifi que incluyeran la banda 6 GHz, causado tanto por los costos de producción y las potenciales economías de escala como por la antelación con la que los países hubieran determinado el modelo de distribución de la banda.
Si bien, a la fecha todavía son múltiples los puntos y proyecciones que resultan inciertos, y se continúan desarrollando estudios y opiniones -contradictorias entre sí- para apoyar alguna de las opciones de distribución de la banda, existen factores técnicos y socioeconómicos, alejados de intereses empresariales y políticos, que pueden utilizarse para un análisis neutro e integral:
- En el ámbito internacional, los precios de los dispositivos comerciales en los países que ya han determinado parte o la totalidad de la banda para Wifi son similares y no ha influido la antelación con la que los países han tomado dicha decisión.
- Considerando los países que ya tomaron una decisión, no hay una diferencia sustancial en cuanto a las potenciales economías de escala de uno u otro modelo.
- La disponibilidad de dispositivos, servicios y aplicaciones innovadoras que se ofrecen en los países que determinaron la totalidad de la banda son similares a aquellos ofrecidos en países que optaron por una parte de la banda inclusive segmentando por ritmos de adopción tecnológica y tiempo transcurrido desde la decisión.
- En México se continúa trabajando para lograr la convivencia efectiva con los servicios satelitales utilizados para seguridad y cobertura social en la única banda media con bloques de espectro contiguos (de 1 GHz a 6 GHz), disponible actualmente donde los operadores celulares podrían aumentar su oferta móvil de 5G y competir equitativamente. Esto es importante porque somos el único país de la región que cuenta con satélites gubernamentales para seguridad nacional que utilizan la banda C extendida.
- El crecimiento planificado en México de la capacidad de las redes para la provisión de internet, así como la disponibilidad y frecuencia de renovación de los dispositivos inalámbricos en México en el corto y mediano plazo es compatible con la capacidad de ambos modelos.
- A finales del año en curso se presentarán resultados y se tomarán decisiones durante la Conferencia Mundial de Radiocomunicaciones que podrían aportar más elementos y determinar el uso de la banda en el mediano y largo plazo.
Tomando en cuenta lo anterior y dada su naturaleza técnica, de estricto apego a evidencias y elementos certeros para la toma de decisiones en beneficio del país y de la sociedad, el IFT realizó un importante ejercicio de análisis integral y objetivo de todas las opiniones, estudios y sucesos relacionados con ambos modelos de distribución y determinó clasificar como espectro libre el segmento de frecuencias de 5925 MHz a 6425 MHz dentro de la banda de 6 GHz.
La determinación adoptada por el IFT representa una alternativa balanceada y responsable ya que, por un lado, satisface los requerimientos de corto y mediano plazo de diversas aplicaciones y tecnologías como la realidad virtual, inmersiva, aumentada, internet de las cosas, entre otras que requieran de altas tasas de transmisión de datos y de muy baja latencia; y por el otro, evita poner en riesgo la disponibilidad de espectro en bandas medias tanto para aplicaciones comerciales como para aquellas empleadas para seguridad nacional y cobertura nacional, y mantiene la flexibilidad en la determinación del uso de los 700 MHz que restan de la banda (6425-7125 MHz), los cuales son utilizados por servicios fijos terrestres y satelitales.
Obviamente, una decisión en un tema tan polarizado no dejará de ser polémica, y podrá ser criticada o aplaudida por unos o por otros. Pero, como lo expresé en el voto que emití durante la sesión de Pleno, esta atiende a una visión a largo plazo que permitirá contar con mayores elementos sobre el destino de la banda de 6 GHZ en México, considerando la evolución del mercado y de las nuevas tecnologías, incluido el Wifi y la 5G, con la finalidad de identificar las necesidades futuras de espectro y asegurar su disponibilidad oportuna para los distintos servicios que se están desarrollando.
El tiempo lo dirá…