En la muy ya distante mañanera del 14 de enero de 2019, el presidente López Obrador afirmó que todos los negocios jugosos de antes llevaban el visto bueno del presidente de México en turno, en alusión a los presuntos actos de corrupción de sus antecesores, y recalcó que éstos se habían evadido de su responsabilidad, echándole la culpa a los servidores públicos de abajo.
Cuatro días después se publicó en el Diario Oficial de la Federación el decreto por el que se creó el organismo Seguridad Alimentaria Mexicana (Segalmex), dizque para que se distribuyera una canasta de alimentos básicos a precios bajos para combatir la desnutrición y el hambre del pueblo, y como titular apareció Ignacio Ovalle Fernández, priista de toda la vida, amigo íntimo de AMLO y converso a la ‘4T’.
Sin embargo, algo pasó, ya que el decreto no fusionó Diconsa y Liconsa en una nueva dependencia, como lo había prometido en su campaña, sino que se convirtieron en filiales de Segalmex.
Así comenzó la transformación y el combate a la corrupción en el sector alimentario
Vaya por un cafecito y siéntese muy bien, ya que, por primera vez, leerá perfectamente detallada la estafa alimenticia; vamos, coloquialmente, con pelos y señales.
Segalmex comenzó a funcionar sin normas y procedimientos, pero con una innovación transformadora, la “Recepción jurídica”, no prevista en la ley, pero que le permitió pagar bienes a los proveedores sin que los bienes ingresaran a los almacenes de la dependencia. ¡Así como lo están leyendo!
Con sus primeros pasos en la vida institucional, Segalmex, Liconsa y Diconsa provocaron un daño al erario de 4 mil 168.70 mdp en 2019. Algunos ejemplos:
- Segalmex pagó 94 mdp por bienes de canasta básica (abarrotes, carne, productos de higiene, etcétera), 100 mdp por la adquisición de envases de PET, 182 mdp por 35 mil costales blancos de polipropileno, 67 mdp por 87 mil tarimas, 551 mdp de frijol y 516 mdp por trigo panificable que no entraron a sus almacenes.
¡Con los costales, no!
-Desaparecieron mil 496 mdp en los inventarios de maíz y frijol.
- Segalmex perdonó 12 mdp por aportaciones pactadas a los proveedores.
-Erogaron 29 mdp sin comprobantes para el pago de personal (fantasma) dizque para el arranque del Programa de Precios de Garantía y del Programa de Entrega de Fertilizantes.
-Recurrieron al odiado outsourcing con la empresa ESESPA, a la que le pagaron 295 mdp sin existir constancias de afiliación del prestador del servicio al IMSS, recibos de nómina timbrados ni listas de asistencia del personal subcontratado.
-Diconsa también hizo sus pininos y reportó faltantes en sus inventarios de 364.5 mdp en abarrotes, granos y azúcar, maíz y frijol.
-Liconsa, lo propio, realizó pagos en exceso por 327 mdp a 173 grandes productores de leche, aplicando el precio para pequeños y medianos productores (de una a 100 vacas).
Para 2020 los primeros indicios de que las cosas no iban bien fueron minimizados gracias a la obcecación de AMLO por ocultar lo evidente.
Eso permeó rápidamente, el mensaje era claro, las arcas estaban abiertas y el presidente jamás lo reconocería. Eso costó a los mexicanos otros 8 mil 637.90 mdp por daños al erario.
-Faltantes de maíz y frijol de los inventarios por 27 mdp.
-Salidas de efectivo no “identificadas” por 104 mdp.
-Outsourcing fantasma por 909 mdp.
-Cincuenta mdp por pesticidas no recibidos.
-Falta de constancia de entradas al almacén de 721 mdp de maíz y frijol.
-Ventas por mil 352 mdp de maíz, arroz y trigo sin facturas.
-Pagos por 779 mdp “complementarios” por maíz, arroz y trigo ya adquiridos, sin justificación alguna. ¿Mochada?
-Transferencias a Liconsa por mil 445 mdp, dizque para pagar 520 millones 109 mil 83 litros a pequeños y medianos productores de leche que nunca pudo acreditar.
-Por su parte, Liconsa pagó 518 mdp sin acreditar la recepción de la leche fresca y desembolsó 620 mdp sin acreditar servicios de transporte de productos lácteos.
-Diconsa presentó faltantes de abarrotes, granos y azúcar por 294 mdp y de granos de maíz por 118 mdp, desembolsos sin factura por 813 mdp y servicios no prestados por 180 mdp, entre otros.
Para 2021 la exitosa fórmula agregó otros 2 mil 602.30 mdp.
Cuando el estercolero empezó a manchar el plumaje de Ya Saben Quién, casi a la fuerza no tuvo otra que cambiar al titular de Segalmex.
Hace unos días, y a pesar de las diversas carpetas de investigación y órdenes de aprehensión giradas por la FGR, el presidente continuó protegiendo, a capa y espada, a su amigo, diciendo que es una persona con principios, honesta, no corrupta y que lo que pasó fue que los funcionarios que rodeaban a Ovalle eran muy mañosos y lo traicionaron.
En total, 15 mil 408.90 mdp no llegaron a los estómagos de los más pobres, sino que fueron a parar vaya usted a saber en qué cuentas, o en cash o, tal vez, en la adquisición de bienes inmuebles, que tanto gustan a los servidores públicos franciscanos.
Lo que no hemos escuchado es cómo se dieron esos jugosos negocios sin el visto bueno del presidente de México y por qué son los de abajo los perseguidos.
Tampoco hemos escuchado al titular de la UIF, Pablo Gómez, explicarnos la ruta del dinero.
Se vale estar enojados o sentirse frustrados –antes de seguir leyendo rellene su café y póngale piquete–.
Primero la gubernatura, luego la salud…
De acuerdo con los artículos 10 y 11 del decreto de creación del IMSS-Bienestar, Zoé Robledo es el presidente de la Junta de Gobierno de este nuevo engendro creado por la ‘4T’ y sus aliados (el PT y los impresentables del Verde), tras el fracaso anunciado del Insabi.
Leído lo anterior, podemos afirmar que, con tal de cumplirle los caprichos a su jefe, López Obrador, y su obsesión por ser gobernador de Chiapas, Zoé Robledo vendió sus convicciones. O nos dirá que en cuatro meses, antes de que comience el proceso electoral, el IMSS-Bienestar podrá darle servicio, tratamientos y medicamentos a 65% de la población mexicana? ¡Sí, ajá! Pues si no puede hacer lo propio con el 29% de la población que hoy atiende.
Además, déjenme contarles que en los institutos (cardiología, nutrición, etcétera) la angustia está a todo lo que da, pues no saben si los correrán, si entran a este nuevo cáncer… ¡ah no, perdón!, instituto de salud o qué onda.
La columna de Lourdes Mendoza Peñaloza se publicó originalmente en El Financiero, reproducida aquí con autorización de la autora.
* Lourdes Mendoza Peñaloza es una periodista mexicana especializada en finanzas, política y sociales, con más de 20 años de experiencia en medios electrónicos, impresos, radio y televisión.